BEISBOL: EL JONRON 600 - Runrun
Redacción Runrun.es Ago 03, 2010 | Actualizado hace 14 años

Ya pasaron 11 dias desde el jonrón 599 de Alex Rodríguez. En todas esas veces se ha ponchado tirándole, parado y también la ha llevado cerca de la pared.

Algunos aseguran que está muy presionado con el momento, porque ha bateado nueve imparables en 43 turnos desde ese cuadrangular 599 el 22 de julio contra Kansas City.

Miles de cámaras se han quedado preparadas para captar el momento en el que haga el contundente contacto para desaparecer la bola.

Desde que reconoció que usó sustancias de ayuda, Rodríguez perdió la admiración de muchos fanáticos que piensan que no hay méritos en sus batazos, esos han ligado en cada turno que no la saque, pero otros menos estrictos siguen viéndolo como un súper pelotero y esperan que de el estacazo para entrar en el exclusivo grupo que han volado la cerca 600 o más veces.

En ese Club están unos de cuyos batazos no se duda y otros sobre quienes ya existe un asterisco, no sé si “imaginario” sería el término correcto. Barry Bonds, Hank Aaron, Babe Ruth, Willie Mays, Ken Griffey jr y Samuel “Sammy” Sosa son los miembros, pero sólo Aaron, Ruth, Mays y Griffey no tienen sospechas sobre sí, Bonds también está en la lista de los “pinchados” y Sosa además de esteroides tiene aquel episodio lamentable del bate de corcho.

En cualquier momento estará Alex Rodríguez en esa elite, aunque algunos crean que no tiene derecho.

Ya he escrito muchas veces sobre mi desacuerdo con el uso de esas drogas para mejorar el rendimiento, sobre todo por sus efectos nocivos a la salud. También creo que es “trampa” consumirlas.

El hecho de que todos se hayan escondido para usar esas sustancias ilegales habla de la conciencia que tenían en relación a la “ayuda” que significaba correr el riesgo. En lo que si no estoy de acuerdo es en que han tenido o tuvieron esas carreras porque las usaron. No sería tan exclusiva la membresía en ese grupo. Hace falta mucho  más que fuerza para conectar la bola más allá de los límites.

No es mi favorito Alex Rodríguez y no me gustan los Yankees, pero confieso que espero que de el jonrón 600, quiero ver su actitud, su reacción, su vuelta al cuadro mientras los miles de flashes (ojala sea de noche) se disparan para documentar el momento.

Seguramente me alegraré, más allá de cualquier consideración, hay que ser un jugador por encima del promedio para lograr lo que hasta ahora ha hecho Alex Rodríguez y además tengo una anécdota que voy a compartir.

Era la primavera de 1999  y Alex Rodríguez aún jugaba con los Marineros de Seattle, su estelaridad era ya indiscutible. Muchos periodistas estaban pendientes de él, que terminara la práctica de infield para conversar, casi había que hacer cita.

Justo al terminar sus tareas previas al desafío, Rodríguez, al darse cuenta de que en el dogout había un grupo de venezolanos, se acercó. Rubén Mijares inició la conversación a la que nos unimos según recuerdo, Francisco Blavia, Fiorella Perfecto y quien suscribe.

Fue una entrevista en la que Rodríguez estuvo muy relajado y cómodo.

Mientras estábamos allí,  Lou Piniella, entonces manager de los Marineros, le comunicó a Freddy García, recién adquirido de Houston junto a Carlos Guillén en aquella negociación que llevó a Randy Jonson al equipo tejano, que sería el tercer abridor de la rotación.

Por supuesto conversamos con Freddy García y con Piniella, pero lo que más recuerdo fue la promesa de Alex Rodríguez, quien le ofreció en ese momento, que le obsequiaría un Rolex si llegaba a 15 victorias.

Como sabemos, García ganó 17 juegos en su año de debut y esa victoria 15 fue el 16 de septiembre contra Tampa en el Tropicana Field. Freddy perdía por 2 carreras en el séptimo y en el cierre del octavo Alex Rodríguez la sacó con las bases llenas para voltear la pizarra y ayudar al mirandino a conseguir el triunfo. El resultado final fue 5 a 3 a favor de los Marineros y el reloj suizo ofrecido.

Cuando Rodríguez le hizo la promesa a Freddy García, esta cronista quiso saber el por qué de la deferencia, a lo que él respondió sin dudar: “mucho de lo que soy se lo debo a Luís Sojo y por eso, siempre que pueda, voy a ayudar a los venezolanos”.

Desde entonces he conversado con él, cuando estuvo en Texas y recién llegado a los Yankees y siempre ha sido amable y ha dedicado unos minutos para responder a mis preguntas.

Y como quien esto escribe no puede andar tirando piedras para lapidar a nadie y no me gusta Torquemada, pues celebraré el 600 sin asteriscos.