Puro pote de humo por Henrique Capriles Radonski
Nov 30, 2014 | Actualizado hace 9 años
Puro pote de humo porHenrique Capriles Radonski

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Casi el 90% de los ingresos de nuestra Venezuela dependen de la producción petrolera, realidad que nos convierte en uno de los países, por no decir la única nación del planeta, más afectada por la caída de los precios del petróleo. Y aunque Nicolás lo niegue irresponsablemente y diga que nuestro país está blindado, nuestro pueblo seguirá sufriendo serias y terribles consecuencias con tal hecho. El viacrucis que hoy vivimos los venezolanos producto de la crisis económica lamentablemente se agudizará, porque nuestro país es hoy más rentista que nunca.

Hoy nuestro pueblo está sufriendo. Cada venezolano tiene ahora en su espalda una cruz. No hace falta llegar a las comunidades más pobres, donde el padecimiento es aún mayor, para darse cuenta de que esta es una realidad que no exageramos. Así como tampoco exageramos al decir que la crisis económica, que generó este gobierno con su modelo desfasado y corrupto, puede llevarnos al fondo del océano.

No olvidemos que el descenso de los precios del petróleo llega, justamente, cuando los venezolanos debemos sortear problemas como el drama de la escasez de alimentos y medicinas, una inflación que supera el 70%, ausencia de fuentes de empleo formal, el colapso de la infraestructura de nuestro país, la crisis del sistema de salud y otra serie de dificultades, producto de la ineptitud, mediocridad y la manera obtusa de gobernar de un grupito de enchufados, que ha destruido nuestro país.

A quienes nos duele esta hermosa patria, estamos sumamente preocupados con la caída de la renta petrolera. Además, es nuestra obligación advertirle a nuestro pueblo que las cosas pueden ponerse peor de lo que ya están. La calidad de vida de nuestro pueblo seguirá deteriorándose. Cada día se hará más complicado conseguir alimentos, medicinas, materiales de construcción, insumos médicos, repuestos para la nevera, para el autobús, y para el carro.

Ante una situación como la que estamos viviendo, un gobierno serio y responsable estaría informándole a sus ciudadanos cuáles son los cambios y acciones a emprender para hacerle frente a la caída del precio del crudo, de las acciones a tomar para salir del modelo rentista a uno que impulse la producción nacional para, al fin de cuentas, convertir el petróleo en el gran motor que permita diversificar nuestra economía y hacer más poderosas nuestras vidas.

Pero no, la única acción emprendida por los del gobierno fue suplicar a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) que redujeran la producción diaria de 30 millones de barriles de crudo, como un mecanismo para intentar frenar el descenso de los precios. ¡Qué vergüenza! Esa es la gran solución que ellos plantean, cuando destruyeron, acabaron y politizaron nuestra industria petrolera. Una industria que era ejemplo en el mundo y que hoy apenas está operativa. Tal ha sido la destrucción, que con este gobierno hemos tenido que importar no sólo petróleo, sino también algunos de sus derivados como gasolina, diésel y lubricantes.

Los demás países miembros de esa organización no tienen la culpa, de que el grupito de enchufados, ese mismo al que los seguidores del presidente Chávez señalaban como el entorno responsable de los principales problemas del país y que hoy están gobernando, hayan despalillado los millones de dólares que ingresaron a nuestra Venezuela producto de la bonanza petrolera más importante de la historia de nuestra nación.

Para complicar más el panorama, no es sólo que el gobierno no tomó previsiones y no ahorró recursos durante el boom de precios petroleros, sino que además hipotecó a intereses extranjeros nuestro hermoso país. Eso tiene que recordarlo siempre nuestro pueblo, tenemos el mejor país del mundo, pero lamentablemente tenemos el peor gobierno que una nación pueda tener.

La única forma de salir de este mal gobierno y superar esta crisis es a través de la unión de todos los venezolanos. Para cambiar de una vez por todas este modelo se necesita que todos, pensemos como pensemos, nos unamos en función de superar esta situación. No olvidemos que no se trata de un cambio de forma, sino de fondo. Se trata de derrotar un modelo atrasado, que cada día nos pone la vida más difícil. Eso sí, el cambio que nosotros promovemos y defendemos es constitucional, pacífico, electoral y profundamente democrático.

Al pueblo que todavía cree en el gobierno se lo digo clarito: ese modelo no sirve y lo que no sirve hay que cambiarlo. No puede ser que tengan que hacer largas colas para comprar leche, harina y pañales y sigan defendiendo lo indefendible y justificando lo injustificable. Es hora de pensar en su familia, en sus hijos. Es hora de pensar en el futuro, en su progreso, en el avance de su comunidad, de su estado y de este hermoso país. Ese es el mensaje que debemos llevar, sobre todo, a los que aún están confundidos. No olviden que las largas colas que tienen que hacer para comprar algo, la inflación que se come su salario, el ruleteo en los centros asistenciales y la inseguridad en las calles, son responsabilidad de Nicolás y su gobierno.

Ahí está, ya en octubre decretó unas “Navidades Felices”, como si la felicidad de nuestro pueblo pudiera decretarse. Con ese fulano decreto lo que buscan, al igual que con la persecución a dirigentes de la oposición, es distraer la atención sobre los verdaderos problemas que enfrentamos a diario, puro pote de humo.

Yo les pido a todos que no se dejen engañar ni manipular, y no dejemos de luchar por este hermoso país. Nuestra Venezuela bien merece la pena. Tenemos el mejor país del mundo, pero todo lo que nos está sucediendo, hace que lo negativo desplace a lo positivo y muchas veces nos dejamos desalentar. No es mentira ese dicho que reza que nunca está más oscura la noche, que cuando va a amanecer. No duden que aclarará la mañana en nuestra Venezuela, a veces los cambios tardan un poco más, pero llegan.

Sigamos trabajando y haciendo lo que cada uno de nosotros tiene que hacer hasta lograr que tengamos un gobierno comprometido y responsable con los venezolanos. Sí es posible que juntos podamos construir un país, donde los ingresos petroleros se manejen de manera transparente y sostenible. Que la renta petrolera sirva para responder a los principales problemas del país. El modelo progresista en el que creemos, utiliza el petróleo como una palanca para construir oportunidades para todos por igual. Recuerden siempre que sobran razones para unirnos. ¡Que Dios bendiga nuestra Venezuela!

 

@hcapriles

Henrique Capriles Radonski