Arte sonoro y multimedia para celebrar los 18 años del MACZUL - Runrun
Arte sonoro y multimedia para celebrar los 18 años del MACZUL

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Manuel Lebon @lebotrónico

El Museo de Arte Contemporáneo del Zulia, MACZUL, alcanza su mayoría de edad con la celebración de la tercera edición del Festival Bajo Techo, evento que congregó las propuestas de 27 creadores de arte sonoro, plástica y multimedia, junto a más de una docena de pinchadiscos y “selectors” en los amplios espacios de esta enorme edificación de trece mil metros cuadrados de construcción, que se erige como un orgulloso buque de alta cultura en los inmensos predios de la universidad marabina.

La institución presidida por Lourdes Peñaranda lució nuevamente sus mejores galas tras la exitosa inauguración el mes anterior del 19º Salón de Jóvenes con FIA, que por vez primera se instaló fuera de Caracas con 19 obras y 8 artistas invitados. La arquitecta, paisajista, artista y profesora tomó las riendas de esta institución tutelada por la Universidad del Zulia a finales de 2014 y comentaba en una entrevista que “tenemos los mejores espacios expositivos del país y lo que necesitamos es lograr una programación de calidad internacional que nos posicione dentro del mundo del arte. Creo que mientras más gente venga al museo, mientras más personas estén pendientes de lo qué pasa, el efecto multiplicador será mayor y serán más los que quieran aportar al MACZUL”. Para Bajo Techo ha contado con el refinado enfoque curatorial de arte sonoro y multimedia a cargo de María Teresa Govea–Meoz, directora de la Fundación Govea-Meoz y la producción de música electrónica a cargo de Leonardo Rey, director de la veterana organización Club Bass.

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El gran evento benéfico de doce horas de duración ofreció la oportunidad de conocer diferentes tendencias de arte contemporáneo y reunir bajo un mismo techo a talentos consolidados y emergentes, que dentro de un contexto libre y abierto hicieron posible la interacción entre artistas, muestras de arte y espectadores, todo bajo la premisa de que a través de las artes es posible elevar el nivel de vida de los ciudadanos.

La rampa de acceso al vistoso atrio del MACZUL daba la bienvenida al escenario principal, decorado con un sugerente mobiliario temporal, pantallas de video y proyecciones, espacio donde participaron pinchadiscos tales como Claudio imperatrice (CCS), Caloy (Mérida), LM (Barquisimeto) y Gino Azuero. En el atractivo patio interno del museo, festoneado de altas palmeras, había un segundo escenario con mobiliario, proyecciones de video de numerosos videoartistas venezolanos que viven en el exterior como Corina Lipavsky, Edmundo de Marchena y Joaquin Urbina. Otra prodiga tanda de selectors y Dj´s animaba este elevado “chill out” con el pegajoso ritmo latino del venezolano residente en París, Caribombo, Manuel Lebon y Melina Fenice desde Caracas, y talento zuliano como Calmenorama, Guille Morán, Andres Stanley y Bombaside.

En el patio interno se obsevaba una enorme pantalla inflable con excelentes propuestas de videoarte proyectadas con gran definición y sonido, mientras que la profesora del MACZUL Jhanoayra Barrios y sus estudiantes del taller Arte y Punto aplicaban pigmentos y medios mixtos a grandes telas; en otro sector el joven Julio Smitter creaba una vistosa obra geométrica monocroma que se desprende de su proyecto Geometrías Cotidianas. También en el patio se podían apreciar curiosos ensamblajes de objetos hallados en los vastos almacenes del museo por el infatigable artista caraqueño Sandro Pekeno, quien pasó horas bajo el ardiente sol marabino apilando y creando “Esculturas Verticales Espontáneas.” Por su parte, el artista Giovanni Paseri intervino la tienda del museo con una llamativa instalación de mallas fluorescentes y trozos de vidrio que captaban la atención de los asistentes.

Finalmente, en el auditorio del museo se presentaron delicados performances y arte sonoro a cargo del mismo Sandro Pekeno, la creadora Anna Rosa Rodriguez y Maria Teresa Govea-Meoz junto a su pequeña hija Laila Govea, quienes materializaron un acogedor ambiente sonoro y visual que deleitó a un público que buscaba una experiencia más sosegada dentro del jolgorio visual y auditivo que creó Bajo Techo en los predios del MACZUL.

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