A los padres de Juan Pablo, Por Carolina Jaimes Branger
A los padres de Juan Pablo, Por Carolina Jaimes Branger

Juan Pablo Pernalete

Por @cjaimesb

 

Queridos Elvira y José,

 

No los conozco, ¡pero los siento tan cerca! No he dejado de pensar en ustedes desde que supe del asesinato de Juan Pablo. Y lloré cuando leí los tuits del Alcalde Ramón Muchacho: “Ayer viví uno de los momentos más duros que me ha tocado como Alcalde: decirle a la madre de Juan Pablo que su hijo estaba muerto”… “Pero infinitamente más duro fue para sus padres, Elvira y José, enterarse de la muerte de su único hijo. No hay palabras para describirlo”.

 

No, no hay palabras. Es el terror de todos los que tenemos hijos y a ustedes les tocó, por esas cosas que nunca entenderemos. Porque no hay derecho que un estudiante y excelente deportista de tan sólo veinte años haya sido asesinado… por protestar pacíficamente. ¡Si en Venezuela, supuestamente, está consagrado por la Constitución el derecho a la protesta! Sí, claro, hay tantos otros derechos que consagra nuestra Carta Magna que han sido pisoteados.

 

Haber cercenado su futuro cercena el presente y también el futuro de nuestra nación. Porque de Venezuela los que no se van, corren el riesgo de que los maten. Hoy ustedes son el ejemplo vivo por su hijo muerto.

 

No sé qué decirles que pueda consolarlos. Yo también estudié en la Universidad Metropolitana y fui tan feliz cuando estudiaba allá que sé cuán feliz Juan Pablo se sentiría. En la Unimet no sólo nos enseñan a ser buenos profesionales y emprendedores. Nos conducen, como dice su himno “por caminos que llevan al bien”. Y ese camino lo recorrió Juan Pablo cuando marchó por las calles con la esperanza de hacer algo por la libertad de Venezuela. Ahora él está más libre que todos nosotros y esa vida que entregó no será en vano. Su nombre quedará como ejemplo –junto a otros jóvenes como él que también cayeron bajo la represión y la fuerza- de la verdadera juventud venezolana que ama lo bello, lo bueno, lo grande.

 

Elvira y José, en Jerusalén, en el Museo del Holocausto, hay un bello jardín que se llama “el Jardín de los Justos de las Naciones”. Allí hay sembrado un árbol por cada “justo”, personas no judías que desinteresada y altruistamente ayudaron a salvar judíos durante la Shoah. Allí están los árboles de Oskar Schindler, Irena Sendler, Raoul Wallenberg y unos veintiocho mil más. Es un bosque, más que un jardín. Y hay una inscripción del Talmud que dice “quien salva una vida, salva el Universo entero”.  Yo añadiría que quien entrega su vida por causas nobles y hermosas como la entregó Juan Pablo, también salva al Universo entero.

 

Yo creo que aquí en Venezuela deberíamos tener un jardín así, que nos recuerde a quienes vivimos hoy y a quienes vivirán mañana que hubo personas que dieron sus vidas por una causa justa. Juan Pablo Pernalete, justo de nuestro pueblo. A ustedes les digo gracias por enseñarle lo que es realmente importante. Hago votos porque muchos padres tomen ejemplo de ustedes, en estos momentos cuando como país hemos perdido tanto.

 

Las miles de manifestaciones de dolor en las redes sociales dan cuenta de una patria que llora. En particular me conmovió el de @critiquero quien escribió: “¡La bomba que impactó contra Juan Pablo Pernalete Llovera a él le detuvo el corazón, pero a todos nos lo partió!”

 

Sí, todo el país de bien tiene el corazón partido.

 

Estoy segura de que el sacrificio de Juan Pablo no será en vano. Estoy convencida de que vivimos los últimos momentos de este régimen de muerte y dolor. Y sé que ustedes, en medio de ese dolor infinito, verán a su hijo en cada hombre y mujer libre cuando salgamos de esto. Los abrazo muy fuerte desde la distancia.