Historias de la Historia
Quienes mencionan a Simón Bolívar las 24 horas del día presumen de conocer muy bien su historia y sus ideas, pero suelen silenciar cuestiones fundamentales de su pensamiento y de su acción política. Olvidan, por ejemplo, un hecho de gran resonancia y de implicaciones muy prolongadas en el tiempo. Nos referimos a la circunstancia de que por una iniciativa de Bolívar, el petróleo es de la exclusiva propiedad del Estado y no de particulares como sucede en otros países. Paradójicamente, el mérito de Bolívar no fue otro que el de adoptar la legislación española vigente para el momento de la Independencia.
Esta es la historia, en breves palabras:
En 1783 el rey de España. Carlos III, decretó que las Ordenanzas de Minería ampliaran el dominio de la corona más allá de las minas metálicas, desde los “minerales perfectos”, el oro y la plata, hasta lo menos perfectos, como los “líquidos de la tierra”. De ahí viene la expresión “jugo de la tierra” para referirse al petróleo. En 1784, por Cédula Real se extendieron las Ordenanzas a la Intendencia General de Venezuela. Si nos fijamos en la fecha, 1784, Simón Bolívar apenas estaba aprendiendo a caminar, tenía un año de edad.
La historia señala un momento clave para Venezuela, parte entonces de la Gran Colombia. Veamos: el 24 de octubre de 1829, Bolívar decretó que las Ordenanzas de Minería de 1783 continuarían en vigor. “El Libertador declaró, y es este el mayor mérito de su trascendental decreto, escribió el tratadista Rufino González Miranda, que la propiedad de las minas corresponde a la República, con lo cual las minas de petróleo y demás combustibles, como todas las otras minas, pasaron del dominio de la Real Corona al dominio de la República…”
En consecuencia, las riquezas del subsuelo son privilegio y monopolio del Estado venezolano. Simón Bolívar lo heredó de Carlos III, y nosotros lo heredamos de Bolívar. El monarca dijo:
“Las minas son de mi Real Corona. (…) Sin separarlas de mi Real Patrimonio, las concedo a mis vasallos, en propiedad y en posesión, de tal manera que puedan venderlas, permutarlas, arrendarlas, donarlas, dexarles en testamento… “ Así lo dispuso Carlos III.
Esta es, pues, la breve historia. Simón Bolívar reconoció la importancia de aplicar una decisión del rey español. Cuando en los años de la República independiente fundada al dividirse la Gran Colombia, la legislación ratificó la decisión del Padre de la Patria. No todo había sido malo bajo el régimen español. Bolívar lo reconoció al reivindicar una política de Carlos III. Esta es la explicación de por qué el petróleo, y los minerales como el oro y la plata, llamados “minerales perfectos” son privilegio exclusivo del Estado.
SIMÓN ALBERTO CONSALVI
