Una farsa evidenciada ante la humanidad: lesa realidad, por Maria Andreina Muñoz-Tébar
Una farsa evidenciada ante la humanidad: lesa realidad, por Maria Andreina Muñoz-Tébar

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Tecleando estos párrafos  sigo preocupada por mi país. No me quiero ir. Creo contar con las herramientas para hacer maletas. Quizás mi zona de confort me mantiene atada a lo que amo, vaya incongruencia. Sentirme atada a un país que hoy sólo me ofrece inseguridad al cien por ciento. Que atenta contra la vida, la alimentación y la salud de los míos. Comienzo a plantearme que es mejor pasar trabajo en país extraño y no perder a mis hijos en esperanza inútil. Pero amo a este país. Me niego a entregarlo a una cuerda de malandros. Me duele mi gente.

Y aunque me califiquen de idealista loca, todavía creo que es posible salir de esta Banda de Criminales que acabaron con Venezuela. Lo creo porque millones de negocios fueron montados sobre una farsa que se desmorona como castillo de arena frente al mar. Porque desde un principio a buena parte de ese “Chavismo” le interesó solo volverse “malignamente” ricos (¿Recuerdan? Ser ricos es malo), y jamás se preocupó realmente por mejorar la calidad de vida del pueblo. Porque el desfalco ha sido tan criminal que no hay manera ya de ocultarlo. Porque el populismo como pantalla de inmensos negocios en “lechugas” no cuenta ya con divisas para mantenerlo.

  Entregan viviendas a miles de familias, pero por cada vivienda miles de dólares (nunca yuanes o rupias) dirigidos a cuentas de testaferros. Qué sabroso entregar una llave como el gran benefactor de una vivienda pagada con nuestros impuestos y nuestro petróleo, y encima saber que por cada llave entregada suman unos cuantos miles de dólares a tu cuenta (El tú va sin nombre y apellido, porque han pasado por el negocio muchas manos). El trasfondo no es la ayuda, el trasfondo es y siempre ha sido el negocio. Poco les preocupa la calidad del terreno sobre el cual sean construidas. Poco les preocupa que a los meses de entregada la vivienda el techo de un vecino se desmorone sobre la vivienda de otro. Una vivienda, doble negocio. Dinero y voto para seguir amasándolo.

 Entregan cajas denominadas CLAP con alimentos, siempre bajo condición y de calidad dudosa. Y es que la “Guerra económica” fue el invento más lucrativo que se haya creado en la historia de la humanidad. Las ganancias de gigantes como Google o Facebook son irrisorias por cada transacción de buque/despacho negociado. Generar escasez quebrando empresas nacionales, limitando las importaciones privadas mediante el control cambiario, permitió crear el negocio más lucrativo del siglo. Compran a locha pero facturan en dólares, y de manera duplicada. Y lo peor, en ello ha participado buena parte de una sociedad venezolana que vaya que merece ser tachada de apátrida y retirársele trato alguno por cualquier venezolano honrado.  En este punto el trasfondo nuevamente no es la ayuda, el trasfondo es y siempre ha sido el negocio. Un negocio criminal porque de hambre mueren niños, viejos y adultos a diario en nuestra patria.

 Se han destinado billones de dólares para equipar nuestros hospitales de medicamentos e insumos. ¿Cuántas remodelaciones de quirófanos y salas no han anunciado? Qué más da que la realidad de nuestros hospitales salga “coleada” en reportajes de prensa internacional, logrando pasar cámaras y disfrazando de médicos a periodistas. Es el pueblo quien encara el colapso. No hay mentira que puedan ocultar sacando de cableras canales internacionales. ¿Será que Tarek Wiliam Saab insta al TSJ a acatar la orden de captura contra Eugenia Sader librada por su antecesora antes de ocupar ilegítimamente el cargo? ¿Será que con la fornida catira existe todo un ejecutivo involucrado? Mientras tanto nuestros niños mueren por infecciones, falta de antibióticos, se mandan a reciclar jeringas y vías, continúan cerrados quirófanos, se les niega un refrescamiento de vida a los dializados, en el limbo siguen nuestros enfermos de SIDA, Diabetes, etc. , etc., etc. Todo lo anteriormente descrito no es mera corrupción. Es crimen de Lesa Humanidad.

 Incluyen la protección del ambiente en cuanto adefesio inventan: Plan de la Patria, Motor de la Nación, Punto de Reforma de la ilegítima constituyente. La realidad es que destrozan nuestro Sur con negocios de la minería, acabando con territorios y poblaciones indígenas que dicen ellos haber rescatado de la indiferencia gubernamental. Clin, clin, clin, y las cajas registradoras de billetes sonando. Ingresos que no se traducen en mejoras para los Yanomamis, Waraos, Yekuanas. ¡No! Divisas que salen del país para beneficiar economías de otras latitudes, y cuentas (en comisiones) de verdaderos apátridas (aunque tilden con este adjetivo a quienes salgan de gira a denunciar los crímenes del “socialismo”).

En los párrafos anteriores me he limitado a resumir, de manera bastante escueta, las farsas populistas vendidas como emblema  de un mercantilista (para algunos) socialismo,  traducidas hoy en muertes, penurias, hambre, miseria. Delitos carentes de perdón. Pero faltaría resaltar el aniquilamiento del sistema democrático del país, porque el poder en dictadura es ocultamiento de riquezas mal habidas y silenciamiento de voces que las denuncien. Cientos de muertes causadas por manifestarse en contra de un régimen, de una farsa, que en lo político coloca armas en inocentes y exculpa asesinos por el simple hecho de ser leales a jefes corruptos.

Insisto. No hay realidad que aguante tanta desfachatez acumulada. Diálogos que buscan pausas. Pero son eso. Pausas. El final de los años más corruptos y criminales de nuestra historia está escrito. En puño, letra y  firma de Hugo Chávez. En puño, letra y firma de Maduro. Pierden el tiempo quienes, conociendo toda la realidad antes relatada, se dedican más a criticar la poca oposición que pueda hoy expresarse (con excelentes resultados a nivel internacional) que a seguir denunciando los crímenes que a diario se continúan ejecutando sobre nuestro pueblo, nuestro país. La tarea de cada venezolano, contento o no con la MUD, de los “independientes” armando tienda aparte, de los independientes hartos de la política, debe ser el seguir denunciando en cada tweet, en cada post en Facebook, en cada conversación en la cola del mercado o del banco por efectivo, en cada periplo por farmacias buscando medicamentos la falta de democracia, reclamar justicia a una corrupción nunca vista, reclamar derechos en servicios, en calidad de vida. La ciudadanía es parte de la política, pero no depende de los políticos para ejercerla. Si es que perdiste la fe en los líderes de la oposición, pues une esfuerzos con cientos de organizaciones que día a día levantan su voz valiente. Sacar la valentía que a veces se expresan en 140 caracteres virtuales, a la realidad, a iniciativas concretas que aporten aún más evidencias de una farsa insostenible, una Venezuela secuestrada a cuenta de un Socialismo que ha servido para enriquecer a un grupito, no solo rojito, causando miseria, dolor, muchas muertes.

 

 

@dremunoztebar