Muchas veces me preguntan donde venden “ese” libro de béisbol del que tanto hablan los narradores y comentaristas durante las transmisiones de los juegos.

Muchas veces escuchamos que una jugada es “de librito” o que este manager o aquel se “olvidaron del libro” y es lógico que algunos creen que el fulano texto existe.

En nuestro país todo el año se está hablando de beisbol.

En estos dias es casi obligado estar enterados del magnífico rendimiento de Miguel Cabrera, Martín Prado y Carlos González

El resurgimiento de los Medias Blancas de Oswaldo Guillén, líderes de su división cuando nadie apostaba por ellos hace apenas un mes y el cambio de Alex González a los Bravos, son temas que se imponen en cualquier parte, tanto o más que los millones de kilos de comida podrida o las elecciones de septiembre.

Es llamativo comprobar como cada vez hay más interesados y sobre todo interesadas en saber de beisbol y por eso preguntan si hay literatura que pueda consultarse.

El detalle está en que el tal “libro” del que hablan los entendidos en béisbol, nunca ha sido escrito. Aunque tanto se insista en esas “jugadas de librito”,  lo cierto es que no existe, ninguna editorial lo ha publicado.

Es un “decir”, como tantas cosas del beisbol.

Creo que no sería científico asegurar que con la primera base libre hay que darle 4 bolas malas al cuarto bate para enfrentar al siguiente, porque no pocas veces ha ocurrido que luego de esta “jugada de librito”, hay que sumar 4 carreras porque el  quinto bate la sacó con las bases llenas.

La semana pasada José Celestino López fue claro ejemplo de eso, pasaron al anterior confiando en que era un bateador “dominable” y su respuesta fue un grand slam.

Muchas veces pareciera que el fulano libro fue escrito por Stephen King.

En ocasiones los comentaristas critican al manager por no usar “libro” y otras veces hacen lo mismo por todo lo contrario, porque no tocó la bola para avanzar a un corredor o no jugó  “cuadro adentro” esperando el “toque” que indicaba  el “librito”.

La verdad es que, afortunadamente, nadie podría escribirlo porque el béisbol no es tan sencillo y ese es uno de sus principales encantos.