¿Quién quiere heredar pobreza? por Carlos Dorado
¿Quién quiere heredar pobreza? por Carlos Dorado

 Pobreza

 

Continuación del artículo de la semana pasada

 

Sin embargo, el mundo pareciese voltearse, ante una mayoría de mujeres embarazadas, que en un gran porcentaje no superan los 18 años, las cuales por falta de recursos y de educación, se ven atrapadas con sus hijos en un círculo de miseria y de salud, del que difícilmente puedan salir. ¿Hay solución? Las soluciones mágicas no existen, pero un buen comienzo sería darles a estas personas un fácil acceso a pastillas anticonceptivas y  una buena educación relacionada con la planificación familiar.

Globalmente, en la historia de la humanidad el promedio de nacimientos nunca fue tan bajo; sin embargo está creciendo exageradamente en los continentes más pobres como África, que actualmente representa al 15% de la población mundial, y en el  año 2050 pasará a ser el 25% ¡Los países más pobres tienen cada día más hijos, y los países más ricos menos hijos! ¿Sabemos lo que esto significa?

De acuerdo a estudios realizados por USAID, por cada dólar que un país invierta en “planificación familiar” se ahorraría 6 dólares en medicinas, servicios médicos y ayudas sociales. En el año 2012 se estimó que el número de embarazos no deseados hubiese ascendido  a 80 millones, de los cuales  63 millones ocurrirían en los países subdesarrollados. Si estas mujeres, hubiesen tenido las herramientas necesarias, la educación apropiada y el derecho a decidir por ellas mismas, la población que engrosa actualmente la lista de la miseria, hubiese disminuido dramáticamente. Y todo ello, sin dejar de mencionar que murieron 358.000 mujeres durante el nacimiento de sus hijos, y 47.000 durante el aborto.

Si revisamos una encuesta realizada en estos países, por el Aspen Institute en ese mismo año, tenemos que 222 millones de mujeres hubiesen querido anticonceptivos; pero no pudieron o no tuvieron acceso a los mismos. Si los hubiesen tenido, se habría evitado: 54 millones de embarazos no deseados, 26 millones de abortos, 79.000 muertes de mujeres embarazadas y 1.1 millones de niños que mueren al nacer. Y además, se hubiesen  reducido las emisiones de carbono en el planeta entre un 8 y un 15%

En 1970, en Bangladesh las mujeres tenían en promedio 6 hijos, y la población se hubiese triplicado en 40 años. Por lo cual, el gobierno decidió repartir anticonceptivos gratis conjuntamente con un programa de educación y concientización. Los resultados fueron que en el año 2010,  el número de mujeres que usaban anticonceptivos era del 60% comparado con el 8% al inicio del programa, bajando el promedio de hijos a 2.2, e incrementándose la asistencia al colegio de estos niños al 90%; estando en vías de ser el único país subdesarrollado en lograr los objetivos indicados por los programas de desarrollo mundial para niños y madres.

Cuando las mujeres tienen sólo los niños deseados, los efectos positivos en  sus vidas es impactante, ya que disponen de más tiempo para ellas y para sus hijos, para educarse, para educarlos, y ahorrándole mucho dinero al gobierno, pues al tener una población menor en condiciones de miseria, dispondrían de más recursos para dedicárselos a lo más importante: ¡A la educación de ese futuro!

¡Educación! esa máquina eliminadora de miseria, constructora de conocimientos, que hace que un país sea formado, garantizándole así un futuro. Mi madre me decía: “Carlos, carecer de libros, es el colmo de la miseria”

¡Ojalá, que algún día se logre que la miseria no se herede!

Cdoradof@hotmail.com