Maduristas vs Chavistas, por Armando Martini Pietri
Maduristas vs Chavistas, por Armando Martini Pietri

PSUV3

 

Habría, quizás, que añadir a algunos que andan emparrandados, aunque entender a unos cuantos de los comacates originales, aquellos juramentados en el reseco pero simbólico Samán de Guere, no serían demasiado confiables para este madurismo en musical y frenética avanzada, que tal vez sólo Diosdado Cabello entiende en sus ilusiones mientras la primera combatiente pareja presidencial promete un país diferente al que han destruido, bailando reggaeton y boleritos insinuantes en espera del por lo oído soñado joropo adeco, aunque estos han sabido pararse en lo mojado.

Tal vez ese empeño de quien ha destruido el poder adquisitivo del salario, el obrero presidente de que se le ponga en frente a un veterano de mil batallas y con los bolsillos llenos de trucos, que mantiene a la MUD y adecos clavando y desclavando cuadros y colorines, se deba a una especie de melancolía por rescatar un pasado que se esfuma entre nieblas, mentiras, exageraciones y fracasos. 

Quizás esté pasando que el hechicero blanco, justamente por inteligencia y veteranía política, entienda mejor que el bailarín presidencial, que el pasado es pasado, que esta, que los recuerdos se cultivan y estudian, pero no se reproducen. Para más detalles habría que preguntarle a Francisco Arias Cárdenas, que después de proferir de todo contra Hugo Chávez recibió en la ONU su premio imperialista neuyokino y luego la gobernación zuliana de consolación por los favores recibidos.

Los otros candidateables de la MUD no llenarían los requisitos mínimos, estaban en maternal político -hoy en kínder- en esos tiempos cuando el hoy Presidente había abandonado sus merecidos reposos y descansos sindicales para enfrentar las masas como protector físico del –para la época- flaco Hugo Chávez, y mucho antes, cuando los militares muchachones salieron de sus cuarteles para fracasar estruendosa en la madrugada del 4 de febrero de 1992. Estuvieron tras las rejas, por lo que el general Visconti, hoy desconcertante aspirante presidencial, levantó vuelo insurreccional para terminar aterrizando en Perú.

Los demás estaban en la cárcel y los que aún eran libres echaron tiros y bombas dirigidos por el general de aviación y otro desaparecido, un contralmirante de infantería de marina, cuyos esfuerzos se utilizaron para que unos mal encarados de franela, quizás padres putativos de la versión civil del socialismo conocida como colectivos, leyeran un oscuro e incomprensible manifiesto a través de las cámaras de una VTV bañada en sangre, pero con rating nacional.

Las cosas son diferentes, tribilin está muerto, enterrado y los camaradas que creíamos habían fallecido física o políticamente han sido resucitados por el anti-milagro madurista y puestos a bailar en el escenario electoral para que el candidato repitiente del socialismo castrista constituyente se sienta acompañado, ya que los hoy aspirantes presidenciables de la oposición han dicho que sólo acudirán a danzar si les ponen talco en la pista para que los pies puedan seguir con facilidad los tiempos del merengue dominicano.

Un pastor evangélico a quien los evangélicos parecen no querer mucho, pero sí veterano internacionalista del ahorro en Panamá y con experiencia en negocios -según cuentan las malas lenguas-;  un general de aviación al cual le han prestado nuevas alas, maltrechas y poco voladoras; un alguien poco conocido y que sin ser pastor -que se conozca- atribuye su lanzamiento a un “llamado de Dios”; un ingeniero electrónico que asegura defender el proceso revolucionario tras haber formado parte del Polo Patriótico y afirma que al menos alzará su voz en el calamidad eléctrica que cuando la sabotean se apaga y necesita un técnico, que pretende ser él; y el aviador de rumbos lejanos.

Sólo uno en este baile oficialista ha mostrado más trayectoria política, pues de sargento, logró en veinte años ser alcalde y gobernador chavista y popular, ahora de repente siente el llamado de la patria para ayudar no sólo a los larenses -que lo cambiaron por almiranta- sino a todo el hambriento pueblo venezolano, confiando en que puede ser el nuevo caudillo.

Tampoco es que se lance por capricho, antes hubo reunión con sectores de la MUD y los hermanos Rodríguez, para discutir en secreto detalles desconocidos, pero obviamente dieron ánimos al guaro de Lara. Lo que cuesta comprender es que la Asamblea Nacional –la nuestra para bien y para nada, no la Constituyente- tuvo sesión y todos, incluyendo el vice-presidente seguidor del larense y miembro principal de Avanzada Progresista, decidieron por unanimidad no participarían en esta fraudulenta comedia electoral, porque ¡elecciones no son! No habían salido del hemiciclo cuando ya el ex chavista barquisimetano se estaba inscribiendo no para competir, sino para hacerle el juego y favor a la dictadura; cosas que no se entienden de esta incoherente MUD -que ahora muta en un frente que se une y desune a velocidad asombrosa, carrito chocón de la política nacional. Ni siquiera el nombre dura, ahora quieren cambiarlo de nuevo. ¡Increíble!

 El problema está en que el Presidente bailarín, chistoso con todo y Falcón o falsón -como se le conoce popularmente- no sólo se siente, sino que se sabe solo, triste y abandonado todos sus camaradas de candidaturismo no suman lo suficiente para que pueda demostrar en el merengue apambichao que baila de unos años para acá, que es el rey del mambo. Pero no hay majestad que se gane el respeto si no tiene un contrario que meta algo de miedo.

Aunque no tanto como uno con fuerza propia que obligue a dividir al chavismo en dos toletes, uno para cada cual. Maduro se enfrenta a chavistas, y ése sí es un baile interesante, al menos hasta que un espontáneo entusiasta se anime.

Se pregunta ¿en cuál de los grupos bailaría Francisco Arias Cárdenas? Sólo falta él, para completar la fiesta rítmica. Porque Henri Falcón, con pragmatismo siniestro y calculado, anda bailando por su cuenta, sin pareja ni vergüenza.

@ArmandoMartini