MLB: Sin pronóstico - Runrun
Redacción Runrun.es Oct 25, 2010 | Actualizado hace 13 años

Lo dicho, pronosticar qué equipos llegarán a la Serie Mundial es una aventura.

Al comenzar los playoffs,  muchos analistas apuntaron a los Filis de Filadelfia y Yanquis de Nueva York, otros se inclinaron por los Rays de Joe Maddon y también por los Bravos de Bobby Cox.

La mayoría se decidió por la reedición de la Serie Mundial entre mulos y cuáqueros. Argumentos como pitcheo en series cortas, poder y buena defensa favorecían a los mencionados.

Si bien es cierto que San Francisco ganó  una serie muy pareja a los Bravos de Atlanta, al pensar en la serie de campeonato, se suponía que contra Roy Hallday, Roy Oswalt y Cole Hammels, sumados a los bates de Chase Utley, Ryan Howard  y Jayson Perth  la tendrían muy cuesta arriba los dirigidos por Bruce Bochy que venían de enfrentar con facilidad a los Rojos de Cincinnati y lucían imposibles.

En la Liga Americana los Yanquis de Nueva York también se vieron inmensos frente a unos Mellizos de Minnesota que lucieron impotentes y disminuidos frente a C.C Sabathia, Robinson Canó y compañía.

Por eso dice el dicho que “ nunca un equipo se ve tan bien como cuando gana ni tan mal como cuando pierde”. Venían de ganar cómodamente y lucían como par de acorazados.

A punto de comenzar las series, el escritor margariteño Francisco Suniaga, magallanero para más señas, me advirtió que San Francisco “el San Francisco de Willie Mays” llegará a la Serie Mundial. Cuando le respondí que sería muy empinado ganarle a la intimidante rotación de los Filis, me dijo que en el último mes, al pitcheo de San Francisco no le habían dado ni foul y de memoria me dijo “poco más de 1, 80 de efectividad”, mi favorito es San Francisco.

Los Gigantes le ganaron a los Bravos de Cox aprovechando cada ventaja que le dieron los de Atlanta.

Por su parte los Rangers de Texas le ganaron a los Rays de David Price, Evan Longoria, Carlos Peña y Carl Crawford sin mayores complejos, pero ahora tendrían enfrente nada menos que a los Yanquis.

El resultado de las series divisionales sólo ratificó el pronósticos de los más entendidos: Nueva York-Filadelfia.

Pero había que ganar 4 juegos de 7. Siempre repito que nada tan largo y tortuoso como el camino que es preciso recorrer para llegar al último out.

Guiados de nuevo por Bruce Bochy, un manager creativo y que duda poco a la hora de jugar pelota, los Gigantes supieron enfrentar a los Filis. Contaron con pitcheo,  ofensiva oportuna y suerte. Las cosas les salieron bien así despacharon a los favoritos a repetir en el Clásico de octubre.

Del otro lado los Rangers debían ganarle a los Yanquis, un equipo que con el que siempre hay que contar, los campeones, el enemigo a vencer, los Mulos de Bronx, el equipo de Derek Jeter.

Las dudas de los Yanquis estaban en el bulpen y como apuntan muchos, la gran debilidad en su piloto Joe Girardi.

Los fanáticos yanquis están convencidos de que el equipo gana muy a pesar suyo.

Lo cierto es que los Rangers jugaron mejor, se divirtieron más, nada tuvieron qué hacer con el uniforme a rayas, la prosapia y todo lo que sabemos significan los yanquis.

Nunca se intimidaron, jugaron con irreverencia y el manager Washington fue superior al criticado Girardi.

Así pues llegaron a la Serie Mundial dos equipos que casi nadie incluyó en sus pronósticos en la primavera, tampoco al comenzar la postemporada y a pesar del recorrido no eran favoritos para ganarle a Nueva York o Filadelfia y ahí están, demostrando que al beisbol no le importa lo que dice el papel.

A estas alturas, esta cronista no quiere hacer ningún otro pronóstico para que no se me caiga, pero sí puedo decir que espero que los Rangers de Elvis Andrus sigan jugando con esa alegría.

Jugar y divertirse siempre da buenos resultados.