Joropo no… ¡jarabe tapatío!, por Carolina Jaimes Branger
Joropo no… ¡jarabe tapatío!, por Carolina Jaimes Branger

Este artículo es para los mexicanos. De manera que si usted, amable lector, conoce a algún mexicano, por favor compártalo. Seguí con interés las elecciones en el hermano país, principalmente porque tengo mucha gente querida viviendo allá. Pero también porque lo que sucede en México repercutirá en toda América. Cada vez más nuestros países se ven influenciados, tanto para bien como para mal, por las acciones políticas y los sesgos ideológicos de la región.

Cuando en 1998 Hugo Chávez comenzó a subir en las encuestas y dejó atrás a Irene Sáez (a quien un gurú-gana-elecciones español le había dicho en noviembre del año anterior que podía acostarse a dormir durante un año, que se despertaría convertida en presidente de la república, ya que una diferencia tan abismal como la que ella le llevaba a su contrincante más cercano era imposible de remontar) voces sabias advirtieron del peligro que representaba Chávez por su cercanía con Fidel Castro. Sin embargo, cuando Chávez ganó, muchos desecharon las advertencias diciendo que “Venezuela no era Cuba”, que estábamos en tierra firme, que Cuba era una isla y que aquí jamás sucedería lo que pasó allá. El resto es historia: pasó y estamos peor que Cuba, nuestro pueblo pasa más hambre y más penurias que el cubano, porque aquí además tenemos que enfrentar el monstruo de la inseguridad, algo que en la “isla de la felicidad” desconocen. En México dirán que, a diferencia de Venezuela, ellos tienen 3169 kilómetros de frontera con los Estados Unidos… Nosotros creíamos que teníamos agarrados por la chiva a los gringos porque éramos uno de sus principales proveedores de petróleo. Ahora pueden dejar de comprarlo y se quedan tan tranquilos…

Me preocupan las ideas de Andrés López Obrador. Viene con un discurso muy parecido al de Chávez. Tal vez su resentimiento también sea parecido al de Chávez. ¡Y claro que en México hay injusticias, como las que hubo y cada vez hay más en Venezuela! Pero una injusticia no se corrige cometiendo otras injusticias. Se corrige sólo con justicia.

López Obrador durante la campaña se mostró más explícito que Hugo Chávez, quien en 1998 fue un maestro del disimulo: toreó preguntas, evadió repreguntas y dio respuestas estereotipadas. Su careta cayó después de que fue elegido presidente, paulatinamente.

Como Chávez, López Obrador cree saber de todo y que como dice la ranchera, su palabra será la ley. ¿Les parezco exagerada, hermanos mexicanos? Sólo esperen un poquito. Esa película ya la vimos los venezolanos y es una película de terror. El guion es simple: cómo se destroza un país.

Vi uno de los videos donde López se refiere a Pemex, la estatal petrolera mexicana, donde pontifica que no se necesitan los profesionales, porque todo el trabajo lo hacen los obreros. Así mismo llevó Chávez a PDVSA por el camino de la bancarrota y la destrucción. Se burló de la meritocracia, despidió no sólo a la plana mayor, sino a 20.000 empleados profesionales y técnicos que en su haber contaban con miles de años de estudios y preparación y que no en balde convirtieron a PDVSA en una de las cinco empresas petroleras más importantes del mundo. Si Pemex también se viene abajo será una tragedia para toda América. ¡Claro que los obreros son necesarios! Pero también son necesarios los técnicos, los ingenieros, los administradores y la junta directiva.

Amigos mexicanos, no se confíen. No bajen la guardia en ningún momento. Cuiden sus instituciones, porque son las únicas que en un momento dado los pueden salvar. Y desde ya pónganse buenos zapatos, porque lo que les viene es joropo… perdón, jarabe tapatío.

@cjaimesb