La historia los absolverá... al día siguiente, por Orlando Viera-Blanco
La historia los absolverá… al día siguiente, por Orlando Viera-Blanco

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Las elecciones del 22 de abril de 2018 deben marcar cuenta regresiva para el gobierno de Nicolás Maduro. Pero el asunto no depende de su ineficacia, sino de la capacidad opositora de construir una nueva alianza política y ciudadana. El destino de Venezuela dejó de estar en manos del gobierno. No les interesa el bienestar. Viven del caos… La posibilidad de recuperar nuestra democracia y libertad quedó en los hombros de la disidencia venezolana y de la comunidad internacional. El país ya entró en ‘modo de Somalia’.

La receta

No hay que ser un letrado para hacer un diagnóstico de las fallas oposición. Recientemente le hacía una entrevista al editor Rafael Poleo quien me comentaba que uno de los grandes errores de la mesa de la unidad “había sido ser excesivamente tolerantes con ciertos factores que se dicen igualmente llamar opositores”. Aunque no mencionó a quiénes se refería, lo interesante de su planteamiento es que en la búsqueda del poder [la oposición] ha sido obstinadamente democrática. Demasiadas manos en la sopa. Recordaba el editor de ZETA y el NUEVO PAÍS, que en su momento (1958) Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y Jóvito Villalba acordaron desde Nueva York, dibujar la ruta que los llevaría a la salida de Marcos Pérez Jiménez. Y se firmó el pacto de gobernabilidad democrática conocido como Pacto de Punto Fijo. La oposición por el contrario carece de capacidad de consenso. Más caciques que indios, más coroneles que pelotón. Y más tuiteros confusionales y apoltronados, que valientes en el frente.

Debemos reconocer quiénes son esos líderes fundamentales de la oposición venezolana. No cabe duda que son las cabezas de los principales partidos políticos del país, AD, Primero Justicia, Voluntad Popular, Un Nuevo Tiempo y Soy Venezuela. Desde esta estructura partidista ha de concebirse la plataforma ciudadana que emprenda la construcción de esa nueva alianza política por el rescate republicano. Falcón es otro accidente histórico. !El mismo musiú con diferente cachimbo!. La dinámica demanda la concreción de un nuevo consenso de transición política; liberal, moderno y disciplinado, que integre tres elementos fundamentales: i.-Un cuerpo colegiado de coordinación de asuntos internacionales, activación y seguimiento de la justicia global, DDHH e injerencia legítima; ii.- Un equipo de reagrupación de liderazgos comunitarios, capitalinos y de provincia, para la ayuda humanitaria, asistencia a sectores más necesitados y gobernanza/ autogestión; y iii.- Un equipo de coordinación política (no sólo partidista), movilización, activismo ciudadano y oferta alternativa de modelo de Estado, desde el cual se exhiba al país de manera unitaria y consensuada, las nuevas estrategias y objetivos de poder.

Sin un consenso político de altura conectado con las bases populares y apadrinado por la comunidad internacional, será muy difícil deponer un gobierno atrincherado y anillado por un ejército celestino, un pranato selectivo y grupos del radicalismo islámico. Sin organización, unidad y disciplina, a los venezolanos no nos quedará otra opción que hacer maletas y apagar la luz. Como reza el maestro…»Un principio justo desde una cueva, puede mas que un ejercito».

¿Hemos hecho justa nuestra causa?

La historia me absolverá. No lo digo yo, lo dijo Fidel…

La historia me absolverá es la frase final y posterior título del alegato de autodefensa de Fidel Castro ante el juicio en su contra incoado el 16 de octubre de 1953 por los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en Santiago de Cuba y Bayamo… El propio Castro sentenció:

