Un totalitarismo "endógeno", por Eddie Ramírez
Eddie A. Ramírez S. Oct 18, 2016 | Actualizado hace 1 semana
Un totalitarismo «endógeno»

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Los rojos criollos predicaron el desarrollo endógeno, pero solo lograron hundir la producción nacional y hoy dependemos mucho más de las importaciones e inclusive tenemos que comprarle petróleo al «imperio» y a otros países. Sin embargo, lograron algo que no ha existido en ninguna dictadura, ni en regímenes totalitarios.

Fracasaron en el sistema público de salud, en todos los niveles de la enseñanza, en el suministro de agua potable, en la generación de energía eléctrica, en la política agroalimentaria, en la extracción y refinación de petróleo, en la conservación de nuestros recursos naturales renovables, en la protección del medio ambiente, en el desarrollo de una minería no depredadora, en la promoción de la cultura y el turismo,  en el control de la inflación y en todo lo que un país requiere para lograr un desarrollo sustentable.

Las dictaduras son inaceptables, pero en general promueven el progreso económico de los pueblos, como fueron los casos de las tiranías de Pérez  Jiménez y de Pinochet, por citar algunos. Los espernibles regímenes totalitarios nazista, fascista y falangista de Hitler, Mussolini y Franco también lograron avances en la economía de sus naciones. Franco fue el más sensato al no inmiscuir a España en la II Guerra Mundial, la cual hizo trizas a Italia y Alemania. El totalitarismo comunista fue el único que fracasó en lograr mejorar la calidad de vida de los habitantes subyugados. Cuba es un ejemplo viviente de ese fracaso.

Otro logro de los regímenes citados, a los cuales desde luego repudiamos, es la drástica disminución de la criminalidad. Hoy muchos turistas prefieren ir a Cuba, no solo por el bajo costo de la estadía, sino principalmente porque se sienten seguros de que no serán asaltados e incluso asesinados.

El régimen totalitario de Maduro y compinches es el único caso de destrucción de la  economía y de aumento de la criminalidad. ¿A qué se debe este «logro endógeno» del presidente de facto y de su tren ejecutivo? Este régimen ha tenido que enfrentar una sociedad que no se ha doblegado. Por lo tanto, la estrategia adoptada es debilitarla a través del amedrentamiento por parte del hampa para que muchos emigren y que quienes se queden en el país participen lo menos posible en manifestaciones públicas en contra del régimen.

Los venezolanos  debemos enfrentar dos tipos de hampa. La común que actúa por su cuenta gracias a la permisividad gubernamental. Y el hampa financiada por el oficialismo, que actúa bajo la denominación de «colectivos», la mayoría de los cuales están constituidos por individuos que agreden e incluso asesinan durante manifestaciones de repudio al régimen. Al respecto, recordamos los asesinatos de los demócratas Maritza Ron, José Manuel Vilas, Roberto Redman, Génesis Carmona, Wilmer Carballo, Daniel Tinoco, Guillermo Alfonzo Sánchez, Argenis Hernández, Jesús Orlando Labrador y Gabriel Daza, entre otros. Estos grupos son promovidos por los rojos para intentar evadir acusaciones de violaciones de derechos humanos perpetrados por cuerpos oficiales. Sin embargo, también funcionarios policiales y de la Guardia Nacional han sido señalados de cometer asesinatos durante manifestaciones, como fueron los casos de Basil Da Costa, Jesús Acosta, Geraldine Moreno y José Alejandro Márquez, por citar algunos.

Entre los asesinados la semana pasada por el hampa común tolerada por el régimen debemos lamentar los casos de nuestros compañeros de Gente del Petróleo Luis Oviedo y Diego Piccari.

Como el hampa no oficial no discrimina, lamentablemente también han sido asesinados policías y miembros de la Fuerza Armada, sin que el Alto Mando reaccione señalando la causa de que haya proliferado la criminalidad. Mientras Maduro y su pandilla permanezcan en el poder seguirá aumentando el hampa común y el hampa política. Por ello debemos seguir presionando para que se realicen tanto el referendo revocatorio como las elecciones regionales.

Como (había) en botica: El  diputado rojo Hugber Roa es un tipo ruin de la peor calaña. Desde esta columna expresamos nuestra solidaridad al cardenal Urosa y a monseñor Baltasar Porras, próximo cardenal. Gran alegría por la designación del padre Arturo Sosa como Prepósito General  de la  prestigiosa Orden jesuita. También nos complace la designación del colega Rafael Isidro Quevedo como Miembro de la Academia de Ingeniería y el Hábitat. Al introducir la demanda ordenada por Maduro en contra de El Nuevo País y de varios periodistas, Eulogio Del Pino declaró: «Es el momento de que asuman su responsabilidad con su pecunio (sic) personal, con su libertad si es necesario». En el futuro serán los tribunales los que decidirán si quien tenga que responder con su propio peculio y su libertad sea el propio Del Pino por los desaguisados en Pdvsa ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com