Hache al cuadrado H*2 por Eduardo Semtei
Eduardo Semtei Sep 25, 2017 | Actualizado hace 6 años
Hache al cuadrado H*2 por Eduardo Semtei

julioborgesLuisFlorido

 

Las primarias para elegir los candidatos opositores a las 23 gobernaciones en el venidero 15 de octubre han marcado un deslinde. En rasgos generales fue una jornada positiva para la oposición y un respiro para la democracia. Fue un saludo gratificante para la comunidad internacional. Apropiada. Razonable. Necesaria. Oportuna.

La oposición presentará candidaturas únicas en 23 estados. Nuestro  objetivo es ganarlas todas. Hubo los consabidos e inevitables arañazos. Pero la medicina fue rápida y ejemplar. La idea es no dejar en el mapa geopolítico oficialista ningún títere con cabeza. Para el PSUV con toda la ayuda institucional y cabrona de los “poderes públicos independientes” le será cuesta arriba obtener más de 3 millones de votos.

¿Cómo van a explicar el bajón de 8 millones a 3 millones entre la ANC y las elecciones de gobernadores?  Supongo que como siempre; con insensateces, ridiculeces, desvaríos, mentiras y falsificaciones. No os sorprendáis para nada de los argumentos peregrinos y absurdos que veréis en los titulares de Últimas NoticiasEl Correo del Orinoco, VTV y resto del llamado Sistema de Información de Medios Sector Público.

Hay detalles que enseñan más que grandes discursos y permiten visualizar las alternativas futuras posibles para Venezuela. Se trata de ver de una vez y por todas hacia donde encaminar la patria. Es evidente que el chavismo está enfermo de muerte. Su olor a formol es asfixiante. Ese vacío que se producirá inexorablemente hay que llenarlo de ideas, propuestas, programas y sobre t0odo de buenos dirigentes,  de probos líderes, de gente experimentada, de grandes conductores políticos, de sabios administradores, de fieles servidores, de demócratas de carne y hueso.

El hueco que deja el chavismo en Venezuela es lo más parecido a un cráter purulento emergido de la explosión de 1.000 bombas atómicas. No hay nada sano. La economía podrida. La sociedad dividida. La seguridad pulverizada. 2 millones de jóvenes profesionales se han ido de Venezuela llevándose buena parte de la vida misma de nuestra maltrecha nación. La investigación, las universidades  y la docencia atrofiadas. La Fuerza Armada deformada y corrompida.  Tenemos 2.000 generales. Estados Unidos tiene 900 generales. La electricidad, el agua y el resto de los servicios públicos maltrechos y oxidados. La inflación monstruosa. 1.000% solo en 2017. La recesión vulgar y malvada. Un sector privado acorralado, perseguido, arruinado, sometido al odio y al escarnio. Un mundo de inversionistas temerosos, confiscados, expropiados. El fantasma del default venezolano recorriendo las sedes de los principales bancos del mundo. EL PIB tuberculoso. Un desabastecimiento general y ofensivo. Los poderes públicos prostituidos, anegados de alcahuetas y mujiquitas. La organización sindical y profesional dividida, anulada y casi disuelta. El sistema de trasporte público, incluido el Metro de Caracas, sin crecimiento y en deterioro. La pobreza multiplicada, más de 80% de la población en déficit alimentario y muy por debajo de la canasta básica.

La posición internacional de Venezuela en vergüenza bíblica. Fuera de la CAN. Fuera de la OEA. Condenados por la ONU como violadores de derechos humanos y culpables de felonías de lesa humanidad. Expulsados de Mercosur. Con una asamblea nacional constituyente que solo la reconocen Rusia, China, Irán, Bolivia, Nicaragua, Ecuador y Cuba. De los 193 estados que participan en la ONU, por lo menos 180 no dan por existente el esperpento legislativo chavista. Una Celac hecha a semejanza del socialismo del siglo XXI, en la que los rojos perdieron la mayoría y el consenso.

La Celac también huele a funeraria. La soñada cumbre, el mentado encuentro de la Celac con la Unión Europea, en la que el gobierno chavista destacaría las bondades de su gestión, planeada para celebrarse el 25 de octubre de 2017, fue diferida para 2018 sin fecha cierta alguna.

Se derrumbó esa peña tanguera. Será imposible antes de las elecciones presidenciales venezolanas. Hasta ese organismo creado  y alimentado con la chequera petrolera se dividió para siempre. Murió al nacer. Un sistema de salud precario más parecido a las prácticas del Dr. Muerte. Ir a un hospital público es como ponerse en manos del Dr. Jack Kevorkian.