«En la Edad Media, Juan de Salisbury en su Libro de hombre de Estado, dice que cuando un príncipe no gobierna con arreglo a derecho y degenera en tirano, es lícita y está justificada su deposición violenta. Recomienda que contra el tirano se use el puñal aunque no el veneno. Santo Tomás de Aquino, en la Summa Theologíca, rechazó la doctrina del tiranicidio, pero sostuvo, sin embargo, la tesis de que los tiranos debían ser depuestos por el pueblo. Martín Lutero proclamó que cuando un gobierno degenera en tirano vulnerando las leyes, los súbditos quedaban librados del deber de obediencia. Su discípulo Felipe Melanchton sostiene el derecho de resistencia cuando los gobiernos se convierten en tirano. Calvino, el pensador más notable de la Reforma desde el punto de vista de las ideas políticas, postula que el pueblo tiene derecho a tomar las armas para oponerse a cualquier usurpación… Nada menos que un jesuita español de la época de Felipe II, Juan Mariana, en su libro De Rege et Regis Institutione, afirma que cuando el gobernante usurpa el poder, o cuando, elegido, rige la vida pública de manera tiránica, es lícito el asesinato por un simple particular, directamente, o valiéndose del engaño, con el menor disturbio posible… El escritor francés Francisco Hotman sostuvo que entre gobernantes y súbditos existe el vínculo de un contrato, y que el pueblo puede alzarse en rebelión frente a la tiranía de los gobiernos cuando éstos violan aquel pacto… Por esa misma época aparece también un folleto que fue muy leído, titulado Vindiciae Contra Tyrannos, firmado bajo el seudónimo de Stephanus Junius Brutus, donde se proclama abiertamente que es legítima la resistencia a los gobiernos cuando oprimen al pueblo y que era deber de los magistrados honorables encabezar la lucha…»

Continua el procesado Castro…

«Los reformadores escoceses Juan Knox y Juan Poynet sostuvieron este mismo punto de vista, y en el libro más importante de ese movimiento, escrito por Jorge Buchnam, se dice que si el gobierno logra el poder sin contar con el consentimiento del pueblo o rige los destinos de éste de una manera injusta y arbitraria, se convierte en tirano y puede ser destituido o privado de la vida en el último caso. Juan Altusio, jurista alemán de principios del siglo XVII, en su Tratado de política, dice que la soberanía en cuanto autoridad suprema del Estado nace del concurso voluntario de todos sus miembros; que la autoridad suprema del Estado nace del concurso voluntario del gobierno arranca del pueblo y que su ejercicio injusto, extralegal o tiránico exime al pueblo del deber de obediencia y justifica la resistencia y la rebelión…Hasta aquí, señores magistrados, he mencionado ejemplos de la Antigüedad, la Edad Media y de los primeros tiempos de la Edad Moderna: escritores de todas las ideas y todas las creencias. Más, como veréis, este derecho está en la raíz misma de nuestra existencia política, gracias a él vosotros podéis vestir hoy esas togas de magistrados cubanos que ojalá fueran para la justicia…» Fin de la cita.

Parafraseando a Fidel, sabido es que Maduro hoy, y Chávez ayer, han vestido sus charreteras de milicianos, sin autoridad, sin el consentimiento del pueblo, vulnerando las leyes y el orden, convirtiendo nuestras vidas anárquica y tiranía. ¿Qué nos queda por hacer? ¿ Qué justifica el derecho y la Justicia en estos casos? La historia nos absolverá…y los condenará.

La intervención militar

Mucho se ha comentado en estos días sobre un quiebre militar a lo interno de las Fuerzas Armadas que catalice la salida de Maduro de Miraflores. Aunque en política todo es posible y en materia de poder forajido, no hay garantía para nadie, quien se atornilla en el mando a cuenta de anarquía, delincuencia, hambruna y violencia, teniendo el monopolio de las armas y de la comida, tiene ventajas… El problema militar es complejo porque no se reduce a las Fuerzas Armadas, sino además a un reducto de fuerzas paramilitares, colectivas, mafiosas y milicianas, en un país donde no hay Estado de Derecho y se va por libre criminalizando la disidencia; encarcelándola o ajusticiándola. Esto es lo inédito y anti histórico de la ocupación narco-gendarme de la nación venezolana. No es un dictador con un ejército, ni siquiera un emperador con una caballería. Es un mandatario manifiestamente ilegítimo, que va rodeado de uniformados de boina y de fusil, pero también de talibanes, cuya restitución republicana pasa irremisiblemente por el apoyo de una fuerza internacional. La variable (Estado Paria, Forajido y fallido), tienen que asimilarla muy bien, tanto los líderes políticos a lo interno del país, como la comunidad internacional. Sorprende que en Venezuela todavía algunos líderes de oposición y de opinión acuñan el cliché “que los problemas de los venezolanos lo resolvemos los venezolanos”, mientras que muchos presidentes latinoamericanos aún se anclan en el prurito dizque nacionalista de apetencia auto-determinada de la no intervención. A este nivel el partido no lo termina el abridor. El árbitro está vendido y las gradas están hambrientas, por lo que necesitamos refuerzos importados. Nada será posible si no se juega en equipo y mancomunadamente (dixit Mari Montesinos)…La soberanía se ha convertido [Venezuela], en un principado de feudo tiránico donde nacer es morir. La no intervención no aplica sí el Estado es genocida. La injerencia legítima es una necesidad, cuando la seguridad y el destino del mundo está en peligro inminente de extinción… (Benedicto XVI/ Joseph Aloisius Ratzinger ). Y hoy el modelo venezolano no solo agrede. !Extingue!.

