Mary Shelley y la Revolución Bolivariana por CEFAS - Runrun
Mary Shelley y la Revolución Bolivariana por CEFAS

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La escritora Mary Shelley jamás se imaginó que casi un siglo después de irrumpir en la historia con su novela sobre un monstruo gigante, que al principio no tuvo nombre pero que ha pasado a la posteridad con el nombre de Frankestain, su obra sería imitada por uno de los caudillos más particulares y más polémicos que haya tenido Venezuela y toda Latinoamérica: Hugo Rafael Chávez Frías.
Ese monstruo, de más de 2 metros 20 centímetros de altura, que Shelley describe en su novela fue creado gracias al maligno ingenio de una fulano doctor que lo «construye» con restos de cadáveres y que al darle vida abre las puertas para  que dicho engrendo aterrorizara a todo el mundo (tanto en la novela como en el cine) e incluso acabara con la vida de su «progenitor». Esto mismo, pero en la vida real y con dañinas consecuencias, parece haber hecho el difunto presidente Chávez durante todo el tiempo que estuvo gobernando Venezuela. Solo que, al contrario de Shelley, al caudillo barinés se le ocurrio llamar «al monstruo» «Socialismo del Siglo XXI» o «Revolución Bolivariana». Nada de nombre gringos o del imperio.
Exponemos esta conclusión luego de ser testigos de todo lo que dijo un personaje que llaman Mario Silva y que devela cuál es la estructura de eso que llaman «chavismo» y cuál es concepción, que a lo interno,  se tiene sobre la manera de ejercer el poder sin importar si se es o no «revolucionario» o un simple saqueador de los dineros públicos, en especial si Chávez ya no está y si se cuenta con el apoyo de los inocentes que gobiernan Cuba hace más de 50 años.
Las revelaciones del ex-conductor de «La Hojilla» no hacen más que dejar al desnudo como Chávez fue creando un Frankestein criollo cuyas dimensiones y fuerza destructiva son superiores al personaje de la novela de la citada  escritora. Además esa criatura sólo pudo ser medio controlada mientras «el Comandante Presidente» vivió y  gracias a que éste se las ingenió para mantener el control de Pdvsa (dinero),  la Fuerza Armada (armas) y el gobierno (el poder).
Pero como en la obra de ficción, el monstruo actuó por instinto propio mimetizándose en un bicho de mil cabezas cuya descripción es clara en la revelación del barbudo de VTV.
El Frankestein chavista devora al país en lo moral (como pueden seguir hablando en el gobierno de Bolívar). Al estar hecho de partes de cadáveres sus actos llevan implícita la corrupción y en  su conducta priva el odio supino, no sólo contra quienes no son como él, sino contra quienes viven dentro de su cuerpo. La delación de Silva es la radiografía de lo que hubo en el proyecto de Hugo Chávez quien fue entregando espacios a ese espanto viviente mientras él se aferraba al poder y aunque no murió como consecuencia de las acciones de ese monstruo las influencias de los actos éste quizás terminaron de minar su precaria salud.
Este escándalo nos deja como país y como sociedad muy mal ante los ojos de todo el mundo y esperamos que para detener a este engendro no tengamos que hacer como en la novela de Shelley: prederle fuego al país. Por cierto, el Frankestein original- en lo que al cine se refiere- en algún momento lucha contra el Hombre Lobo y Drácula. ¿Será casualidad que Silva hablara sobre la influencia del «Hombre Lobo habanero» en la vida pública de Venezuela y  que de nuevo habían puesto, «en donde hay», a los vampiros?…Mi abuela solía decir: ¡válgame Dios!