El pthirus pubis otra vez en Venezuela, por Armando Martini Pietri
El pthirus pubis otra vez en Venezuela, por Armando Martini Pietri

 

Otra vez por estos lados el imperturbable, molesto, guabinoso e impertinente Rodríguez Zapatero, bien financiado adalid de la paz del régimen. Confesó se había reunido con la oposición, al menos, “con una parte”. Pero no es tan simple para los venezolanos, tras mucho ir y venir la MUD/Frente Amplio lo rechaza en apariencia y con disimulo, pareciera que nunca hubo diálogos, regionales, sandeces jurídicas para no obedecer al TSJ en el exilio, faltas de quorum en la AN, irrespeto al 16-J, entrega de la AN, en fin; mientras la oposición en crecimiento, la firme y coherente Soy Venezuela, no lo toma en cuenta, no sólo por su descrédito y distancia manifiesta con el país decoroso, de principios morales y valores éticos, sino que, además, no representa las buenas costumbres ciudadanas ni los intereses democráticos y de libertad, es un lobista fanfarrón, envanecido, parcializado y de micrófonos.

¿Con cuál oposición se reunió? Viajar desde más allá del charco para encontrarse con Timoteo Zambrano, desacreditado, expulsado de su partido y de la MUD; con Vicente Díaz ex rector del Consejo Nacional Electoral (CNE), que afirmó en su salto al falcón-madurismo que es imposible   hackear el sistema de seguridad del poder electoral del cual participó años, deslucido durante y después de su pasantía, neo-simpatizante, representante del falconismo, con Luis Aquiles Moreno, adeco de uña en el rabo y en comentarios de pasillo, chismes con insistencia dicen que también participaron del convite con la risible explicación sobre el encuentro casual y social, un parlamentario salta talanquera de esos que reclaman justicia para todos, y aquellos los ubicados en los jardines floridos de voluntades y rosaledas primaverales; no es precisamente reunirse con la oposición.

Fue un encuentro fortuito -como exclama descarado- con la máscara del oficialismo. O, si quiere para no polemizar, un pechugón con la oposición colaboracionista, manejable, de comiquitas, trapo y café. No son dirigentes ni líderes. La gran mayoría nacional e internacional no los quiere ni acepta, rechaza una oposición de opereta bufa que fracasó contundente en las elecciones para las cuales fue inventada, que ni siquiera logró darle lo que también busca el señor de Valladolid, una lavada de cara al régimen cada vez más acosado por el reclamo masivo de venezolanos que piden un Gobierno funcione, administre, resuelva, un pueblo que con su hambre, estado de abandono y constante protesta deslegitima día y noche a un Presidente que regala dinero que no tiene, inventa criptomonedas que nadie entiende ni busca, cambia sus ministros malos pero deja a los peores, improvisa promesas que sabe bien, en cuanto se le ocurren, que ni puede ni va a cumplir.

Una micro-oposición, que por debilidad se está fundiendo, como manteca de diferentes fincas, pero de igual blandura, con el oficialismo, no por ser un ideal a alcanzar sino porque es el único que puede pensar en sacar algún provecho en medio de la situación desesperada en la cual chapotea.

El castro madurismo puede darse el lujo de hablar -lo único que sabe para no dejar de aparentar- de amplitud dejando la rendijita para que un grupito de enchufados celestinos, y de falsa reconciliación cuando autoriza la salida, controlada, silenciada, a presos políticos que tenía encerrados por simple ejercicio de mano alzada y en condiciones infernales.

El dirigente del Partido Socialista Obrero Español se ha echado encima horas de vuelo -eso sí, a todo lujo- para conversar con personajes que de poco o nada sirven, que abandonaron a la oposición de un grupo de partidos, diputados y que aún menos son voceros de la oposición creciente, real, valiente, coherente.

Es mucho viajar para una reunión sin sentido, intrascendente, algo más tiene que ser el objetivo. No sería de extrañar que viniera a recibir instrucciones de quienes le pagan, y a informar nuevas condiciones de un Gobierno que se estrena en su país de origen con muchos problemas e inversionistas políticos que van a querer cobrar sus gastos parlamentarios y votos de censura pactados.  

Hay quien diga que el asunto es explicarles a ciertos jerarcas locales cómo y por cuanto podrían exiliarse en esa nueva España social-podemista donde ya han venido cobrando lo suyo quienes hasta hace unos días eran oposición coleta afuera y ahora no queda claro qué son en realidad, aunque seguirán siendo molestos y codiciosos.

Tal vez cristalice un agradable viajecito de “opositores sumisos y colaboracionistas” endógenos a deleitarse con los encantos de Madrid, que debería ser pronto, agosto puede ser pesado en esa capital, aunque no desaparecen la luz ni el agua, en caso de rasparse un dedo y un dolor de cabeza, habrá curitas y aspirinas en cualquier dispensario.

Allá pueden ser atendidos por Pablo Iglesias, Pedro Sánchez, total una foto en La Moncloa, bien vale la molestia y siempre es un bonito recuerdo; podrán declarar los esfuerzos por la paz venezolana, mientras el país se sigue diluyendo y descomponiendo. Pero ese problema se ve siempre abstracto y remoto desde los asientos vip de un avión trasatlántico, salones con café, vino de buen gusto, pasapalos finos, comida suculenta, y bien cuidados palacios de Gobierno. Ambientes silenciosos, tranquilos y sosegados, en los cuales el rugir y gruñidos de la hambruna, retorcijones digestivos intestinales, inflación desbordada, falta de medicinas, indignación, inseguridad y muerte no se oyen.

 

@ArmandoMartini