El último inning

El cierre de la era Chávez no llegó por un proceso electoral libre, justo y transparente. Maduro & Corp. han llevado al país al límite de la violencia y la miseria. El problema dejó de ser estrictamente político, principista, ético en términos de competencia y de poder, para convertirse en un problema social, mundano, pragmático, posibilista y humanitario en términos de supervivencia. El cierre del ciclo Chávez pasa por organizar la legítima defensa social (dixit John Locke, Salisbury, Mandela), aglutinar las bases populares, levarse organizadamente y favorecer la intervención humanitaria internacional. No son momentos de fracturas a lo interno de la oposición, de tensiones y desprendimientos de la unidad. Se acercan momentos más difíciles. La dinastía Castro va por Colombia en miras de expandir su proyecto radical en la subregión. Atrás quedará una Venezuela depauperada pero con chance de ser repotenciada (en términos pretorianos) por la posible llegada de Petro a Casa Nariño, un operador de Castro y de la izquierda trasnochada que envenenó las venas de tierras de gracia…México también anuncia tiempos de tempestad con López Obrador. Un triunfo de Petro en Colombia o López Obrador en México, abriría las sendas-en las narices de Norte-América y el mundo-de la cubanización, esto es, la comunización y agitación Latinoamericana. No habrá “muro’ que lo contenga. No será necesario. La toma ideológica y territorial de Latinoamérica será del rio grande hacia abajo…

No olvidemos que aún están las anclas de Evo y de Ortega en Bolivia y Nicaragua como amortiguadores de la revolución. La Casa Blanca lo entiende. Pero su cancillería no. Sin duda la diferencia será el Sr. Trump. Él es el cerrador de este martirio. Para que suceda, dirigentes, dirigidos y gradas, tienen que cimentarse y hacer plausible una transición. Mientras la dispersión continúe, Castro avanza, lo suceden impunemente, sus alfiles se quedan y recolocan, los pueblos mueren de mengua…y EEUU, Canadá, el grupo de Lima, Naciones Unidas, mas la Unión Europea, deshojan margaritas. Algún día se reunirán para decir, “Entramos tarde, ignoramos deliberadamente nuestra responsabilidad de proteger, prevenir y restituir (Chapter 6 y 7 de la Carta de Naciones Unidas); dejamos morir de hambre a la gente en nuestras caras, y nos excusamos de no intervenir, por el trillado postulado de soberanía nacional y autodeterminación de los pueblos”. Esta fue la posición del Summit 2005 de las Naciones Unidas, donde la Comisión Internacional sobre Intervención y Soberanía de los Estados (CIISE)., dio contenido al principio del deber de proteger. Así reconocieron haber entrado tarde (fracasado) a Ruanda, Somalia, Sierra Leona, Nigeria, Congo, Balcanes o Angola…Ojalá no les toque decir, entramos tarde en Venezuela….Y le costó el puesto a Secretario Kofi Annan…

Las naciones unidas no pueden allanarse de esa responsabilidad. Así lo estableció el párrafo primero del pronunciamiento de la Cumbre 2005 de la ONU, in comento: “Cada Estado es responsable de proteger a su población del genocidio, los crímenes de guerra, la depuración étnica y los crímenes de lesa humanidad. Esa responsabilidad conlleva la prevención de dichos crímenes, incluida la incitación a su comisión, mediante la adopción de las medidas apropiadas y necesarias. Aceptamos esa responsabilidad y convenimos en obrar en consecuencia. La comunidad internacional debe, según proceda, alentar y ayudar a los Estados a ejercer esa responsabilidad y ayudar a las Naciones Unidas a establecer una capacidad de alerta temprana”.

Como señaló el Sr. Kofi Annan-en su discurso de despedida, Summit 2005: “Debemos encontrar lo que el Presidente Franklin D. Roosevelt llamó “el valor para cumplir nuestras responsabilidades en un mundo que hemos de reconocer imperfecto”. No estoy seguro de que lo hayamos hecho hasta ahora, pero sí estoy convencido de que todos hemos comprendido la necesidad de hacerlo. Precisamente porque nuestro mundo es imperfecto, necesitamos a las Naciones Unidas.” Esperamos por ustedes. No nos queda más. La historia los absolverá…

@ovierablanco