¡Hoy es jueves de honor, dignidad y patria!, por Armando Martini Pietri
¡Hoy es jueves de honor, dignidad y patria!, por Armando Martini Pietri

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Hoy es la marcha, la toma de Caracas como se ha denominado. Es el día de la gran presencia nacional. Hoy 1° de septiembre de 2016 la dignidad y el compromiso verdadero de los buenos venezolanos toman posiciones, y marcan el cambio. Muchos somos críticos en varios aspectos y tácticas de la oposición representada en la MUD. Sin embargo, hoy debemos sumarnos con sinceridad, entusiasmo y esperanza a este encuentro de ciudadanos. Para que sea inmenso, apoteósico, gigantesco, maravilloso y de una vez por todas se diga al gobierno: ya basta, nos cansamos de tanto abuso, de tanta degradación, de tanta desidia, hasta aquí llegaron con el exceso, dejen que esta hermosa Venezuela se reencuentre, se reacomode, se olvide de esta tragedia, de esta pesadilla y se enrumbe hacia un mejor futuro para nuevas generaciones. Un futuro, estemos claros, que ya no puede esperar más. Es inconveniente, suicida e imposible prorrogarlo. 

Mucha expectativa ha generado la convocatoria a esta «Toma de Caracas», actividad originalmente propuesta por la oposición venezolana para reclamar decisivamente contra lo que califican como trabas, retrasos deliberados y mal intencionados del Consejo Nacional Electoral, por encima del texto constitucional, saltándose inmoralmente la intención política y ética del constituyente, que estableció siempre al referendo revocatorio como un recurso pleno de los ciudadanos para decidir sobre si quieren o no que un funcionario electo, permanezca en el cargo según cuales hayan sido su comportamiento y resultados de su gestión. Es una decisión democrática que debe tomarse con seriedad y conciencia. Sin embargo, la actitud del Poder Electoral no ha sido precisamente sensata ni sabía, y por el contrario ha dispuesto todo lo posible por impedir, obstaculizar y entorpecer un derecho que está claro y no acepta discusión ni interpretación. Vergonzosamente el CNE no se ha comportado como un poder constitucional y autónomo, sino como una dependencia obediente y sumisa al deseo presidencial. ¡Vergüenza debería darles! 

Ya sólo por esa grave distorsión constitucional, la manifestación de hoy tiene que ser aplastantemente masiva, desbordada de ciudadanos y de reclamos. Los directivos y funcionarios del CNE deben sentir la severidad y el rechazo de la colectividad; éste debe ser un jueves azaroso para esas conciencias que han ignorado, manipulado, desvirtuado y tergiversado lo más sagrado en una democracia, la voluntad popular. La voz de Dios. El pueblo.

Pero ése no puede ni debe ser el único motivo de denuncia y quejas este jueves 1° de septiembre, porque la subordinación y apuros del CNE es sólo una de las muestras de lo mal que está el país.

Venezuela está profundamente sumergida en una hecatombe económica, empresarial, social, profesional, técnica, educativa, de principios éticos y morales, la falta de valores a la cual nos ha llevado el Gobierno está acabando con los ciudadanos, la ideología egoísta y atrasada del castro-comunismo y su deshilachada copia nacional, el desventurado, perverso, despiadado y siempre desatinado castro-madurismo que sólo piensa en controlar al máximo para llevarse lo más que pueda; y no hablamos de mangos, plátanos y naranjas, sino de petróleo y dólares. 

Casi todos los estudios de opinión coinciden que al menos el 75% de los venezolanos quieren revocar al Presidente, hoy hay que dejarlo clarísimo nacional e  internacionalmente, no sólo por razones políticas, sino porque el presidente Maduro, ministros y toda su administración han cometido errores graves y demasiado costosos, uno tras otro; lo que Venezuela desea revocar no es sólo al oficialismo, sino también la inseguridad, la inflación, la corrupción, la escasez, la falta de medicinas, insumos y equipos médicos, la vagabundería institucionalizada como elemento de Gobierno, la violencia social y brutal como arma y expresión de grupos gobierneros.

Por todo eso este jueves 1° de septiembre amanecí sin miedo; salté de la cama con la firmeza y la furia del buen ciudadano harto de fallas, ilegalidades, injusticias, inequidades y villanías, hastiado de mentiras, de abusos, de brutalidades militares, indignado por vecinos presos sólo por reclamar sus derechos, heridos, muertos por la fuerza, o echados del país. ¿Cómo pueden explicarse presos políticos y exiliados en una democracia? Muy sencillo, porque este régimen experto en darse golpes contra la pared no es una democracia, es pura y simple tiranía de incompetentes, bárbaros delincuentes. Expresiones duras, fuertes pero la realidad se impone, guste o no.

Por toda esa convicción, y porque sabe que es así, el Gobierno de Maduro, sus generales de los componentes y de la yuca, de las papas, de la carne, de los frijoles, de los pollos, del coliflor, de la auyama, del azúcar, de la harina pan, del papelón y demás rubros de combate, -por cierto el de la zanahoria está vacante- están nerviosos; aterrorizados, asustados, y llevan días montando alcabalas y parando a la gente en todas partes, hasta al solitario y empeñoso sacerdote que camina por la calles de Venezuela, así como los indígenas, los discapacitados y muchos etcéteras que se han venido incorporando. O a lo mejor fue que ni Maduro ni el general Padrino quiso decir aquello de “con la Iglesia hemos topado, camaradas”, porque en la práctica esos topetazos ya se están dando. 

Por todo eso este jueves 1° de septiembre serán muy pocos los que se quedarán en casa esperando que los valientes salgan a dar la cara por ellos y su familia. Una mayoría aplastante saldrá porque están convencidos de que este jueves es día de patria, de orgullo nacional y sobre todo, de compromiso ciudadano. 

¡Todos a la calle, nos espera un extraordinario día. Haremos historia de país! 

@ArmandoMartini