Las bases chavistas no están contentas por Juan Carlos Zapata - Runrun
Las bases chavistas no están contentas por Juan Carlos Zapata

El trasvase de votos del chavismo al candidato de la oposición, Henrique Capriles Radonski, no es un evento puramente electoral. Hay mar de fondo. He sido testigo de discusiones abajo, entre grupos de militantes, unos más radicales que otros, y estas son las líneas generales que resaltan.

1-El problema económico-Social. La devaluación. La frase recurrente es: ¿a quién se le ocurre devaluar en vísperas de una campaña electoral? El impacto de la medida –el paquetazo, dijo la oposición- se deja sentir, y es un punto sensible entre los chavistas. También, los cortes de electricidad. Gente que vive en el interior y que vino a Caracas a votar, critican la inoperancia del gobierno. Por tanto, el discurso de Maduro, insistiendo sobre sabotaje, no es creíble. La escasez de alimentos es otro de los problemas, y sobre sus causas,  las opiniones están divididas: algunos le achacan la culpa al gobierno, otros a la burguesía. A la guerra económica. “Hay que actuar con fuerza. Intervenir las empresas”.

2-La corrupción. No aparece en las encuestas como un tema sensible. Sin embargo, ya comienza a ser debatido de manera intensa. La corrupción de arriba y la corrupción de abajo. La de arriba que implica a los altos funcionarios. En este sentido, se preguntan: ¿Cómo es que no hay presos? Debería haber presos para poner el ejemplo, señalan. De pronto apareció Cadivi como foco de corrupción. Y sonó el nombre de Manuel Barroso. La corrupción de abajo. Este aspecto es interesante. La llaman “malandreo”. Y apunta hacia los caciques que controlan consejos comunales y comunas que, en algunos casos, también son jefes del tráfico de drogas en barrios, y siembran la violencia. Los más comprometidos, observan una clara contradicción entre el discurso y la práctica.

3-La burocracia. Evocan a Chávez, quien temía que la revolución se viera afectada por la burocracia. Pepe Mujica le advirtió a Chávez en una ocasión que tomara en cuenta que estaba creando un modelo burocrático, más que construyendo el socialismo. Esta aprehensión aparece en las discusiones, bajo estas frases: hay mucha barriga llena. Hay mucha comodidad. Se llenan la barriga y se olvidan de la revolución y el socialismo. Una mujer señalaba que, en Catia, el día de las elecciones, grupos de supuestos revolucionarios estaban más pendientes de las apuestas del futbol español, el beisbol de Estados Unidos y las carreras de caballos, que de ir a votar. “Nadamos en la abundancia”, señaló uno que se dice militante comunista. Los colectivos reciben parte de la crítica. Son vistos como expresión y cuotas de poder de algunos dirigentes. Dicho en otras palabras: es la burocracia –armada o no, violenta o no- de cierta dirigencia. La burocracia no se mezcla con el pueblo. Anoche Maduro hablaba de que iba a gobernar en la calle. Con la gente. O sea, que estas bases apuntan a la diana.

4-Traición. La procesión va por dentro. Apuntan que el enemigo está adentro. Que se les entregan casas de la Misión Vivienda a personas que votaron en contra de Maduro. Se sabe que en La Pastora ganó Capriles. La explicación, según una militante, es que el 1×10 no se cumplió porque algunos responsables de la movilización no hicieron su trabajo a propósito, no repartieron planillas, se quedaron quietos. “En la Cancillería hay gente esperando que les den un apartamento, pero no son chavistas”, agrega otra voz.

5-Las ayudas. Antes de enjuiciar, salvan la responsabilidad de Chávez. Era bueno. Y por  bueno se cometieron errores. Entonces, viene el juicio: No se le puede entregar casas a gente no comprometida con la revolución. El lumpen recibe ayuda, y al lumpen nada le importa el socialismo, la patria, la revolución. Lo que hace es llenarse de hijos y cobrar cada quince y cada último. A algunos refugiados se les hizo un daño irreparable. Se les alojó en hoteles de lujo. Llevan años durmiendo en habitaciones lujo y bañándose en piscinas. Esos ya no pueden ser socialistas. Aparece este foco de crítica: los extranjeros. Hacia colombianos, bolivianos, ecuatorianos, que vienen a pedir y a invadir.

6-Maduro. Lo observan como un hombre débil. Sin decisión. Admiten que fue el mal menor, no la mejor solución, de Chávez. ¿Por qué? Por la división interna. Había que escoger al que dividiera menos. Un militante de mayor nivel –ya lo había visto por TV en el acto de Maduro con gente de la cultura-, señala la poca formación de la dirigencia heredera de Chávez. “Chávez no se merecía esto”, se les escucha decir a varios, lamentándose por el resultado electoral, aunque de inmediato, alguien se llena de ánimo y vocea el No volverán, y la consigna se deja escuchar con fuerza. El discurso encendido de Maduro, ayer, tal vez lleva este propósito. Convencer a los núcleos duros de que pueden confiar en él.

Juan Carlos Zapata