De la Memoria y Cuenta o de cuando Dios proveerá en su tiempo perfecto por Andrés Volpe
De la Memoria y Cuenta o de cuando Dios proveerá en su tiempo perfecto por Andrés Volpe

AsambleaNacional5

 

Power is not a means, it is an end. One does not establish a dictatorship in order to safeguard a revolution; one makes the revolution in order to establish the dictatorship.

George Orwell

 

El discurso del Presidente Maduro durante la memoria y cuenta de su gobierno plantea una multitud de interrogantes. La primera y más apremiante recae sobre la veracidad del discurso, ya que los argumentos traídos a conocimiento público resultan sumamente graves para la democracia en el país, la estabilidad económica, la concepción de un futuro para la nación y su integridad e, incluso, plantea interrogantes y amenazas para el concepto de sociedad moderna y la vida en Venezuela. Debido a ello, existe una grave duda en cuanto a la veracidad de las palabras pronunciadas por Nicolás Maduro, tomando en cuenta que su gobierno tiene la obligación constitucional de cumplir y garantizar ciertos elementos y principios en la realidad que conlleven a una vida en libertad y plenitud. De ser veraces y profesar la verdad de los argumentos en su discurso, Nicolás Maduro declaró la instauración de una dictadura en el país mientras, al mismo tiempo, confesó su incapacidad para traer la crisis que sufre Venezuela a buen término.

El segundo punto fue la profundización de la polarización entre los venezolanos, ya que mediante amenazas e insultos descalificó la cualidad igualitaria de los ciudadanos, confrontándolos entre sí mediante la contraposición de las posiciones políticas y otorgándoles la cualidad de irreconciliables entre sí. Esta acción siempre ha sido llevada a cabo mediante el empleo de una neolengua revolucionaria en la cual los defensores de la revolución se encuentran en una guerra permanente contra cualquiera que no obedezca el mandato ejecutivo. Nicolás Maduro mantiene la premisa de que la vida revolucionaria es una batalla permanente contra las leyes que rigen el plano real de la existencia humana. Esta actitud ha de llamarse la dictadura contra la realidad, ya que el ejecutivo busca condicionar y/o reemplazar la realidad con su visión ficticia de manera irracional y autoritaria.

El tercer punto del discurso fue la de afirmar que los medios de elección democrática son irrelevantes y que no están sujetos a las decisiones populares que provienen de las mayorías. Nicolás Maduro dejó bastante claro que no le queda ni un ápice de duda de que las próximas elecciones parlamentarias serán ganadas por el oficialismo, ya que ellos son los representantes de Chávez en la Tierra. Declaró como cierto que las encuestas le otorgan una popularidad por debajo del 25%, pero reafirmó que ello carece de importancia para garantizar una victoria en el sistema electoral. Aparte del hecho ilegal de utilizar medios del Estado para reafirmar el dominio de su partido, estas declaraciones son graves para la democracia y el principio de separación de poderes, tomando en cuenta que la rectora del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, se encontraba presente y fue explícitamente mentada como adepta al proceso revolucionario. Por supuesto que las mismas consideraciones aplican para el poder judicial y el poder legislativo. Debido a esto, toda propuesta por parte de los sectores políticos de promover y/o apoyar cualquier proceso electoral en este status quo resulta falaz y carece de una apreciación válida y honesta de la realidad política del país.

El cuarto punto toma en consideración la reciente misión extranjera que lideró para brindar una solución a los países productores de petróleo frente a la disminución del precio de venta del barril. Aunque en algunos momentos la consideró de exitosa, o así nos quisieron hacer creer sus partidarios, confesó que el precio del barril de petróleo jamás llegará a los 100 dólares americanos que causaron la bonanza para la corrupción más intensa en toda la historia del país, así como también permitieron que la revolución chavista se mantuviera en el poder a pesar de los desmanes administrativos y la incompetencia evidente. Por lo tanto, Nicolás Maduro implícitamente admitió que fracasó en sus intentos por subir los precios de venta del barril, lo que también arroja indudables pruebas sobre la extinción de la influencia internacional de Venezuela y su capacidad de liderar cualquier intento por motivar la difusión del proyecto socialista de Hugo Chávez. Al mismo tiempo, la gira de Nicolás Maduro falló en conseguir financiamiento internacional para continuar con el modelo socialista que busca implantar y así lo admitió.

