Algo ha venido emergiendo en las discusiones públicas recientes a propósito del año 2012. En las declaraciones de expertos en medios de comunicación masivos, en las opiniones expresadas por algunos periodistas y por las conversaciones que sigo en la dinámica de las redes sociales puedo detectar que existe una gran preocupación: es necesario trascender la simple discusión de quién será el candidato para hablar de algo más importante: ¿Cuál es el Plan de País que expondrá el abanderado de la alternativa democrática?

Hasta ahí, de acuerdo. Hay que hacer ambas cosas, aunque no sea fácil.

Muchas veces lo he dicho: sin una visión alternativa, sin ideas claras, contagiantes y que emocionen al electorado, no se podrá derrotar al chavismo. El candidato solo no basta. Es necesario expandir la base electoral, llamar la atención de los desmovilizados, persuadir a quienes aún esperan ser convencidos. La elección de un buen candidato es sin duda la primera parte de esa ecuación. La segunda parte –tan importante como la primera– es que ese abanderado cuente con una propuesta genuina, que llegue y conecte

La preocupación es central y yo la comparto. Sin embargo, hay quienes van más allá.

El Programa de Gobierno

Ha surgido una tesis –expuesta por algunos líderes políticos y otros dirigentes de connotados partidos de la MUD– que resuena por su claridad. La propuesta la resumo en esta frase: “gane quien gane las primarias presidenciales de la oposición, debe comprometerse a asumir como suyo el Programa de Gobierno que diseñará la Mesa de la Unidad”.

Esa visión, inclusive ya ha trascendido del campo de las opiniones. Al interior de la Mesa de la Unidad se ha redactado un proyecto de reglamento para normar la celebración de primarias en el que me detendré apenas en los puntos uno y dos.

El mismo establece que:

1.- “La Mesa de la Unidad Democrática acordará un programa de gobierno y un pacto de gobernabilidad y postulará candidatos unitarios a la Presidencia de la República y todos los cargos de elección popular”.

2.- “Los candidatos unitarios se comprometerán a acatar, respetar y hacer cumplir, tanto el programa de gobierno correspondiente como el pacto de gobernabilidad”.

Tres reflexiones al respecto:

Sobre la elección de candidatos unitarios no hay discusión, los mismos son una necesidad estratégica. Fin del debate.

Con respecto a acordar un pacto de gobernabilidad, habría que ver muy bien de qué se trata eso: ¿Es un compromiso para que quien sea el próximo Presidente se elija sólo por sólo un periodo constitucional de 6 años? ¿Es un acuerdo para hacer un reparto burocrático de carteras ministeriales? ¿Es una invitación a construir un Gobierno de Coalición? ¿Todas las anteriores? ¿A qué se refiere exactamente este pacto? Esperaremos a que la Mesa de la Unidad ofrezca más respuestas a esta interrogante en lo sucesivo. Seguro dará mucho que hablar.

Hablemos ahora de lo referido al obligatorio acatamiento por parte del abanderado presidencial del programa de gobierno que hará la Mesa de la Unidad. ¿Cuál es ese Plan? ¿Cuándo se presentará?

En este punto, estimado lector, es donde vienen los problemas. Me explico.

Un verdadero debate entre distintas visiones

Este año –o comenzando muy temprano el próximo, ya se verá– habrá elecciones primarias, por consiguiente, habrá una diversidad de aspirantes. Algunos tendrán mejor posicionamiento en las encuestas, otros no estarán tan bien. Unos serán muy conocidos, quizás otros no tanto. Unos serán jóvenes, otros serán más maduros. Unos dirán que lo importante es la juventud y las nuevas generaciones, otros dirán que lo que importa es la experiencia. Unos hablarán bien, otros hablarán quizás mejor. Unos tendrán experiencia en cargos de gobierno, otros quizás no tanta o ninguna. Hasta allí, es una elección entre personas. Sin problema. Pero, ¿qué piensan? ¿Cuáles son sus ideas? Al margen de quien sepa expresarlas y mercadearlas mejor, ¿cuáles son las diferencias entre sus planteamientos? ¿Cuáles sus semejanzas?

Eso es lo que el país aún no conoce y que estoy seguro traerá muy buenas sorpresas.

Quizás algunos candidatos estén más alineados con una gran intervención del Estado en asuntos de la Economía, otros no tanto, y finalmente otros estarán muy lejos de ese planteamiento.

Quizás un candidato proponga que deba privatizarse total o parcialmente PDVSA y otros se negarán. Quizás todos estén de acuerdo en lo que hay que hacer en materia educativa. Quizás todos difieran en qué hacer con las Misiones Sociales que ha impulsado Chávez desde 2003.

Algunos plantearán salirse de la OPEP, otros por el contrario, permanecer.

Quizás un candidato plantee eliminar las Fuerzas Armadas, mientras el resto se oponga frontalmente a esta tesis. Quizás todos estén de acuerdo en impulsar la Seguridad Social como punta de lanza.

No sabemos aún nada sobre estas semejanzas y diferencias. ¿Y cómo saberlo?

Sólo el debate entre esas distintas visiones y propuestas es lo que nos permitirá ver acuerdos y desacuerdos. Con algunos nos sentiremos más cómodos, con otros no tanto. Al final del día, además de la “favorabilidad” del candidato (agrado e imagen), sus ideas para el país determinarán quién gozará de la mayoría del favor popular.

Aquí es donde viene el problema: si la Mesa de la Unidad manufactura el “Plan País” con antelación y el mismo es de obligatorio cumplimiento, ¿cuál será el debate entre estos aspirantes? ¿Cómo manejar la diversidad de opiniones y propuestas? ¿Lo que se pretende es que elijamos entre el que nos caiga mejor y el que no nos caiga tan bien?

Peor aún, ¿qué pasaría si el Programa de Gobierno manufacturado por la MUD presenta grandes divergencias con lo que propone el ganador de las primarias?

Me pregunto: ¿quiénes serán los responsables de formular ese Programa de Gobierno? ¿Cuán representativos son? ¿Cuál es su forma de pensar? No lo sabemos. Tampoco lo saben los candidatos. Tampoco lo sabe en este momento el que eventualmente sea el triunfador

¿Se pretende que no haya debate y contraste de ideas? Me resisto a creer en eso.

Seguiré hablando de esto y formulándome más preguntas en próximos artículos.

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