#LaSalida por Gabriel Reyes - Runrun
Sendai Zea Feb 06, 2014 | Actualizado hace 10 años

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Desde hace dos semanas, cuando la convocatoria viral de este evento comenzó a recorrer las redes sociales, era claro que se había abierto un nuevo espacio para canalizar el creciente descontento del venezolano frente a una situación país sin precedentes.

Rápidamente este llamado logró su primer propósito, construir una agenda disruptiva del letargo con el que se pretendía asumir la oposición como un acto pasivo de mengua y resignación. #LaSalida abría la posibilidad de drenar un sentimiento colectivo bajo la tutela de un esquema de liderazgo compartido que resulta interesante luego de tanto liderazgo unipersonal de carácter mesiánico que agotó en las vías electorales las esperanzas de muchos opositores.

#LaSalida es una forma inteligente de hacer política en años no electorales.Si interpreto de forma correcta su objetivo consiste en permitir que el ciudadano se empodere a través del derecho legítimo a la protesta pacífica del único espacio donde se debate la insatisfacción por las promesas populistas no materializadas de 15 años de mentiras y engaños. Si no me alejo mucho del enfoque original, #LaSalida es el motor de ideas y acciones que debe construir una oposición activa y decidida a reclamar en la calle la restitución de los derechos individuales y colectivos ignorados o pisoteados por este nefasto régimen que nos desgobierna.

Asistí el pasado domingo, como lo hicieron más de 5.000 caraqueños, en un ejercicio de democracia que no fue transmitido por ningún canal de televisión, que tímidamente fue reseñado por algunos portales de noticias, pero que no se podrá ocultar cuando la noticia esté en el día a día de un grupo de venezolanos que decidimos ir a la calle a rescatar la dignidad perdida de quienes prefieren que otros decidan por ellos y que aceptan la arbitrariedad totalitaria con adaptación darwinista.

Antonio Ledezma resumió en sus palabras la motivación del movimiento y recalcó algo importante. Esto no divide a la oposición. No resquebraja a la unidad. Sería un gran error atentar contra los resultados obtenidos en los últimos años en esa materia. Pero, tanto Ledezma, como Leopoldo y María Corina aceptaron los resultados de unas elecciones primarias y apoyaron al vencedor de este inédito proceso, quien perdió unas elecciones muy cuestionadas, donde si las ganamos no las peleamos. Ahora resulta que ir a la calle es un «atajo» para quienes no entienden que tal vez la calle era ese «camino» que no fue entendido por una mayoría aplastante el 14 de Abril pasado.

Venezuela necesita oxigenar su moribunda democracia y esta iniciativa nos ofrece esa oportunidad. Tenemos dirigentes políticos al frente de ella, porque esto es política y todo proyecto requiere de un hilo conductor, pero los verdaderos líderes somos nosotros, quienes ya entendimos que somos los agentes del cambio político para una nación que merece una realidad mejor que la actual.

Criminalizar la protesta es un mal signo para un gobierno que atenta contra derechos fundamentales como el derecho a estar informados en la agonía de los diarios nacionales y regionales por falta de papel, en una marramucia de control político cubiche que será un boomeran para sus autores, ya que estamos en el siglo XXI y a través de las redes sociales nos activaremos lo suficiente como para informarnos, formar criterio y luchar por nuestros derechos.

Ya #LaSalida es una realidad. Una que no le agrada a quienes desde cómodas posiciones de una oposición complaciente mantienen el contubernio con la cleptocracia bajo el disfraz del respeto a la democracia que no recibimos, ni ellos ni el resto del país.

#LaSalida ya es una esperanza para miles de venezolanos y viralmente lo será para millones de quienes queremos un país donde quepamos todos, donde reine el respeto por la pluralidad de ideas, la tolerancia ante el disenso y el respeto a los Derechos Humanos.

Ya es hora de que el Gobierno entienda que detrás de la protesta cívica y democrática, derecho constitucional, no hay fascistas ni golpistas. Hay venezolanos que no se resignan a ser comunistas y no son masoquistas.

El 12 de Febrero es una nueva oportunidad para hacer de la calle la tribuna y para compartir la energía de la esperanza enfocada en el cambio hacia el verdadero progreso que merece este noble pueblo. No le dejes a otros la construcción de tu futuro. Si te llaman «radical» por creer en los valores de la democracia y luchar por ellos, entonces siente el orgullo de ser reconocido por quienes no se atrevieron o nunca les convino.

Amanecerá y veremos….