En los regímenes totalitarios los pueblos no tienen derecho a elegir a sus gobernantes. Tiranos instalados en el poder se perpetúan en funciones de gobierno. Contrariamente, en las democracias el pueblo elige a sus gobernantes en comicios libres donde se aplica el principio un ciudadano, un voto. El comunismo, como idea totalitaria establece que las elecciones no hacen falta sino exclusivamente para legitimar a los que gobiernan. En Venezuela se está produciendo un hecho sumamente peligroso y es que el CNE siguiendo instrucciones del gobierno ha venido anulando el derecho al voto de los venezolanos. Inventaron todo tipo de excusas para liquidar al referendo revocatorio, utilizando para ello a un conjunto de jueces quienes se prestaron para conculcar el derecho de un pueblo que exige un cambio en la conducción del país. Ese mismo CNE se las ha ingeniado para no convocar las elecciones de gobernadores que debían realizarse en diciembre de 2016 toda vez que los actuales mandatarios regionales tienen el periodo vencido.

La señora Tibisay Lucena ha recurrido a maromas para que los venezolanos no se expresen en elecciones libres. La pregunta que surge es porqué el CNE no establece un cronograma electoral claro y preciso. La respuesta estriba en el hecho de que si esas elecciones de hiciesen convocada para diciembre de 2016, como ha debido ocurrir, el PSUV hubiese perdidos en todos los estados. Por tanto, la presidenta del CNE, Tibisay Lucena está haciendo un esfuerzo gigantesco para ver si el PSUV se oxigena y quede evitar la paliza que va a recibir en cualquier elección cuando esta se llame. Como ficha del PSUV y como afiliada a ideologías totalitarias, Lucena, no elimina e caujo el derecho del voto pero si lo limita severamente, porque para quienes piensan como ella, el voto es una mera formalidad y no instrumento efectivo de cambio.

Por eso, los venezolanos e este tiempo estamos obligados a rescatar el derecho al voto como mecanismo para que el pueblo exprese sus preferencias políticas exigiendo que se realicen elecciones, de acuerdo con un calendario claramente establecido y no cuando la enigmática Tibisay Lucena se le ocurra convocarlas. En un país en una profunda crisis el voto y la movilización popular son la llave que pretine salir de esta situación de cataclismo económico y social que hoy sufre el pueblo venezolano. Permitir que el comunismo se instale en Venezuela significaría una tragedia no solamente para los venezolanos de hoy sino para los del futuro que pasarán por el calvario que hoy sufren los cubanos. Venezuela saldrá de esta tragedia en la cual la han sumido los aspirantes a tiranos y saldrá fortalecida como pueblo que ama la libertad y la justicia social.