En el año 2000 Mark McGwire estaba lesionado para el Juego de las Estrellas. Al Big Mac los votos le dieron la titularidad de la primera base, pero la rodilla lastimada frustró su participación y en su lugar el manager Bobby Cox, aun hoy con Atlanta, se decidió por el suyo, Andrés Galarraga.

No fue un capricho de Cox, el caraqueño había pasado la temporada de 1999 en tratamiento contra un linfoma que no le permitió ver acción y en 2000 volvió con los Bravos,  demostrando que seguía con fuerza y ánimo para seguir en la elite de los poderosos.

El juego fue en el Turner Field de Atlanta y cuando el “Gato” fue anunciado la ovación fue emocionantísima, quien suscribe estaba ahí, compartiendo con Carlos Figueroa Ruiz, entonces en El Universal.

La ventana del palco de prensa estaba cerrada así que pedimos nos permitieran abrirla para escuchar la reacción del estadio. Quien suscribe transmitía el evento para Radio Capital y el momento fue un tanto frustrante porque en cadena había un micro noticiero que no dejó que quienes no estaban ahí disfrutaran del emocionante tributo que le brindó el público de Atlanta al “Muchacho de Chapellín”.

Después de Andrés Galarraga fue mencionado el consentido de la casa, Chipre Jones, pero no fue tan celebrado como el nuestro.

Recordé, el evento porque ahora Martín Prado, quien ha tenido una campaña sobresaliente, estará como camarero en el line up abridor de las estrellas de la Nacional en sustitución de Chase Utley, quien está lesionado de un pulgar.

Sin duda el maracayero merecería llegar a la titularidad de la intermedia por votación, es líder en imparables con 121 y el mejor porcentaje de bateo con .336 y aun que no fue así y por la molestia de Utley.

Como en casi todos los ámbitos de la vida, no son todos los que son ni son todos los que están, pero no es el caso de Martín Prado, quien, como dijo Bobby Cox “debería haber sido el titular de todos modos”.