“La salida” de Henri Falcón, por Pedro Pablo Peñaloza
“La salida” de Henri Falcón, por Pedro Pablo Peñaloza

 

“¿Por qué aspiro a la Presidencia?”. Con esta interrogante, Henri Falcón tituló el artículo que publicó este martes 6 de marzo en el diario The New York Times. Al margen de las razones esgrimidas por Falcón, la decisión adoptada por el exgobernador del estado Lara permite diversas lecturas e interpretaciones. En este artículo se planteará una hipótesis para el análisis.

  • Los líderes de la oposición parecen tener claro que su primer objetivo es derrotar a la misma oposición. Luego, se encargarán del régimen chavista pero, en principio, se enfocan en aplastar a sus propios “aliados”. Partiendo de esta premisa, puede entenderse lo que significó “La salida” impulsada por Leopoldo López, María Corina Machado y Antonio Ledezma en 2014.
  • Antes que encarnar un movimiento para defenestrar al régimen chavista, “La salida” de López expresó la pelea por el control de la conducción de la oposición. López trató de desplazar a Henrique Capriles Radonski –fustigándolo por su reacción tras la derrota en las presidenciales de abril de 2013- y con Voluntad Popular se levantó contra la línea impuesta por Primero Justicia, Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo. En ese momento, el famoso G4 (que agrupa a esos cuatro partidos) era una especie de G3-1 y López se rebeló para tratar de imponer la vía insurreccional.
  • La Unidad se resintió, Ramón Guillermo Aveledo –cuestionado por Voluntad Popular – renunció a la secretaría ejecutiva de la alianza y mientras los miembros del entonces G3 acordaban luchar por las elecciones parlamentarias, el partido de López decía que no era suficiente con ganar el Parlamento, recogía firmas por una Constituyente y desarrollaba una agenda particular. Al final, todos se encontrarían en las legislativas y conquistarían el último éxito que se les recuerde.
  • La candidatura presidencial puede ser “La salida” de Falcón. Tiene el efecto de colocarlo en el centro del debate, precisamente a él, que se sentía absolutamente marginado y maltratado por el –ahora sí- G4. Ya se sabe que lo peor que tiene un “cogollo” es no formar parte del mismo. Un ejemplo: Falcón no estaba en la negociación de República Dominicana, que era dirigida por los representantes de PJ, VP, AD y UNT. Pero en esta nueva “negociación” de Caracas con el ministro Jorge Rodríguez, Falcón sí desempeña un rol importante y su voz debe ser atendida.
  • “La salida” de Falcón tiene muchas diferencias con la de López, pero una destaca sobre el resto: “La salida” de López fue reprimida a sangre y fuego por el régimen chavista, mientras que la de Falcón es consentida y apoyada. Al menos, hasta la fecha. Falcón no llama a una rebelión popular para defenestrar al presidente Nicolás Maduro. Sometiéndose a las reglas del régimen chavista, el exgobernador defiende el voto, propone la convivencia, censura a los “radicales de lado a lado”, se muestra como el hombre del diálogo, y extiende su mano a la cúpula y la base chavistas.
  • Falcón debe saber que en estas condiciones –no solo electorales sino especialmente políticas- no tiene nada que buscar en unas elecciones. Él mismo ya lo sufrió. En 2010, siendo gobernador, se lanzó contra la MUD y el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en las parlamentarias y no sacó un solo diputado. En 2017, se quejó de que sus aliados no le prestaron el suficiente apoyo para conquistar la reelección por segunda vez. Si en su patio la almiranta le ganó por una diferencia de 18% de los votos, qué resultado podría esperarse a escala nacional sin contar con la maquinaria electoral y el apoyo de todas las fuerzas opositoras.
  • Pero quizás las cuentas de Falcón no apunten al corto plazo, ni exclusivamente a los comicios presidenciales. Fortaleciéndose dentro de la oposición, pretendería convertirse en un interlocutor válido ante sectores del chavismo. Para el líder de Avanzada Progresista, el juego no se acaba con las elecciones de mayo. Menos con este nivel de hiperinflación, escasez y –ahora- noticias de detención de militares.
  • Falcón es, primero que todo, un gran falconista. Respira y aspira. Lo demostró en el PSUV y lo ratifica en la oposición. Dentro de la cárcel del oficialismo, intentó mantener su libertad hasta romper con el mismísimo Hugo Chávez. En este libertinaje que es la oposición, sin disciplinas, estrategias ni jefes políticos, con más razón –y facilidad- abre su propio camino.
  • Dicen en el beisbol que nadie corre más rápido que la bola. Falcón debe saberlo. Por ahora, el chavismo le permite existir, le perdona la vida. El día en que se convierta en una amenaza real, recibirá la misma dosis que ya aplicaron a López y Capriles Radonski. Mientras tanto, asume el protagonismo, se exhibe, nombra a su futuro ministro de Finanzas, expone su programa de salvación nacional y aumenta su peso político en medio de la confusión y la parálisis de sus rivales internos. Difícil predecir cómo será la llegada, pero por lo pronto Falcón emprendió su “salida”.

@pppenaloza