¿Qué nos está pasando?, por Carlos Dorado
¿Qué nos está pasando?, por Carlos Dorado

Duda

 

Este martes pasado, durante el “trancón” presencié una escena, que me llevó a la reflexión. Había un grupo de personas de todas las edades, pero donde se destacaban los jóvenes, que tenían hecha una fila o cadena humana cerrando el acceso en la cota mil desde el Oeste hacia La Castellana.

Dos personas que iban en un vehículo intentaron pasar. Los insultos no se hicieron esperar de ambas partes. En ese momento, el acompañante  se bajó con una barra de hierro en la mano, vociferando  “Esto es la cota mil, y la Constitución me permite circular libremente por donde me dé la gana. ¿Dónde está escrito que Ustedes pueden cerrar la circulación? ¡Abusadores!”

De repente una señora mayor, comenzó a empujarlo gritándole: “Chico, tú lo que eres es un vende-patria, sinvergüenza, corrupto”. En eso se bajó el conductor diciendo: “Qué le pasa a esta vieja loca. Vaya a cuidar los nietos,  que es lo que le toca”.

De la fila, irrumpieron dos jóvenes, uno de ellos con la cara medio tapada con una franela. “Mira tú, a la señora la respetas. Métete con los hombres… $%*&()”, le dijo el del morral. “Qué te pasa a ti escuálido, vente pues a ver quién es más arr….”. Mientras todos los demás comenzaron a corear: “¡No pasarán, ya se van! ¡No pasarán, ya se van!”.

Unos que estaban en la cola, se bajaron de sus vehículos e intentaron dialogar, argumentando: “Bueno vale, pero déjanos pasar, estamos trabajando, ¿Qué culpa tenemos nosotros de este gobierno? Todos somos venezolanos”. Mientras tanto, uno que estaba en la fila le respondió: “Mira vale, por gente como Ustedes, es que estamos como estamos. ¿No entienden que esta lucha es también por Ustedes, es que no se dan cuenta? No luchar te hace cómplice”

En eso se montaron en el carro, mientras el conductor  gritaba: “Vamos a ver si son tan arre… ¡ El que se me ponga por delante me lo llevo papá! Se terminó la pendejada con estos abusadores, que ahora ya se creen los dueños del país, no j…”. Arrancó, mientras la mayoría comenzaron a gritar desesperadamente. En el último momento, los cuatro que hubieran sido víctimas mortales del accidente, se apartaron rápidamente, mientras  unos muchachos desde los laterales  le lanzaban piedras al carro. Una de ellas le pegó en el vidrio trasero rompiéndolo.

Al recibir el impacto, el vehículo frenó repentinamente. ¡Momentos de máxima tensión! Después de unos segundos que parecieron eternos, aceleraron y arrancaron a toda velocidad. Tras unos breves segundos se volvía a formar la cadena humana, pero ahora con cara de más convicción, como diciendo: “Esto no nos vuelve a pasar”.

“¿Esto no nos vuelve a pasar?”, ¿Qué nos está pasando? Dicen que la sabiduría consiste, no sólo en ver  lo que se tiene delante, sino en prever lo que pueda venir. La violencia y la destrucción no pueden ser formas normales de vida para ninguna sociedad. Veo que está creciendo el deseo de venganza, mientras se ridiculiza la tolerancia. ¡Estamos cayendo en la anarquía!

Estoy seguro de que la mayoría de los venezolanos aspiraría a un diálogo sincero, a una reconciliación que nos permita construir un futuro en la justicia, y en el cumplimiento de las leyes, ya que no hay animal más cruel, que el hombre sin leyes. Construyéndolo en la educación y la formación del pueblo, ya que no hay arma más peligrosa y menos productiva que la ignorancia, y construyéndolo en el trabajo ya que es el único que nos aleja del aburrimiento, los vicios y los malos deseos.

¿Qué nos está pasando?

cdoradof@hotmail.com