Los niños de la calle ya se cuentan por miles, por decenas de miles. Las familias escarbando basura en búsqueda de alimentos es un espectáculo cotidiano que ya perdió capacidad de asombrar al transeúnte que los ve como parte del paisaje. Pdvsa en caída libre. Endeudada. Con Citgo y la producción petrolera dada en garantía a chinos y rusos. De 30.000 a 150.000 empleados. Con una caída productiva de 3,6 millones de barriles diarios a menos de 2,9 millones.

Las familias venezolanas alimentadas por el odio político y el enfrentamiento ideológico. Las cárceles llenas de muertos y heridos. El nacimiento de los pranes. El nacimiento de los grupos paramilitares oficialistas mal llamados colectivos. Nos acercamos a la cifra de 100 asesinatos anuales por cada 100.000 habitantes, el peor del mundo. Más muertes en proporción a la población que la guerra en Irak o en Siria.

No hay pan. Único lugar del mundo con tal fenómeno. No hay billetes de banco. Las líneas áreas internacionales huyen del país como de un espanto.¡Coño! Tal como se preguntó Vargas Llosa a través de sus personajes, nosotros nos preguntamos: ¿en qué momento se jodió Venezuela? Para recuperarla hace falta sangre, sudor y lágrimas. Ya lo dijo Churchill.  No se derrota una catástrofe militar ni la política con promesas vagas, ofrecimientos imposibles, programas acaramelados. Es un esfuerzo gigantesco. Titánico. Vergatario.  No es un asunto fácil ni de consenso. La letra con sangre entra.  Es dura la frase, pero es la frase. Como venía diciendo al principio, son los detalles los que reparte el diablo para confundir a los mortales. En estas primarias se midieron de alguna manera la corriente amplia de la social democracia, del humanismo, de la centro izquierda, del progresismo formada por: AD (el más votado), Avanzada Progresista,  Un Nuevo Tiempo, La Causa R, el Movimiento Progresista de Venezuela fundamentalmente, con los sectores más parecidos a la centro derecha europea: Primero Justicia y Voluntad Popular.  Estos últimos dos partidos fueron unidos estrechamente para enfrentar a la gente de Un Nuevo Tiempo en Zulia, a Avanzada Progresista en Lara, a Andrés Velázquez en Bolívar y a Ismael García en Aragua. Una clara definición acerca de quienes en el fondo se disputan el poder y la conducción de Venezuela. Deslindaron campos y separaron aguas.

En el fondo es la centro izquierda versus la centro derecha. Esa es una tendencia presente en la sociedad política, es una realidad. Ella se presentará nuevamente en la escogencia de candidatos a las alcaldías, pero sobre todo en la selección del candidato presidencial a enfrentar a Maduro en 2018. Fecha que en materia electoral es de premura y cercanía. Las elecciones de gobernadores y de diputados a los consejos legislativos consumirán la vida política de lo que resta de 2017.

Las elecciones de alcaldes y concejales desgastarán el primer trimestre de 2018 y de pronto tendremos las presidenciales a boca de jarro. Hay que ir pensando en candidaturas. Los chantajistas radicales y desenfocados, física y mentalmente, que lanzaban maldiciones contra la posibilidad electoral tienen las bocas atapuzadas de errores y desatinos. Nosotros en Avanzada siempre dijimos que la salida era pacífica, electoral, constitucional y electoral. Era esa y no otra la estrategia fundamental que muy se podría combinar con movilizaciones. Las llamadas trancas no fueron sino grotescos errores que encerraban a las zonas más opositoras en sus propios predios, negándoles su derecho al libre tránsito. Otros se llenaban el pecho de charreteras de oropel exhibiendo victorias de calle.

La Salida no dejó ninguna enseñanza. La calle muertos, heridos y una constituyente. Hay que cortar por lo sano y juzgar lo acontecido. Los herejes de las elecciones cambiaron su discurso y regresaron con el rabo entre las piernas a disputarse las candidaturas a gobernadores. Atrás quedaron como inútiles la destitución del presidente por abandono de cargo y las otras atrocidades verbales  e iniciativas utópicas que tanto orgullo provocaron en sus expositores más encumbrados. A Vente nunca llegó ninguna mayoría. Rondan el 1%.

El accionar de los líderes opositores en el concierto de las naciones fue exitoso y triunfal.  Nos ganamos la voluntad del mundo y desmontamos el teatro, la tramoya chavista sobre su verdadera calidad como gobernantes que por mucho tiempo adormeció a tirios y troyanos. Los chuletas europeos de siempre medraron el presupuesto nacional. El “pelúo” de Iglesias en España y los proxenetas de siempre como Ignacio Ramonet. El mito se derrumbó estrepitosamente.  La escena imborrable y universal de la “cancillera” Delcy Rodríguez tratándose de “colear” en la fiesta de Mercosur es la página más humillante de diplomático alguno a excepción del espectáculo de Boris Yeltsin totalmente borracho cayéndose en las puertas de su avión en una gira oficial.  Bueno, a disculpas de Yeltsin la curda se le pasó al día siguiente.

