Film venezolano Paquete #3 convierte en risas las miserias
Film venezolano Paquete #3 convierte en risas las miserias

paquete3

 

En una Venezuela de fantasía, el gobierno ha desarrollado con gran éxito la misión Ni Una Bala Más, que enfoca sus esfuerzos en acaparar todo tipo de munición con el fin de acabar con las cifras escandalosas de asesinatos en el país.

La escasez, entonces, es de balas. Se acabó la delincuencia. Por eso, en este panorama utópico, el sicariato se ha convertido en una actividad excéntrica, solo para profesionales. A eso se dedican el Ruso y sus mensajeros, que ofrecen una variedad de “paquetes” a sus clientes. “Si la vida cuesta, imagínate la muerte” es el lema de esta particular banda, que cobra grandes cifras por matar.

Así comienza la trama de Paquete #3, la ópera prima de Alfredo Hueck que tuvo su estreno nacional el lunes en el Festival de Cine Venezolano de Mérida.

La cinta es una tragicomedia de situaciones absurdas, que refleja la descomposición social que se ha vuelto costumbre en Venezuela.

Beto Benítes interpreta al Cholo, uno de los protagonistas de este enredo. Es peruano, inocente, cuyo único objetivo en la vida es casarse con su novia. La vida, sin embargo, le juega sucio y termina implicado en un asesinato sin sentido. Por eso tiene que huir de su país. Y no se le ocurre una mejor idea que parar en Venezuela.

Emilio Lovera interpreta a Benito, el mesero del bar Yenni, donde opera la mafia del Ruso. Pero, al principio, es el de narrador omnisciente que orienta a los espectadores por este abanico de historias. Su papel es enlazar los saltos en el tiempo, explicar con diversos recursos de animación las tramas que se enlazan en los 100 minutos de película. Una de las herramientas mejor logradas por el realizador.

Eulalia Siso es Patricia, una mujer adinerada que quiere contratar los servicios del Ruso. Está interesada en el paquete #3, el más caro. Ese es de entrega urgente. Incluye un tiro certero entre los ojos que cuesta 50.000 dólares.

“Estamos tan acostumbrados a vivir en niveles tan absurdos de violencia, intolerancia, que de ahí partió la idea de hacer la película. Y me quedé corto al retratar las cosas insólitas que pasan en el país”, dice Hueck.

A pesar de que Paquete #3 fue escrita en 2005, filmada en 2010 y estrenada en 2015, se refleja perfectamente el deterioro la sociedad venezolana. En una de las escenas, Benito intenta explicar el control cambiario a un grupo de mercenarios de otros países que trabajan con el Ruso. A todos les cuesta entender el tema de las tarjetas, los raspacupos, el cerco económico impuesto por el gobierno. “Y no deberíamos estar riéndonos de eso”, señala Hueck. “Es absurdo tener un control cambiario, es una de las cosas que tiene arruinado al país. La gente se ríe también cuando se va la luz. Todo lo manejo con sarcasmo, que el público reflexione, que diga basta de reírnos de esto. Es mí crítica a la sociedad, a esos venezolanos que siempre le echan la culpa a otro. Cuando nos sintamos responsables de las cosas, este país dará un giro interesante”.

 

El lugar común de las colas
Como en ediciones anteriores, los participantes del Festival de Cine Venezolano de Mérida se han mostrado entusiasmados con todas las cintas. Sin embargo, la poca cantidad de salas hace imposible que todos los inscritos puedan ver las películas en competencia. Las colas se han vuelto un lugar común. Los jóvenes se aglomeran frente a las taquillas, ansiosos por lograr alguna de las pocas entradas que se reparten. La programación terminará hoy y el jurado dará sus resultados mañana.