Aunque muchos quisieran que habláramos de doña Manuela Sáenz o de la descalificación troglodita, mejor es volver al tema que tanto se pretende evadir, aunque desde otro punto de vista:

Según una manipulación mediática, aparecida en la prensa de Argentina, la fortuna de los esposos Kirchner aumentó en un 20% durante el 2009. Pensaba yo, ingenuamente, que eso se debía al hecho de que, como tienen largo rato gobernando el país y no tienen que gastar en carro, comida, pasajes, alquiler ni en todas esas cosas en las que se nos va la plata al resto de los mortales, pero parece que hay algo más. La fortuna de estos admiradores del “Socialismo del siglo XXI” se estima en unos 14,5 millones de dólares. Según la misma fuente (EFE), durante el ejercicio del poder, la fortuna aumentó de manera notable, lo que muestra que gobernar  puede ser un buen negocio, si se sabe hacer bien. Dicen las malas lenguas que Néstor ha comprado terrenos en municipios a precios inferiores a los reales, gracias a la intervención de algún copartidario en el municipio. No me consta si es cierto, pero lo que sí es verdad es que a los Kirchner les gusta comprar y poseer tierras, como a cualquier familia presidencial del continente, lo cual tampoco es ninguna novedad. También dicen que el Primer Caballero compró dos millones de dólares en efectivo, poco antes de que el Banco Central aumentara el valor de la divisa. Algunos piensan mal y dicen que él estaba dateado, puede ser, pero lo más probable es que haya sido un golpe de suerte, uno de esos buenos negocios que se te presentan una vez en la vida.

En todo caso, a los venezolanos, lo que debe inquietarnos es cuánto de ese dinero tiene que ver con una eventual relación de intercambio comercial con algún país ubicado al norte de Sudamérica y si hay en ese incremento porcentual alguna correlación significativa entre el mismo y procesos de intercambio de alimentos en estado de descomposición y/o en estado de lo que llaman vencimiento.