El Congreso Ciudadano por Gabriel Reyes - Runrun
Luisana Solano Ago 11, 2014 | Actualizado hace 10 años

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“El gran principio que constituye la vida de los venezolanos es el principio liberal democrático, que ha costado a los pueblos esfuerzos heroicos e ilustres sacrificios, y éste es el que se pretende arrebatarnos para sustituirlo por ese viejo espíritu de gobierno inmovilizado en una clase privilegiada, que profesa los principios de la autoridad absoluta y el derecho político autoritario. En una palabra, se pretende sustituir la democracia por la aristocracia, el progreso por la inmovilidad, la libertad por la opresión y el derecho autonómico de la Federación por el vetusto y fatal centralismo”.

Venancio Pulgar (1837 – 1897).

Militar, político, diplomático y empresario.

Proclama desde Coro (1869).

Nunca como hoy es necesario convocar a todas las mujeres y a todos los hombres de buena voluntad que desean una Venezuela diferente a la que vivimos. Agotados como están muchos de nuestros compatriotas de atender al llamado del proselitismo activo en partidos políticos que solo toman en cuenta al ciudadano para hacerse de su voluntad expresada en el voto, hoy la decepción campea a lo largo y ancho de nuestro hermoso territorio patrio.

Los venezolanos necesitamos reivindicar nuestra condición de «ciudadanos» y esto nos obliga a considerar la urgencia de un espacio de interacción real que nos permita expresar a viva voz nuestro pesar, nuestros proyectos de cambio, nuestra esperanza y por qué no, nuestros reclamos a la pasividad de quienes esperan elección tras elección para justificar un vaso siempre medio lleno que complazca un status quo decadente.

La idea del Congreso Ciudadano no es la plataforma electoral de la ambición de una persona ni de varias personas, es la expresión política más real de esa plataforma de entendimiento nacional donde todos los sectores de la sociedad civil compartan sus ideas con libertad absoluta, sin intereses partidistas ni cortapisas mediáticas.

Venezuela necesita de un nuevo liderazgo, uno que no se construya sobre los hombros cansados de «falsos mesías» que son vendidos como los «Salvadores de la Patria» y cuya vigencia se traduce en una postura netamente electoral, para no decir «electorera».

Al Congreso Ciudadano estamos invitados todos, inclusive los que hoy lo desmerecen, porque en él cabe el disenso, respetuoso y constructivo, en ese espacio caben los partidos políticos y sus representantes, inclusive aquellos que han criticado con consistencia la hegemonía del difunto y el interés de perpetuarse de su heredero, pero nunca le han rendido cuentas al país de la razón por la que están en esa posición, su legitimidad de origen. Ellos, críticos acérrimos de este esquema emergente también tienen un espacio entre quienes nunca pudieron ser convencidos a integrar sus filas para hablar de nuestro presente y construir un futuro diferente.

El Congreso Ciudadano no está supeditado a ninguna autoridad personal. Es el intento auténtico de abrir una puerta al concurso de todos quienes queremos involucrarnos cansados de participar. No obedece a intereses particulares ni a agendas personales. Pero eso no lo acerca a la anarquía que algunos interesados en malponerlo han insistido a través de los espacios que utilizan para torpedear la iniciativa. Esto no es un acto antipartido, ni antipolítica ni anti nada. Es un llamado colectivo a la participación política de quienes sientan el compromiso como algo propio.

Tenemos varios caminos y ninguno está cerrado, per se. Existe un tejido que está profundamente desgarrado. Es el tejido democrático de nuestra amada Venezuela. Y su regeneración solo depende de quienes se atrevan a oxigenar cada arista de una compleja figura de la que muchos aspiran manejar sin conocer siquiera su sombra.

Mi esperanza particular es tener mañana una experiencia ejemplar de convocatoria, un debate de altura y una agenda que incluya locaciones diversas en cada ciudad, para que también los millones de decepcionados del «Buhonero de Ilusiones» descubran que salir de esta pesadilla no es un salto al vacío. Ahora es cuando queda Venezuela y es para todos los venezolanos…

Amanecerá y veremos…

@greyesg

 

“La burla grosera y el irrespeto de que son víctimas la Ley y el Derecho, el individuo y la propiedad, acusan un deplorable desgobierno. Vivimos en un estado de emergencia y estamos al borde de la anarquía y del terrorismo. Salvemos a Venezuela y que Dios nos ayude. Hace falta volver los ojos y el corazón al pensamiento del Libertador. Pueblo de Venezuela, Soldados de la República, decidme: ¿Dónde se esconde maliciosamente plegada la bandera de Miranda?”.

Eleazar López Contreras (1883 – 1973). Militar y expresidente de Venezuela (extracto de su manifiesto de 1957 contra la dictadura militar).

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