Parecen bomberos y bomberos malos, de los que se pisan la manguera. Son el enemigo en casa. Son de quienes pertenecen a un Cuerpo que exige profesionalismo en el actuar, pero desconocen los gajes de su oficio o si lo conocen actúan desordenadamente, indisciplinadamente, por desconocimiento o por individualismo en búsqueda de destacarse, jugando con el fuego en vez de apagarlo. O lo que es peor siguiendo instrucciones ajenas al Cuerpo al que pertenecen y le deben lealtad, en búsqueda de un beneficio propio con absoluta falta de ética, haciendo de su oficio un negocio y no un servicio.

Me refiero a algunos y que políticos venezolanos que ante la actual situación (incendio) que requiere, que exige una actuación única, con criterio de unidad para apagar el fuego que está sofocando al país, están pisándose la manguera actuando al libre, volteándose hacia donde los provocadores del fuego los convocan para con cantos de sirenas distraer su atención, rompiendo la concentración que exige una estrategia y dándole la espalda a sus colegas que valientemente están dando la cara enfrentando al verdadero fuego político como buenos bomberos, así como también desperdiciando el agua necesaria (la unidad) para que el país no siga consumiéndose.

Con bomberos así, aunque son los menos, no vamos a ninguna parte y lo que merecen es que sean quitados del medio para que no estén pisándole la manguera a los bomberos que en cumplimiento de su deber están tratando de proteger del fuego al país y a sus habitantes, léase la sociedad civil.