Bolívar Instagram by Hugo Chávez Frías por Toto Aguerrevere - Runrun
Bolívar Instagram by Hugo Chávez Frías por Toto Aguerrevere

Fue Bonaparte quien dijo alguna vez: “¿Qué es la historia sino una fábula aceptada por muchos?” Es una bonita frase aplicable a cualquier evento que sale en Wikipedia. Ninguno de nosotros estuvo ahí para saber si Jesús se le presentó a María Magdalena como Jacob Marley a Ebenezer Scrooge. Pero ni el más ateo pone en duda que la imagen de un hombre de pelo largo, vestido de yute y apuntando al cielo como si fuera a llover sea Jesucristo. Esto, hasta que Hugo Chávez decidió cambiar el paradigma de quienes no vivieron para tener su momento Instagram.

En conmemoración del 229 aniversario del natalicio de Simón Bolívar, el Presidente de Venezuela ha develado una animación en 3-D del rostro del Libertador. No es nueva su fascinación por glorificar a Bolívar. En el pasado hemos sido obligados a oír cuentos de cómo el Padre de la Patria estiró la pata y visto profanar sus huesos en cadena nacional. En días próximos (si Farruco Sesto le echa pega loca a una obra que tiene seis meses de retraso), toleraremos cómo mudan sus restos a un “mausofeo” que se ha volado cuatro veces más real en su construcción que el presupuesto anual asignado a todos los museos de la Nación.

La nueva imagen del Libertador by Chávez prueba una cosa interesante: tanto François Roulin, Pedro José Figueroa y el propio Tito Salas eran unos “maleta” pintando narices. Los más de 80 retratos y grabados conocidos de Bolívar le dan una nariz aguileña, un mentón perfilado y más patillas que las que lució Carlos Andrés Pérez en su primera campaña electoral. El Bolívar de la Revolución tiene las patillas y se parece en los ojos. Pero la nueva nariz y el mentón son tan disimiles a lo que sale en el billete de cien, que de estar vivo, el Libertador necesitaría una calcomanía de esas que reparten en los reencuentros que dicen “Hello, my name is: SIMÓN” para ser reconocido.

La imagen es solo parte del nuevo cambio de look. El Presidente de la República también afirma la tesis de que Bolívar era de sangre africana, que no nació en Caracas sino en la población de Cayapa y que no cumple el 24 de julio sino el 25. Esto no es un extreme makeover, esto es la creación de un nuevo héroe. El país no había visto un cambio de imagen tan drástico desde que a María Antonieta Cámpoli le cambiaron el pasaporte italiano y la edad para coronarla Miss Venezuela. Cierto, está el caballo, las batallas y Manuelita. Pero del Bolívar de carne y hueso de Herrera Luque no queda ni la portada.

El tiempo dirá quien se benefició económicamente de este Bolívar con nariz que recuerda a la del propio Presidente. Cambiar la imagen del colectivo en nuevos billetes, libros, y cuadros a ser colgados en paredes de colegios e instituciones públicas implica un gasto importante. Si aquí se hizo millonario el que fabrica tela roja y carpetas manila, no vamos a poner en duda que la licitación por la reproducción de la imagen en distintos formatos no será diferente. Pero eso es lo de menos cuando de jurungar la memoria histórica se trata.

Preocupa más el olvido. De no verse un cambio político próximo, un día nos levantaremos y descubriremos que el Libertador en realidad nació el 28 de julio en la ciudad de Sabaneta. El segundo de seis hijos de Doña Elena, criado por su abuela hasta que se hizo teniente. Un solo hombre que consagró su fábula y con ella cambió la historia. Ya no se llamará para ese entonces Simón Bolívar. El Libertador de Venezuela se llamará Hugo Chávez Frías.

A votar el 7 de octubre. Se lo debemos a Bolívar.-

 

Toto Aguerrevere – @totoaguerrevere