El Dream Team sella la supremacía estadounidense en Río 2016
El Dream Team sella la supremacía estadounidense en Río 2016

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Foto: Marca

Brasil logró su doblete soñado, al sumar el oro del voleibol al que había conseguido en el fútbol, pero el protagonista del último día de los Juegos Olímpicos fue el subcampeón del maratón con su protesta contra el gobierno de su país, Etiopía

Eumar Esaá
@eumaresaa

Estados Unidos dominó los Juegos Olímpicos de Río 2016 con una comodidad que probablemente ni esa delegación se esperaba, con la mayor cosecha de medallas en ediciones celebradas fuera de su territorio y sin boicot, 121 en total. El contundente triunfo del Dream Team en el torneo que cerró las acciones, el de baloncesto, con marcador de 96-66 sobre Serbia, fue como una alegoría de la supremacía norteamericana, que se vivió de principio a fin, de manera tan clara que tanto la primera dorada (la tiradora Virginia Thrasher) como la última (la de Kevin Durant y compañía) fueron ambas estadounidenses.

Brasil cerró concretando el doblete de sus sueños: al oro del fútbol (el único lauro que le faltaba a la selección canarinha) sumó el del voleibol, el otro deporte fuerte de ese país, con una victoria mucho más rápida de lo que se esperaba sobre Italia, en sets corridos, pero con ajustados parciales de 25-22, 28-26 y 26-24.

La jornada fue mucho más allá de lo deportivo. El keniano Eliud Kipchoge ratificó su favoritismo en el maratón, pero el verdadero protagonista fue el medallista de plata, el etíope Feyisa Lilesa, con su gesto de atravesar la meta con los brazos cruzados sobre la cabeza, con las muñecas juntas, como quien simula estar esposado, para llamar la atención sobre la matanza de Oromia, que cobró la vida de más de 400 personas de su tribu, los Oromo, mientras fuerzas gubernamentales sofocaban brutalmente una protesta en noviembre pasado. En la rueda de prensa posterior, Lilesa explicó su gesto en un precario inglés, reveló que muchos de sus familiares fueron encarcelados por participar en las protestas e informó que al volver a Etiopía le esperaba la cárcel o la ejecución por su decisión de hablar en favor de su pueblo.

Un venezolano, Luis Orta Millán, participó en el maratón, ocupando el puesto 106, con tiempo de 2:27:05. El otro criollo en acción, José Díaz, fue eliminado en octavos de final de los 97 kgs de la lucha estilo libre, a manos del kazajo Mamed Ibragimov. Yoel Finol recibió su medalla de bronce, al cabo de una jornada en la que el uzbeko Shakhobidin Zoirov,el hombre que lo eliminó en semifinales de los 52 kgs del boxeo, acabó coronándose campeón.

Venezuela terminó en el puesto 65 del medallero, con dos platas y un bronce. Apenas ocho países latinoamericanos subieron al podio. Brasil, con siete coronas, seis platas y seis bronces, arrebató la supremacía de la región a Cuba, y fue 13º en la tabla. La isla ganó tres preseas menos que en Londres 2012, y retrocedió al puesto 18º. Colombia fue la gran revelación, repitiendo la cosecha global de hace cuatro años pero con más oros, tres en total.

La ceremonia de clausura ofreció un adelanto de lo que será la próxima cita en Tokio 2020, con un divertido pasaje en el que el primer ministro Shinzo Abe llegaba al Maracaná vestido como Mario Bros, tras atravesar el mundo en un video previo, del mismo modo en que el personaje de los videojuegos pasa entre dimensiones a través de túneles.
Venezuela cierra igualando su tope de producción (las tres preseas de Los Ángeles ’84) y sumando 12 diplomas olímpicos (el reconocimiento a los ocho primeros de cada prueba). Sin embargo, la efectividad es mucho menor a la de la cita californiana, donde sólo asistieron 26 atletas, menos de un tercio de los 87 que fueron a Río 2016 (contando al suplente de la espada, Kelvin Cañas, que vio acción).

El Ministerio de Juventud y Deporte promete comenzar a trabajar desde ya en Tokio 2020, donde harán su debut cinco nuevas disciplinas: la versión unificada de beisbol-softbol, el karate do, el surf, la escalada y el skateboard o patineta acrobática. Sin embargo, el escepticismo vale luego de un accidentado ciclo en el que hubo atletas clasificados que iniciaron su preparación cinco meses antes de los Juegos. Una de ellos, la lanzadora de martillo Rosa Rodríguez, llegó incluso a avanzar a una final. Otros, como el ciclismo de ruta, vivieron los Juegos entre decepciones. Algunos, como el taekwondista Edgar Contreras, tuvieron una gran preparación, pero pagaron el precio de las omisiones previas, que impidieron una mejor siembra para eludir el encuentro con los favoritos en las primeras rondas. Es mucho lo que resta por evaluar en Venezuela, y el primer examen del ciclo está a la vuelta de la esquina, con unos Bolivarianos, los de Santa Marta 2017, donde la revelación, Colombia, estará en su casa.