@ldelion
Hace dos años, Jesús Chúo Torrealba fue nombrado Secretario Ejecutivo de la MUD. Hoy, el panorama político opositor es desolador, un desamparo, que se vuelve dramático cuando se contrasta con la devastación del país.
La MUD bajo Torrealba se ha distinguido por una constante reacción emocional, de efectos políticos efímeros. La victoria del 6D, hoy convertida en espejismo, así lo confirma. La dictadura, consciente de ello, no ha dudado en seguir adelante en su determinación totalitaria y destructiva.
Lo dije al momento de su ascenso en la MUD y lo repito, no comparto ninguna de las piezas del andamiaje político de Torrealba. Una estructura que descartaba per se una mejora en el nivel político de la MUD. Lejos de solidificar al movimiento opositor, lo volvió emotivo y vulnerable, apoyándose estrictamente sobre el artificio de la democracia de opinión.
Previo a su nominación, Torrealba, no se distinguió como un crítico frontal y severo del régimen de Hugo Chávez. En entrevista concedida en el 2014 a Milagros Socorro, sobre el difunto Teniente Coronel, Torrealba respondió que Chávez representó un «sueño». Previamente, cuando la represión de Estado, en febrero del 2014, contra las protestas estudiantiles y la criminalización del movimiento “La Salida”, Torrealba evocó un «tobogán de odio» y no precisamente en referencia al régimen de Maduro.
De esa manera a la tambaleante tarima estructural de Torrealba, se le sumaba, una retórica de una alarmante escasez de ideas.
En noviembre 2014, Torrealba, intervino en el Congreso del partido UNT, pare decir que “Manuel Rosales cambió la tendencia del proceso político venezolano”. En éste año 2016, ante el tema del registro civil de Nicolás Maduro “…a los que preguntan por la nacionalidad de Maduro les recuerdo que nuestros poderes públicos están secuestrados” dijo Torrealba, sin percatarse de su propia divagación.
En la continuación de declaraciones sin mayor rigor político, la semana pasada, Torrealba entrevistado por Alonso Moleiro señaló que: «El muro del Gobierno es de Bahareque» y en declaraciones a la prestigiosa BBC dijo que: «Nuestro propósito no es extinguir al chavismo»
Pareciera que, la gran obra luego de dos años al frente de la MUD, ha sido la de convertirse Torrealba, en el cronista de su propia inacción y de sus desatinos. Las metáforas, las pequeñas frases, los comunicados en cascada. ¿Para cuándo los actos, para cuándo la política?
Ya basta del conformismo mediocre de su Secretario General. La MUD no puede ella sola creerse su estatus, tiene que probarlo, tiene que ejercerlo y hacérselo entender a la dictadura.
El sueño de un sobresalto de unión nacional, es una perspectiva a la que aspira la gran mayoría de los venezolanos. La iniciativa le corresponde al liderazgo opositor. Para ello, tocaría sacrificar ambiciones electorales, pero ésta es una hipótesis cada vez más ilusoria.
Los actores políticos parecen no tener conciencia de que en los próximos días ante la agudización de la crisis, deberán dar muestras de civismo y de coraje, para evitar que la penumbra se imponga.