Lo que nos conduce a la quinta consideración, la cual toca sobre el punto del modelo socialista y su imposibilidad por promover una solución a la crisis económica que es la consecuencia lógica de la aplicación de las políticas socialistas en Venezuela. La destrucción sistemática del sector productivo nacional ha conllevado al gobierno a importar todos los bienes de consumo básico. No obstante, ahora se ve el gobierno sin los fondos necesarios para mantener esta política económica de importaciones por lo que ha producido una escasez a nivel nacional de todo tipo de productos y, todavía más crítico, de alimentos. La respuesta de Maduro en su discurso fue la de imponer más cargas fiscales a los ciudadanos e incluso amenazarlos con más controles por parte del gobierno. El reconocimiento de la situación actual venezolana en cuanto a la escasez y las colas ha sido la de burla, vilipendio y la amenaza sin demostrar ningún tipo de preocupación legítima ni ningún intento cierto por proponer soluciones al problema. De todas maneras, en un momento de ignorante osadía, Nicolás Maduro aboga por una mejor redistribución de la riqueza, pero el problema fundamental es que las políticas socialistas han producido una situación en la cual no hay riqueza que se pueda distribuir, porque ha destruido toda posibilidad de crearla.

La sexta consideración va enfocada en cuanto al reconocimiento manifiesto y directo de la incapacidad gubernamental por idear políticas que solventen la crisis económica del país al pronunciar la reciente famosa frase de “Dios proveerá”. Así es como Nicolás Maduro en su discurso abre las puertas a la Edad Media venezolana sin ningún peso que le doble el cuello, ya que se desprende de su responsabilidad presidencial y transfiere toda responsabilidad estatal a Dios. Ahora bien, poco podría esperarse tanta confianza en Dios por parte de un comunista confeso, mas así de desesperada es la incapacidad del gobierno de Nicolás Maduro que ya no halla soluciones en el mundo terrenal para los problemas económicos del país, sino que levanta su vista hacia los cielos a la espera de la caída del maná, el pan enviado por Dios. De alguna manera, Nicolás Maduro renuncia a sus responsabilidades como Presidente y se declara incompetente para la conducción del país.

El séptimo punto está relacionado a la actitud presidencial de Nicolás Maduro de transferir sus responsabilidades y declarar su incompetencia, pero en este caso en cuanto al tema de los precios de la gasolina. El presidente reconoció que la gasolina debe aumentar sin precisar realmente el valor ni las consecuencias del aumento, pero dejó esa responsabilidad a Jorge Arreaza para que sea discutida luego sin que dañe a todo individuo que su trabajo o modo productivo dependa del combustible mencionado. Habrá que esperar a los términos que negociará Jorge Arreaza. Esta actitud presidencial de transferir la responsabilidad de su cargo expresa mucho de la precaria situación en la que Nicolás Maduro se mantiene en el poder, ya que expresa temor y lo remueve de toda posición de autoridad de la que ha sido dotada la presidencia.

No obstante, Nicolás Maduro fue asertivo al momento de disipar cualquier duda en cuanto a su permanencia en el poder y la continua aplicación del modelo socialista ideado para la destrucción de la nación. Hubo momentos en los que ferozmente blandió un puño al aire mientras sus bigotes se movían con una agresividad dictatorial que dejaba en claro que el poder se quedará con él. Golpeó con su puño la madera de la Asamblea Nacional con espumosa amenaza y afirmó que aunque ignorante e incapaz sabe disfrutar de la posición privilegiada que le es otorgada por presidir un estado dictatorial y criminal.

El discurso de Nicolás Maduro durante su memoria y cuenta el día de ayer dejó bien claro que Venezuela ya no es una república, decadente o no, y el modelo socialista se empleará en dictadura hasta la muerte o el encarcelamiento indefinido de todos aquellos que se le opongan.

Mientras tanto quedará Dios, el maná, lo que él provea y su tiempo perfecto.

 

@andresvolpe