Para un gobierno que critica de forma tan acérrima todo lo que roce el término Imperio, que se jacta de ser el partido-gobierno-Estado-Presidente más demócrata de la Vía Láctea, me ha llamado la atención el nombramiento de seis ilustres «navegados» como candidatos a gobernador y gobernadora de igual número de estados de cara a los comicios del próximo mes de Diciembre.
Al principio pensaba que el problema era que en esos estados no habían líderes, por lo que era necesario importarlos del gobierno central. Después pensé que los líderes regionales afectos al chavismo eran del PCV, y aunque este tradicional partido político le facilitó más de medio millón de votos a los debilitados números del PSUV, el líder «supremo» no confía en quien no esté entre los “suyos”, ya que para eso creó el PSUV, para administrar el poder y nunca cederlo. Entonces pensé que organizar un proceso de elecciones primarias en esos estados sería una gran idea, pero me recordé que la democracia digital es la que gobierna los destinos del partido oficialista, porque solamente «los dedos de Chávez son los dedos del pueblo» (J. Faría dixit)
Investigando un poco, encontré la figura, hiper-imperialista, de los procónsules. Cuando la Administración Provincial Romana dejó de funcionar por la corrupción e ineptitud de las personas designadas en los cargos principales de las regiones, el Emperador necesitó pedirle al Senado que convocara a fieles servidores del régimen para enviarlos a provincias lejanas y desconocidas para asumir el cargo de gobernador de las mismas. Así nace la figura del procónsul. El procónsul era a la vez general, administrador y juez supremo en su provincia por mandato del Emperador.
¡Tantas similitudes me resultaron asombrosas! El Presidente del PSUV, de la República, Comandante en Jefe de las FAB y Jefe de Estado, en el ejercicio de sus múltiples funciones ha designado a seis funcionarios de comprobada lealtad hacia su persona para que se desplacen a competir por las gobernaciones de seis estados que tal vez les interese conocer representando la continuidad de un proyecto político que lleva un rumbo trazado.
Entonces, ¿dónde queda la democracia interna del PSUV? ¿Es que ninguno de los líderes regionales de esa organización pueden representar dignamente los intereses oficialistas? O es que hace falta estrictamente el voto de confianza del «líder supremo» para validar las aspiraciones. Es muy lamentable esta situación, como lamentable es la falta de respeto a los ciudadanos de estos estados, oficialistas o no, que reciben a «embajadores» a gestionar la administración pública de sus regiones.
¡Esto no es Socialismo! ¡Esto es Imperialismo del más puro!
Amanecerá y veremos…