Declaramos que siempre habrá lugar para un gobierno de amplia base. Para un gobierno de unidad nacional. Para un gobierno unitario. Para un nuevo pacto social y político. Sin importar quién pueda ser el presidente, el propósito deber ser la constitución de un equipo multilateral, multicolor, profesional, ético, experimentado, multipartidista. Un equipo que nos represente a todos y que neutralice las tendencias centrífugas  y disolventes de una  batalla política innecesaria e inoportuna. Ese compromiso debe ser firmado y juramentado antes del proceso electoral presidencial, incluso antes de las primarias para la selección del candidato opositor.

Un gobierno que no incluya a la inmensa mayoría es un gobierno cegato, sordo, cojitranco. Está condenado al fracaso. Les recuerdo a la Argentina de 2001. Comenzó el mes de diciembre con Fernando de la Rúa. Un mes después Eduardo Duhalde. Y entre estos dos ciudadanos tres presidentes más: Ramón Puerta, Adolfo Rodríguez Saá y Eduardo Camaño. Todo ello en medio de saqueos, incendios, desórdenes y toques de queda. Solo un gobierno de unidad nacional es garantía para evitar la experiencia argentina.

En la centro derecha, si los inhabilitados siguen inhabilitados y no ocurren más atropellos, aparecen Julio Borges por Primero Justicia y Luís Florido por Voluntad Popular. Ellos dos deberían firmar un pacto según el cual quien gane las primarias y se convierta eventualmente en candidato y próximo presidente de la República nombrará de vicepresidente al otro. De esa manera se consolidaría la decisión mayoritaria de los electores, de los venezolanos, de escoger una forma de gobierno con esas características. Del otro lado Henry Ramos y Henri Falcón muy bien podrían adoptar tales entendimientos y ofrecerse mutuamente la Vicepresidencia en caso de resultar victoriosos. Esa fórmula la llamo H al cuadrado. H*2. Y lo que resulta más obligante aún es que cualquiera de las dos combinaciones que resulte triunfadora debe llamar a un gobierno amplio, de unidad nacional, de consenso, pluripartidista, de integración y reconciliación con todos los factores presentes en un gabinete dinámico, emprendedor, inteligente, experimentado, con espíritu de sacrificio.  Gente de AD, Primero Justicia, Voluntad Popular, Avanzada Progresista y Un Nuevo Tiempo deben tener la competencia para promover figuras y sugerir nombres para los altos y medianos cargos de la función pública.

Un gobierno sectario de la centro derecha o de la centro izquierda está irremediablemente condenado al fracaso, a repetir el fenómeno argentino y a provocar su propia  defenestración. En materia económica, tan importante,  existen dos grandes corrientes de pensamiento. Dos equipos con programas ya elaborados. Uno encabezado por Ricardo Hausmann y el otro por Francisco Rodríguez.  Orlando Ochoa también tiene un decir. Otros economistas de prestigio flotan de uno y otro lado. Sus diferencias persisten, pero la terrible realidad con toda seguridad los hará conciliar en pro de la mejor política económica, fiscal, tributaria y financiera.

Henry Ramos tiene experiencia parlamentaria, es decir, una amplia y dilatada trayectoria política que le permite usar esas vivencias en pro de las políticas de consenso y la práctica cotidiana del debate de ideas. Tiene igualmente experiencia administrativa adquirida tanto por ser durante mucho tiempo Jefe de la fracción parlamentaria de AD, así como presidente de la Asamblea Nacional. Henri Falcón tiene la experiencia de gobierno: 8 años como alcalde de Barquisimeto y 9 años de gobernador de Lara son suficientes como para conocer al céntimo el manejo adecuado  del presupuesto. Vigilar e invertir bien los cobres públicos. No viene a improvisar y mucho menos a aprender como gobernar. Sabe dirigir un gabinete multisectorial. La supervisión de obras y la amplitud en el gobierno han sido dos de sus características más relevantes. Nunca ha sido acusado de sectario. Nunca ha sido acusado de ineficiente. Nunca ha sido acusado de conductas inapropiadas. Henri Falcón y Henry Ramos representan en mi criterio una combinación óptima para navegar las turbulentas y traicioneras aguas de los primeros dos años de gobierno. Una norma fundamental en su gestión deberá ser el reconocimiento a la existencia del PSUV y del chavismo, menguado y  disminuido, pero existente. Igualmente, no ceder ante las presiones por venganza y retaliación. Proteger y alimentar la justicia ordinaria y considerar la justicia transicional para la reconciliación nacional.  Es desde ya que debemos perfilar qué queremos, adónde vamos,  quiénes somos.  No podemos llegar desprovistos de teorías, propuestas, programas, proyectos, estrategias. Nunca más.

 

@eduardo_semtei

El Nacional