Lo que se está discutiendo en La Habana entre el gobierno de Colombia y las FARC siempre me ha parecido difícil. Porque sencillamente, y esto lo he escrito varias veces, a uno, con tantos años vividos y no ausente de todo lo que ha pasado con la fuerza guerrillera y su historia de sangre y lágrimas, resulta muy cuesta arriba creer que quienes han fracturado durante tanto tiempo todos los principios contra lo humano, puedan cambiar. Pero quienes están comprometidos en ello públicamente tienen que ubicarse en un marco exigente y rígido con ellos mismos y se necesita desprendimiento y responsabilidad en cada paso del duro trayecto hacia la paz.
Ante la magnitud del objetivo fijado, la reacción virulenta, sobre excitada, torpe de Nicolás Maduro, ratifica la pobreza y miserabilidad política de Nicolás Maduro y su “cartel” de gobierno. “Tengo dudas de seguir o no con el proceso”.- lanzó desde la imagen cada vez más ancha, mas redonda, iracundo, pero frágil En su torpeza incontenible. ¡Ahora nos van a pagar con la traición!
Donde está la sinceridad del Presidente Santos cuando “mete” esa puñalada “ a Venezuela”. En una histérica respuesta al encuentro Santos-Capriles, ante un pequeñísimo grupo de “aplaudidores”, rugió:“Esta derecha odia a Colombia (Capriles). Y él (Santos) tiene información sobre como asesinan soldados aquí…no se metan con nosotros! Somos hijos de Bolívar, somos hijos de Chávez!”
Desbocado, con la guayabera blanca bailando al son de su furia, comenzó entonces a “contar” confidencias políticas en un “sapeo” peligroso y “bocón”.
Ya los videos, las acusaciones, confesiones o denuncias de ellos mismos tienen una amenaza mucho más cercana que una oposición alerta: ¡Maduro no se contiene! Confidencias, la podredumbre tenebrosa de las maniobras obscuras de su “padre” difunto, corren peligro en su discurso. Pero de pronto, pareció escuchar al “pajarito” que tiene en el cerebro.. y después de soltar “yo no me puedo quedar callado”, frenó y acusó al norteamericano Roger Noriega de por un “equipo para venir a Venezuela a Inocularlo con un veneno para causarle una enfermedad que no lo mataría en seguida…..pero lo mataría» No se contuvo…
Quedó claro que no se puede confiar en la lealtad a lo que se compartió en la fragua del engaño a un pueblo manso.
En cualquier momento Maduro se “va de boca”.
Fuente: Blog de Isa Dobles