¿A quién achacar la culpa de que el 15 de octubre los candidatos demócratas solo lograran ganar en cinco estados? ¿Al fraude realizado por el totalitarismo rojo? ¿A la abstención? ¿A la poca aceptación de nuestros candidatos? ¿A la ausencia de muchos testigos? ¿A la eficiencia de la maquinaria roja para movilizar a los suyos? ¿Al amedrentamiento por parte de los paramilitares rojos? A varios días de los comicios pareciera que hubo una causa principal y otras secundarias.
Estemos claros que la causa principal fue que el Estado utilizó todo su poder para realizar un gran fraude en contra de los electores. Fraude es una “acción contraria a la verdad y a la rectitud, que perjudica a la persona contra quien se comete”. Al respecto, la Conferencia Episcopal declaró que “El CNE es un árbitro parcializado. Es indispensable recuperar la justicia y ética del sistema para que la ciudadanía pueda expresarse libre y confiadamente”
El excelente Informe Preliminar de Red de Observación Electoral de la Asamblea de Educación reseñó parte de los abusos: trabas para la realización de la observación, cambios de centros de votación, expulsión de testigos o impedimento para su ingreso a las mesas, descarado voto asistido, actos de violencia y de amedrentamiento, escrutinio no público, máquinas dañadas, corte de energía eléctrica y abusos del Plan República. La Observación concluyó que “ El proceso en su conjunto estuvo signado por tal cantidad y variedad de vicios, que superan con creces los conocidos en elecciones anteriores, que hace imposible considerarlas una expresión fiel de la voluntad ciudadana”.
En Bolivar fue descarada la alteración de números por el CNE para arrebatar el triunfo a Andrés Velásquez. En Miranda, Ocariz presentó cifras de electores obstaculizados para votar y de abusos contra nuestros testigos. Ángel Oropeza (MUD) resaltó que las irregularidades afectaron a más de tres millones de votos. Por su parte, el grupo de afectos al chavismo que integran la Plataforma de Defensa de la Constitución aseveró en Aporrea que hubo «un proceso de fraude sostenido».
El fraude fue la causa determinante que explica porqué los rojos se apoderaron “a lo Jalisco” de 18 gobernaciones, pero hay que adicionar otras de menor importancia. En algunos casos, la abstención fue una de ellas. No hay duda de que una parte de los opositores no estaba motivado para votar. Razones no faltaban, sin embargo hubo otras de más peso que indujeron a casi todos los partidos políticos a llamar a votar y lo procedente era apoyar a nuestros candidatos.
En Aragua era cuesta arriba que Ismael Gracía ganara después de los señalamientos en su contra, con o sin razón, de Primero Justicia. Algo similar fue el caso de Bernabé Gutiérrez en Amazonas. Por otra parte, se repitieron algunas fallas del pasado atribuibles a los partidos. En un considerable porcentaje de Mesas no contamos con los testigos o bien estos no estaban calificados para desempeñar su trabajo. Al día siguiente la MUD no disponía de todas las actas.
Hemos sido defensores de la MUD, pero sin duda que quienes la integran no terminan de trabajar en equipo. Esto demuestra que el liderazgo está atomizado. Las distintas explicaciones de la reciente derrota evidencian la falta de comando ¿ Qué vamos a hacer ante las próximamente elecciones de alcaldes y Consejos Legislativos? Capriles declaró que esa vía está cerrada, pero mientras no exista una gran rebelión popular y la Fuerza Armada y el TSJ sean instituciones sumisas, no se visualiza otra vía, desde luego acompañada de protestas y solidaridad internacional . A sabiendas de las dificultades, es necesaria la designación de un nuevo CNE, inexplicablemente demorado, en lo cual la presión internacional debería ayudar.
Sin descalificar, ni quitarle méritos a quienes han luchado con tesón, pensamos que la dirigencia debe considerar que, si hay elecciones presidenciales en el 2018, la única posibilidad de ganarlas es con un candidato que aglutine, que sienta las necesidades del pueblo y sea percibido como capaz de remediarlas y de reconstruir el país. Las circunstancias parecen aconsejar que los actuales líderes pospongan sus legítimas aspiraciones, se olviden de primarias y apoyen a un candidato independiente. Es ridículo que, por ejemplo, después de su derrota aplastante, Falcón declare que aspira ser candidato presidencial.
Como (había) en botica: Los demócratas no votaron para conservar espacios, sino como un frente más de lucha para salir del totalitarismo. La iniciativa de nuestros gobernadores de «consultar a sus sectores locales» si se juramentan ante la espuria Constituyente no era procedente. Es comprensible que los intereses económicos que giran alrededor de las gobernaciones prefieran que los candidatos asuman a cualquier costo. Sin embargo, estos deben considerar que el régimen limitará sus competencias y restringirá el presupuesto, por lo que es muy poco lo que podrán hacer para solucionar los problemas del pueblo y el costo político de la sumisión sería elevado. Ojalá tengan coraje y no cedan ¡ Bravo por Andrés Velásquez! Lamentamos el fallecimiento del distinguido petrolero Franco D’Orazio ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
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