Entre confusiones y contradicciones, por Antonio José Monagas
Entre confusiones y contradicciones, por Antonio José Monagas

Voto 2015

Ciertamente, las realidades no son tal como las prometen quienes hacen de la política su oficio. Tampoco como las anuncian. Mucho menos, como las retratan. Los escollos son tan serios, que por más que sean alumbrados por las expectativas de furibundos palabreros, las verdades son impedidas de ser desplegadas en toda su amplitud. Es el problema que causa turbulencia en los regímenes populistas de anacrónica raigambre. Pero aún peor, cuando se halla asociado a las acciones de una dictadura toda vez que, ilegalmente, se arroga virtudes, condiciones, poderes y atribuciones en franca correspondencia con las perversidades que acompañan su gestión política. Particularmente, sus imposiciones, amedrentamientos, intimidaciones y vulneraciones de derechos y libertades.

Lo vivido el pasado domingo 15 Octubre, en el marco del proceso eleccionario ordenado por el alto gobierno venezolano, mediante el cual se escogieron gobernadores para los veintitrés estados que constituyen el ámbito geopolítico y administrativo nacional, devino en rotundas y graves confusiones y contradicciones. Desavenencias éstas que tienen no sólo varias explicaciones. También, múltiples fuentes u orígenes. Desde aquellas que refieren problemas operativos, hasta las que aducen razones de índole organizacional, de coordinación, de logística, de planificación y de finanzas. Y desde luego, de naturaleza exclusivamente política.

No obstante, es necesario aludir al contexto en el que estas realidades adoptaron la forma de un potencial conflicto. Conflicto éste, cuyas variables si bien no sorprenden a nadie en el dominio nacional o internacional, tienen la fuerza para gravitar alrededor de la crisis de Estado que agobia al país. Crisis ésta, que tiene suspendido al país no tanto en la inflexión del antidesarrollo que viene observándose en el curso del siglo XXI, como en el fragor de su gestión gubernamental al incidir sobre procesos sociales y políticos de exagerada sensibilidad.

De manera que la presente disertación, se justifica de cara a lo que representa un gobierno que acusado internacionalmente por varias razones. Primeramente, por la opresión contra la población venezolana. Por otra parte, por lo que ha significado para el mundo que sus gobernantes han sido señalados por serios delitos. Pero además, porque el oprobio gubernamental que llevó al país a niveles de depauperación, inflación, miseria, criminalidad, opacidad, inseguridad, desconfianza y de hambre. Todos, inimaginables. Pero a pesar de tal descarga de problemas, es lógico pensar que los resultados del 15-O no tengan el asidero comicial que ha dado como resultado la inusitada ventaja anunciada por el Consejo Nacional Electoral, CNE, sobre la oposición democrática venezolana organizada desde la MUD.

He ahí la razón para asentir que el país sigue sumido entre confusiones y contradicciones. He ahí la razón de este análisis. No obstante, aún cuando el espacio periodístico es breve, no es óbice dejar de intentar alguna explicación que permita comprender la razón de lo sucedido en el plano del problema político-electoral vivenciado en el proceso electoral convocado para elegir gobernadores. Aún cuando según dichos resultados, pareciera que el mismo fue protagonizado por una población bastante obnubilada o algo inconsciente. ¿O acaso, demasiado insulsa y vacía para inducirse el perjuicio de haber favorecido a quien peor lo ha tratado? Seguramente que no. Y es lo que va a revisarse, mediante el análisis que a continuación se esboza.

Cabe entonces considerar una primera hipótesis elaborada con base en la teoría de la economía social. Esta brinda criterios para argumentar que lo acontecido se debió a un “bloqueo ideológico” maniobrado a través de un trabajo político-comunicacional promovido por el gobierno central con el auxilio de instancias de activismo político apostadas en la estructura operativa del partido de gobierno. En consecuencia, esta situación determinó la incidencia de decisiones cuya irracionalidad fue atentatoria de la normativa electoral lo cual permitió la presencia de oportunidades aprovechadas por causales contrarias a valores morales y políticos que, en lo teórico, son éstas puntales del desempeño orientado según principios democráticos, civilistas y ciudadanos.

Otra hipótesis se fundamenta en el criterio bizarro de poner el país “patas arriba” por cuanto en medio de dicho caos se hace fácil aplicar el denigrante aforismo “divide y vencerás”. Pero que en política, consigue tanto dividendos como pretensiones torcidas puedan llevarse adelante. Así que cuando logran torcerse las realidades con el concurso de manipulaciones a granel, los escenarios se caracterizan por poner “todo al revés”. Y precisamente, es cuando el desconcierto generado arroja resultados que tienden a favorecer al actor político más insidioso y con mayor garra comunicacional y financiera. Tal cual sucedió el 15-O.

Otra tesis, tiene que ver con la “ingeniería electoral” propuesta por un CNE al servicio del PSUV y en complicidad con un siniestro Plan “República”. Trabajo éste realizado con la antelación suficiente para urdir los atisbos necesarios y embrollos requeridos para forjar el proceso electoral según lo alevosamente planificado. En consecuencia, los comicios devinieron en resultados profundamente cuestionados en virtud del carácter fraudulento expuesto, efectivamente, el pasado domingo.

Aún cuando la situación electoral de este 15-O terminó en gruesas y mayúsculas irregularidades, el problema que de todo ello destaca sigue campeando sin que se escurra alguna luz que determine las aclaraciones pertinentes y convincentes que demanda lo que configura y ordena el Estado democrático y social de Derecho y de Justicia. Nadie se come el cuento que pretende asomar el CNE o el alto gobierno, pues no se le cree venezolano alguno humillado por el accionar de un régimen represor y engañador. Menos, cuando el país se vio profundamente sumergido entre confusiones y contradicciones.

antoniomonagas@gmail.com