Los Indecisos - Runrun
Redacción Runrun.es Sep 24, 2010 | Actualizado hace 14 años

Ayer en la noche concluyó la campaña electoral, al menos la formal y permitida por ley. A pocas horas de abrirse las urnas, persiste la pregunta sobre cómo se comportarán aquellos que declaran aún no saber –bien sea por comodidad, ingenuidad, o intimidación– por quién van a votar.

Quizás también haya otra posibilidad distinta a las opciones que acabo de plantear: es probable que aún convencidos de votar, estos electores genuinamente aún no tengan claro por quién votar. Muchas veces la respuesta más sencilla es la que al final debemos considerar. Al fin y al cabo, están en su derecho de dudar.

Porque estimado lector, en política, los electores siempre tienen razones para dudar por quién votar.

Seguramente usted pensará: ¿cómo es posible afirmar esto?, ¿cómo en un país en el que se debate el próximo domingo nuestra forma de vida, haya razones todavía para no saber por quién votar? Puedo ensayar muchas respuestas, pero prefiero sólo a observar el hecho real: sí, todavía existen personas en esa condición. Seguramente usted está pensando en esa gente que los expertos y la opinión pública en general denominan “Ni-Ni”.

No quiero entramparme acá en el interesado debate sobre la existencia de este segmento mal etiquetado (yo prefiero llamarlos “No Alineados”). Algunos dicen que no existen, otros dicen que sí existen. Unos dicen que se “disuelven” en el proceso electoral. Algunos otros dicen que es una invención de un encuestador para hacerse publicidad. No me interesa esa discusión. Lo que me importa es que usted reflexione sobre una pregunta: ¿No cree usted que es posible la existencia de electores que no se sientan representados por líderes políticos radicales de ultra izquierda y, al mismo tiempo, tampoco sentirse representados por liderazgos que evocan y refuerzan lo que unos denominan como “el pasado”?

Si su respuesta es afirmativa, entonces podría estar de acuerdo conmigo en que sí hay un tercer sector. Entonces surge de cara al domingo, una interrogante estratégica: ¿Quién le habló a ese sector?, ¿cuál de los bandos en pugna les ofreció razones para votar por ellos?, ¿quién les dio razones para abstenerse? ¿Quién los atacó?

Cuando piense en estos electores, imagínese a una madre soltera joven de Antímano o un aprendiz bancario que vive en Lagunillas. Piense en un ama de casa residencia en Duaca, Estado Lara. Son personas que por distintas razones –no soy quien para cuestionarlos– no se informan como usted o como yo sobre lo que ocurre en este país. Son electores que tienen otras preocupaciones y cuya atención por la política es sólo marginal, eventualmente sólo terminan conectándose en los momentos de mayor efervescencia, especialmente los electorales. Por eso es que al final de la película es cuando deciden incorporarse a la discusión pública y tomar partido, o no.

Haga una revisión sobre cómo han sido tratado estos electores en la discusión pública. Es increíble como lejos de considerarlos como decisivos, muchos se dedican a atacarlos, a compelerlos a decidir con argumentos a veces falaces. He visto como hasta connotados “dirigentes” políticos dicen que estos ciudadanos son unos pragmáticos e interesados. ¿Los están cautivando?

Ningún sector por sí sólo puede derrotar al otro, necesita a ese país electoral del medio para imponerse electoralmente. Pregúntese: ¿Quién los tomó en cuenta y en consecuencia expandió su electorado? Allí está la clave del domingo.

Así que mi humilde recomendación es que si usted conoce a alguien con estas características, a alguien que duda, no lo ataque. No lo descalifique por no haber decidido todavía. Por el contrario, ofrézcale buenas razones y argumentos de por quién votar. De eso se trata una elección.