La Campaña Admirable por Gabriel Reyes - Runrun
Sendai Zea Dic 15, 2011 | Actualizado hace 12 años

Los últimos días he analizado la estrategia de mercadeo político que el candidato “convaleciente” ha venido desarrollando a lo largo y ancho de las manzanas que rodean su morada.

El anuncio que con bombos y platillos fue recogido por los medios de comunicación del cada vez mayor latifundio impreso y radioeléctrico era haber alcanzado la tercera parte de la meta de viviendas construidas este año de “indigestión”. Era de suponer, que el Imperio, la lluvia y las estrellas tenían mucho que ver con la meta no alcanzada, pero no importaba porque una nueva promesa era anunciada sin mayor desparpajo. “En el dos mil no sé cuánto no habrá más pobres en Venezuela y todos tendrán viviendas decentes”. Sin lugar a dudas, este es el “Presidente de los Pobres”.

La pobreza se ha generado sistemáticamente cada vez que el aparato productor del sector privado es golpeado con una nueva ley patriota  y sólo es comparado con la ineptitud e ineficiencia de quienes gestionan las empresas expropiadas o confiscadas a lo largo y ancho del territorio nacional, dejando desempleo en miles de hogares venezolanos, que ahora será mitigado con las becas a quienes por tres niños y un viejito se redondeen el mismo salario mínimo que ganaban en la fábrica, pero como clientes del proceso.

El gobierno del presidente Chávez ha empobrecido al venezolano. Ha acabado con la clase media. Ha satanizado a los empresarios. Ha convertido a los profesionales en subempleados y en ese camino no ha podido insertar a los pobres a la sociedad sometiéndolos a las penurias de la mendicidad, ya no implorando al Estado Paternalista, sino a la figura del Páter Familias que se siente orgulloso de su obra de destrucción calculada y bien distribuida.

Ante este desastre que vivimos emerge el carnaval electoral, los regalos de casas al ser tocado por el dedo milagroso, las becas a los bienaventurados, y en general al reparto descarado de nuestras exiguas reservas en una gran piñata de gasto social sin inversión que solo servirá para tratar de convencer a quienes ya no soportan el estado de incertidumbre que viven, que “Con el Proceso de vive mejor!

Con seguridad  rescataremos la dignidad del venezolano, y convertiremos a cada receptor de una lavadora china que durará funcionando con suerte hasta las elecciones, de cada madre atribulada por la escasez de pañales y leche para su hijo, en un elector por el cambio, devolviendo con votos suficientes la vergüenza que sufrimos cada mañana cuando sentimos que el “empleado de todos” maneja nuestro destino con total indiferencia.

Gabriel Reyes

@grereyesg