El espejo de Adolf Hitler por Carolina Jaimes Branger
El espejo de Adolf Hitler por Carolina Jaimes Branger

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Un artículo en el blog Forward (blogs.forward.com) del escritor, relacionista público y periodista Michael Kaminer refiere que vio a una adolescente en el metro de Caracas que llevaba una ajustada franela roja con el logo de Hello Kitty deformado como un remedo del Führer y la frase  “Hola, Hitler” ¿Qué tiene en la cabeza alguien que se pone una franela que dice “Hola, Hitler”? Porque si tiene algo en la cabeza, sin duda lo que no tiene es corazón. ¿Sabrá esa joven los millones de muertos que causó ese monstruo?…  O simplemente es la ignorancia entregada a una campaña propagandística, como sucede con las franelas del Che Guevara.

Unos días más tarde, Kaminer vio la misma camiseta en una revista de modas venezolana, catalogada como un diseño “super cool”. En el artículo se queja de que los diseñadores no respondieron a los correos que él les envió.

El periodista también se encontró con que en la caja de una librería del gobierno había un libro de “El protocolo de los sabios de Sión”, un panfleto antisemita. El cajero dijo que era suyo y empezó a despotricar de los judíos. Algo que nos era ajeno hasta hace poco tiempo.

La guinda de su visita fue un mural a la salida del metro de una mujer cubierta por una burka, una bandera palestina, un texto de “Viva Palestina libre” y el retrato de un sonriente Chávez. Yo estoy de acuerdo con que haya dos naciones en el mismo territorio, Israel y Palestina, pero no puedo avalar el sentimiento antisemita que se está auspiciando en el país.

En este marco de preocupante antisemitismo, algo reciente en un pueblo como el venezolano que le abrió las puertas del país a los judíos, la semana pasada asistí a la conmemoración del pogromo nazi “Kristallnacht” (conocido en español como “La noche de los cristales rotos”) cuando las SA, las fuerzas paramilitares de Hitler, bajo la inacción de la Wehrmacht y la policía institucional y arengadas desde el alto gobierno, cargaron con todo contra los judíos por el asesinato de un alemán a manos de un judío en la Embajada de Alemania en Francia.

Reventaron los cristales y saquearon las tiendas, incendiaron sinagogas, casas, mataron a un centenar de judíos y detuvieron a treinta mil, que fueron llevados a campos de concentración. El comienzo del Holocausto.

El juez federal argentino Daniel Rafecas volvió por tercera vez como orador de orden. Esta vez habló de los juicios posteriores al Holocausto. El primero –el de Nuremberg-  fue un juicio por violación de la paz internacional, porque el delito de genocidio no estaba tipificado, como alegaron los abogados alemanes. Esta omisión dio origen a los llamados Principios de Núremberg, que constituyeron el principio del  Derecho Humanitario (más amplio que los DDHH). El asesinato de personas por otro grupo de personas -agavillamiento– es un crimen según el derecho penal. Pero el haber asesinado a 6 millones de personas con la crueldad que lo hicieron los nazis, no estaba tipificado porque los juristas del horror se encargaron de darle marco legal a las actuaciones del régimen nazi.

En 1950 la Comisión de Derecho Internacional de Naciones Unidas estableció los principios legales que en adelante debían regir los juicios de Núremberg contra los miembros del partido Nazi tras la Segunda Guerra Mundial.

El tema del genocidio va más allá de haber llevado a las personas a las cámaras de gas. Es además la persecución injusta de un grupo que culmina en su etapa más horrenda en la “limpieza étnica”.

El juicio de Eichmann fue un punto de inflexión porque cuando el Mosad captura al criminal nazi -y la comunidad internacional lo acepta como un acto justificado por el Derecho Humanitario- fue un acto que se extendió más allá de la soberanía.

El hecho cierto es que la justicia, aunque se tarde, llega. Y que quienes creen que detentarán el poder ad aeternum, solo tienen que verse en el espejo de Adolf Hitler, que creyó que el III Reich duraría mil años y duró solo trece…

 

@cjaimesb