Fracaso evidente, hora de un cambio, por Armando Martini Pietri
Fracaso evidente, hora de un cambio, por Armando Martini Pietri

Diálogo_SantoDomingo

 

Ya sabemos que las tertulias de Santo Domingo no quedaron ni en chismes. No lograron ponerse de acuerdo ni siquiera en quien sentó a quien en la mesa. Sólo fue otro paso en el desierto al cual ya nos tienen acostumbrados -aunque a veces parezca, resignación- las cúpulas del PSUV/MUD. Otra muestra del divorcio y menoscabo en la comunicación entre esas dirigencias y el país. Y más grave, con la comunidad internacional.

Allá y acá coincidimos: no sirve lo que tenemos. Venezuela suma más de 20 años -la torta venía de antes, el chavismo logró empeorarla hasta niveles de bolsa desgarrada de basura- y que la única salida está dialogando, o habrá violencia y hostilidad social, hoy timorata pero presente, aunque no en un enorme estallido, sino en manifestaciones diarias; que se notan menos, pero allí están, humeando.

Líderes de varias naciones, expertos, especialistas multidisciplinarios de organismos multilaterales, analistas, conservadores, liberales y algunos comunistas, concuerdan en poner al diálogo como la solución necesaria. Lo que lastimosamente acontece es quienes aseguran dialogar en nombre de todos los venezolanos, por una parte, no constituyen la mayoría, sólo minorías de conveniencia; y por la otra no están dispuestos a un diálogo real porque no entienden, ni saben lo que significa. Se han apropiado indebidamente de la representación ciudadana.

Asisten y promueven cenáculos cargados de exigencias que, con la careta de ser en protección del pueblo, la verdad son favores para sus pequeños grupos de interés. Los tenedores de bonos y sus cabildeos son un buen ejemplo.

Dialogar comienza por esbozar al otro aquello que se piensa, no imponiendo sino planteando, que es diferente. Sigue por escuchar. Continúa por hacer propuestas que beneficien a los ciudadanos y jamás a las partes. Es igual cuando dialogan hombres de negocios, que cuando lo hacen dirigentes políticos. La diferencia está en que los aciertos, errores, buenas ocurrencias y estupideces, benefician o perjudican, a una empresa. Cuando lo hacen los representantes del gobierno y la oposición, ayudan o hunden a todo un país.

O pasa como en Venezuela, la gran mayoría ciudadana le importa poco el diálogo PSUV/MUD, no porque sea insignificante, es que están hartos, llevan demasiados años oyéndolos y observando cómo se contradicen comentando incoherencias, diciendo de parte y parte falsedades, truculencias, medias verdades y pompas de hipocresía, ambos han demostrado persistentes que no se les puede creer, que no importa lo que digan, aleguen, prometan, justifiquen, el país seguirá igual.

Pero el fracaso en Ciudad Trujillo desde 1936 hasta 1961, debido a un cambio hecho por el tirano dictador Rafael Leónidas, alias Chapita, señala algo importante. Que quienes hoy están al frente de la desastrosa gestión del Estado, deben irse ya. Están más agotados que el país. Cierto que hay otros culpables, bachaqueros, industriales, comerciantes que abusan y especulan, bancos que engañan, funcionarios públicos que nada hacen que no les haya sido ordenado por el régimen, y, cuando lo hacen, lo realizan mal o simplemente lo dejan para después, es decir, para nunca.

No importa que haya sesiones de diálogos, exceso de uniformes por dondequiera, que el país tenga aviones, tanques y misiles avanzados, que no lo hayan asaltado hoy, que los hospitales no funcionen, los servicios de internet, teléfonos, agua, electricidad y aseo urbano se presten con mínima regularidad, para sólo citar algunos ejemplos, ni lo que declaren a diario el Presidente, los ministros y dirigentes del PSUV/MUD.

Lo único que interesa, a estas alturas, no es un simple hecho electoral con un registro envenenado, manipulado y truculento, sino que se produzca un cambio profundo de dirigentes, drástico y de principios éticos; que dé paso a relevos, los fracasados tienen que irse de una vez por todas. Que podamos siquiera imaginar que algo puede cambiar. Con los que tenemos nada cambiará, está en abundancia demostrado.

No se refiere, aclaramos, a campañas de violencia promovidas por ninguna de las partes, ni de golpes de estado. Se trata de cambios de personas, eso es lo que cuenta. Porque los políticos se desgastan, politiqueros se arruinan, igual que el país y sus ciudadanos a los cuales han desamparado a su mala suerte.

Los diferentes momentos de dialogo, reuniones, encuentros secretos o no, han sido un saludo a la bandera, una cortina de humo, pan y circo, un show para ganar tiempo y distraer a la opinión pública nacional e internacional. El oficialismo se ha burlado hasta el cansancio, con premeditación y alevosía; hasta el insólito extremo, de tomarle el pelo al Vaticano. Y seguirá haciéndolo y de nuevo lo hará el próximo 15D.

Están advertidos, el psiquiatra reveló las verdaderas intenciones con el diálogo Zapatero: Quieren que les quiten las sanciones internacionales para poder tener acceso a más dinero y deuda; no habrá elecciones, ni van a firmar ningún acuerdo. Por si fuera poco, y para mayor claridad, están obligando a reconocer la ilegal, fraudulenta e inconstitucional Constituyente castrista, que usurpa funciones. Reconocerla sería el más grande, inmenso y gravoso error cometido jamás por la mud/oposición.

¿Entonces a que van el 15D a República Dominicana? pasear, disfrutar del sol y las playas, comprar lo que escasea en Venezuela que es todo, adquirir medicinas y comida. ¿Asistir para qué? ¿Van a reconocer la espuria constituyente cubana? ¿O harán diligencias para revertir las sanciones? Nadie lo sabe. Están en la obligación de explicarlo y el pueblo en el derecho de saberlo. Pero como asegura un participante con rabanera pedantería: no poder dar “detalles” de lo discutido. Es decir, a los pendejos venezolanos que han subestimado, desprecian, consideran gafos e ignorantes, es imprudente contarles que estamos hipotecando, comprometiendo y perjudicando su futuro y el de sus hijos. ¡Vallase muy recto al …!

@ArmandoMartini