Los pueblos tropiezan, pero cambian, por Armando Martini Pietri
Los pueblos tropiezan, pero cambian, por Armando Martini Pietri

 

La más reciente encuesta de la firma Meganálisis, ¿qué celosos suspicaces preguntan estupefactos quién la pago? está clara. Los venezolanos, están hartos de un régimen mediocre, incompetente, tramposo y cruel. La inmensa mayoría, el 84% de los entrevistados están ansiosos y quieren que el presidente ilegitimo se vaya. El grito casi unánime, ¡Fuera Maduro! ¡Fuera Maduro! retumba en todo el territorio nacional.

Los ciudadanos aspiran un líder inteligente, audaz, orientador, una estrategia basada en el coraje, la verdad, que no acepta y rechaza el arreglo, la negociación y cohabitación. Sin embargo, ya no piensan como hace un tiempo, que el favorito para sustituirlo, echarse al hombro la gigantesca y muy ardua tarea de sacar al país del pipote de basura donde el castro-madurismo lo ha dejado, ya no sería un reconocido industrial.

Nadie le niega méritos, sino que hasta hace poco era favorito en las encuestas. En esta oportunidad se modifica. Quizás porque, cada vez que se le mencionaba la ocupación presidencial, insistió una y otra vez, no estar interesado.

A pesar, todavía conserva más popularidad que cualquier político, pero en esta ocasión quien muestra un clarísimo y contundente favoritismo, no es el empresario y ni de lejos un dirigente de oposición. Quienes no tuvieron visión ni temple político, que apostaron al contubernio, complicidad y concubinato para esfumarse políticamente sin pena ni gloria. Líderes de temporada y época como Ramos Allup, Falcón, Rosales, Borges, Capriles, Zambrano, Florido, Barbosa, Fernández, Aveledo, Torrealba, Díaz, otros ciegos y sordos que arriesgaron sorpresivamente por tonta y lerda su futuro político atando sus destinos a la dictadura desalmada; hoy sufren las consecuencias de su sandez. El 75% los culpa de que esta vergüenza continúe en el poder y un 80% los quiere apartados, ausentes y desaparecidos de la dirección adversa al régimen dando oportunidad a nuevos perfiles de luchadores, constantes y capaces de sacrificarse.

“Un apaciguador es alguien que alimenta al cocodrilo, esperando que se coma a otro antes que a él”. Winston Churchill.

Un dato importante es que la ciudadanía ambiciona y espera en protección de su bienestar y futuro, que la fuerza armada se active para «convencer» a Maduro que se vaya, dimita, renuncie. Queda plasmado sin ambigüedades en un contundente 81%.

También evidencia el estudio que el venezolano -64%- no profesa agrado ni le gusta el Presidente cara pálida. Sin embargo, el 52% se siente cómodo por el recién electo Presidente colombiano Iván Duque como opción viable de ayuda; y luego un 78% reconoce que precisamos asistencia internacional, juzga y percibe que solos en lo interno no podremos, el costo sería inmenso para resolver el lamentable asunto que angustia, desespera y mantiene en tensión a Venezuela.

Para molestia y envidia de muchos eunucos mentales, carentes de sentido común y comprometidos con la ignominia, quien aparece con fuerza -45%- es una mujer, valiente dama de la política, extraordinaria representante del valor, coherente, firme, constante, que no da concesiones ni pide tregua, capacitada, luchadora, elementos que sumados conforman la confianza de la ciudadanía.

Es dirigente del arrojo, conexión, valentía y guáramo, que reivindica a diario con pasión obsesiva el mandato ciudadano del 16J, y que jura honrar; surge como la líder, el -40%- la considera para dirigir la nueva congregación, coalición, plataforma, fuerza o unión opositora. Ya ustedes lo imaginan, María Corina Machado, la figura opositora que durante años fue vilipendiada, ignorada, maltratada, traicionada no solamente por quienes suponía eran propios sino también por la dictadura, incluso objeto de burla, pero que jamás dudó en decir verdades, aunque le fuera costosa, -esa ausencia de verdad que acabo con los políticos tradicionales-; expresar con claridad y de manera directa, sin evasiones ni adjetivos suavizantes, lo que pensaba de corazón y mente, sobre el país y lo que ha venido sucediendo. Convirtiéndose en estadista que visualiza el futuro, no se deja llevar por la inmediatez e intereses que no sean los del país, la nación. Y por ello, merecidamente se ha ganado el respeto, aprecio, cariño y confianza ciudadana, como lo valora un 44%.

No le tuvo miedo a Chávez en su mejor momento de popularidad, -cuando muchos lo adulaban- y le reclamó sus abusos, violaciones y desmanes cara a cara, sin bajar la cabeza, tampoco se ha dejado carajear por el confundido, inútil y mandón heredero, tal como no lo ha tenido ante figuras de peso mundial.

¿Sería María Corina la primera presidente de una transición que se sabe necesaria e inevitable? El 45% piensa que es la adecuada. Lo que sí está claro, es que, sin esa luchadora no hay transición posible ni sustentable.

Un mensaje trasparente, responsable, la verdad sin vacilaciones, fraternos con la ciudadanía que sufre y padece, reconstrucción de la masa crítica en una misma dirección, avanzar juntos entorno a una causa solidaria, Venezuela; pero sin cómplices ni corruptos, que se aparten y no estorben porque la lucha es de orden ético, existencial, espiritual y aquellos que estén comprometidos con la dictadura, tanto con su permanencia como en negocios, no hacen falta en esta lucha, que al final brindará oportunidades, reencuentro de la venezolanidad, unión de la familia, que estos cretinos han desunido y destrozado.

Maduro es un incapaz comprobado, esta abrumado, desconfiado, en extremo preocupado, y sin fuerza, el descontento es incontenible, mayoritario, angustioso, está en la cuerda floja y marcha al filo de la navaja. La problemática generalizada le está reventando en las manos. La injusticia, amedrentamientos y arbitrariedades en las detenciones políticas, no frenarán su inevitable desplome. Sobre todo, con las confusas medidas económicas e inicio del nuevo cono monetario, que empeoraran y nada resolverán; en realidad el suplente es tan poco creíble, de palabra malograda y devaluada, su confianza deteriorada, lo que diga o proponga, puede ser el detalle que enerve.

Un verdadero y extraordinario líder dijo: “No tengo nada más que ofrecer que sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor”. Winston Churchill.

 

@ArmandoMartini