¡Superemos este Estado de Excepción! por Gabriel Reyes - Runrun

No quedan dudas sobre las posibilidades reales de un candidato de la oposición de hacerse, por vía electoral, de la presidencia de la República. El desgaste y la duda sobre la salud del presidente-candidato son factores con los que el inquilino de Miraflores deberá enfrentar inteligentemente para que pueda resultar victorioso. Eso lo saben quienes desde hace tiempo han venido urdiendo intrigas palaciegas, hábilmente desmontadas en la descolocación de «bateadores emergentes» que el manager ha sabido sacar de circulación. Una campaña virtual, como lo indicamos hace más de tres meses, tal vez no sea suficiente. El manejo irresponsable de situaciones muy desagradables para los ojos de la opinión pública, como la foto de los niños armados ante la mirada complaciente y confabulada de un prófugo de la justicia con un novel parlamentario añaden ingredientes de rechazo hacia esta fórmula nominalmente izquierdista, pero cada vez más fascista, que pretende perpetuarse en el poder por los votos, custodiados por quien hoy al frente de las Fuerzas Armadas, en su momento declaró que no aceptaría otro mando que no fuera el actual.

Este cuadro, sin lugar a dudas, no es alentador para nadie que aspire a gobernar Venezuela a partir del 2013. Sin embargo, el apego a la tradición democrática nos ha traído por el sendero de un proceso inédito, singular y complejo de decisiones presentes y futuras para manejar un verdadero Estado de Excepción. Este proceso no puede ser calificado de manera diferente si consideramos que todos los Poderes Públicos tienen en su dirección fecha de expiración posterior a las elecciones del 2012 y absoluta y jurada lealtad al régimen actual y a su líder.

El desmontaje de un Estado clientelar y anómico, de unas Fuerzas Armadas mayoritariamente pretorianas y de un latifundio radioeléctrico en manos de quienes no desean perder el poder, convierte la tarea de la Alternabilidad Democrática en un reto a la Ingeniería Política.

Este reto debe comenzar por la formulación abierta y pública, y sin complejos por el manejo inapropiado de la historia de quienes hoy la reinventan a su conveniencia, de un Pacto Nacional que reúna a todas las fuerzas vivas políticas, intelectuales y morales para enfrentar un futuro incierto con la certeza de la convicción democrática de respeto a los derechos individuales y colectivos, con la firme decisión de rescatar a la Fuerza Armada como gendarme de la Paz Social, y convertir la derruida arquitectura de los Poderes Públicos en un edificio monolítico de inclusión y tolerancia política.

El escenario está servido y la Mesa de la Unidad Democrática, en ejemplar ejecutoria, deberá convocar a todos los sectores el 13 de Febrero a un verdadero encuentro de acciones y propósitos de rescate de la gobernabilidad en Venezuela. No habrán vencedores ni vencidos, tan solo voceros electos por la mayoría en un coro que no puede dejar por fuera ninguna voz ni talento. Es a partir de esta fecha que en nuestro país comienza la construcción de nuestro futuro y la materialización de la esperanza. No permitamos que la Historia nos pase la factura.

@Greyesg