Piratas en acción por Carlos Genatios @carlosgenatios - Runrun

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Si un profesor plantea en clases una deducción lógica errada, o un problema de matemáticas que él mismo no sabe resolver, o si da explicaciones que no demuestran que domina el conocimiento que procura enseñar, pierde el respeto y cae en la categoría de «pirata». Y aparecen dibujos con pata de palo, garfio y parcho en un ojo.

Un profesor universitario está comprometido, no sólo a estudiar para dictar clases, sino a cumplir con requisitos de investigación y ascenso. Por ejemplo, un profesor tiene derecho a presentar un trabajo de ascenso a agregado luego de 4 años de permanencia en la categoría de asistente, pero si en 8 años no asciende, su permanencia como personal docente es ilegal: es un «pirata». Esto resguarda la calidad de la enseñanza.

En el conflicto universitario actual, deben distinguirse dos aspectos: primero, los sueldos son tan bajos, que la carrera de profesor es rechazada por cualquier profesional que pueda ganarse mejor la vida ejerciendo otro trabajo, incluyendo la economía informal. Así los profesionales más destacados no son motivados por la enseñanza o la investigación y quedarán muchos profesores «piratas».

Por otro lado, el conflicto rechaza el mecanismo que el Gobierno ha escogido para negociar: ya que creó organizaciones gremiales no electas por los profesores y no reconoce a sus representantes electos. Así procura confundir a la opinión pública e imponer por vía del engaño y del poder, una negociación «pirata».

Muchos de los señores que el Gobierno está utilizando para «supuestamente representar a la comunidad universitaria» no son profesores universitarios, son «piratas». El jefe del Gobierno en esta situación, habiendo sido profesor universitario, tampoco ha cumplido en su carrera con los requerimientos de ascenso que estipula la ley: es un «pirata».

Adicionalmente, el Gobierno utiliza un instrumento llamado «Convención Colectiva Única» que no reconoce ni el nombre de «profesor universitario» y no menciona obligaciones en la carrera como ascensos, ni compromisos por desarrollar investigación, pero propone que la universidad, como patrón, quede obligada a organizar las vacaciones de los miembros de la comunidad y de sus familiares, que cada 3 años les entregue computadores personales, impresoras yescáneres nuevos (en lugar de desarrollar proyectos de investigación que les permitan ganarlos), y que un docente no tenga que atender más de 8 estudiantes de servicio comunitario. Es una convención «pirata».

Pero la situación económica de los maestros es mucho peor, y temiendo que las luchas por reivindicaciones de los maestros se sumen a las de los profesores, la ministra de Educación dijo que ella ya había demostrado «científicamente» que los maestros no eran peor pagados que el resto de los funcionarios públicos (y todos conocemos la situación de pobreza en la que viven los maestros). No se puede entender a qué criterios científicos se refiere la ministra, si el sueldo no alcanza para la cesta básica; la suya es una «ciencia pirata».