El alza del salario, la inflación, el interés y el dólar por Ángel García Banchs
El alza del salario, la inflación, el interés y el dólar por Ángel García Banchs

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El aumento recién anunciado del salario mínimo legal causará inflación; sin embargo, contrario a lo usual, esta vez no causará un aumento del dólar, ni un gran incremento del crédito bancario, pero sí de la velocidad de circulación del dinero y la tasa de interés. Causará inflación, porque todo aumento de salario superior al de la productividad absolutamente siempre causa inflación, dado el marcaje sobre costos de las empresas. Pero, no causará un alza del dólar, porque más que aumentar la liquidez, que aumentará, será la velocidad de circulación del dinero (i.e. la velocidad con la cual rota cada bolívar) lo que aumente fundamentalmente. De allí que, como explicaré en lo sucesivo, probablemente, ya exista presión razonable de la banca sobre el Ejecutivo Nacional para permitir el alza de la tasa de interés, como preludio del proceso de unificación cambiaria.

El aumento de salario mínimo (50%) y del bono alimentario (129%) representa un incremento del ingreso de los asalariados que perciben el mínimo legal del orden del 93% y del 84% aproximadamente del costo de nómina de las empresas que pagan el mínimo. Así, probablemente signifique un incremento de alrededor del 60% del costo de la nómina media en bolívares de la economía venezolana y, por tanto, también de la demanda de crédito bancario. Pero que la demanda de crédito bancario vaya a aumentar con el alza del salario no quiere decir que la oferta de crédito también lo vaya a hacer, al menos esta vez, pues esta vez será distinto.

Esta vez la banca no podrá acomodar la salvaje demanda de crédito que tendrá lugar. Primeramente, por una restricción de capital. Segundo, por una restricción de liquidez. Y, tercero, por el temor del riesgo de morosidad y liquidez subyacente.

La restricción de capital implica que la banca tendrá que aportar 20% del alza del crédito, como exige la Ley, lo que para que provenga de la utilidad exigiría tasas de interés activas anuales no menores al 90% (90% = 20% *12 * (60%/160%) – donde el 20% es el ratio aprox de reservas de capital exigido por Ley, 12 son los meses del año, 60% sería el crecimiento de la demanda de crédito y 160% esa misma tasa sumada a la unidad). Claramente, la banca no podrá expandir su cartera de crédito 60% en un mes con el espectro de tasas de interés reguladas como lo están hoy (tendría el banquero que aportar el capital y no lo hará en la coyuntura actual).

Luego, también está la restricción de liquidez. El sistema bancario está líquido, pero, la liquidez está mal distribuida entre bancos, por la desastrosa política económica actual. Así, expandir alrededor del 60% el crédito bancario en un solo mes resultaría imposible, no solo por la presión sobre la tasa de interés en el interbancario, sino sobre todo debido a que la inyección neta de dinero base por parte del Estado no aumentará en esa proporción (el mayor gasto salarial inyectará con fuerza, cierto; pero la mayor venta en SIMADI, claramente, extraerá una mayor liquidez – cuánto aumentará la inyección neta o, equivalentemente, el déficit del Estado, dependerá de cuánto del gasto salarial termine financiado vía SIMADI y cuánto vía una mayor impresión de dinero base, violando el Artículo 320 de la Constitución Nacional).

Pero, lo más importante, son las expectativas de los banqueros. Los banqueros esperan un proceso de legalización del dólar negro (igualación entre la tasa SIMADI, que pasaría a llamarse DICOM, y el dólar negro, que dejaría de ser negro para convertirse en legal). Bajo esas condiciones, la banca teme que al aumentar el tipo de cambio promedio oficial (la cantidad de bolívares en promedio que por cada dólar vendido recoge el Estado), el mercado en bolívares se seque, poniendo a la banca a correr; y también le preocupa que, si el dólar negro baja, la morosidad en el sector de los transables no regulados aumente, debido a un proceso de deflación (increíblemente, veremos como con una inflación del 500% a 700%, ciertos rubros caerán de precio, debido a la caída de su rotación o ventas, complicando la morosidad).

Entonces, si el sistema bancario no podrá acompañar el proceso de inflación salarial, ¿qué validaría el incremento de los salarios y precios? Sencillo, como viene ocurriendo, desde octubre de 2015, esta vez nuevamente lo hará la velocidad de circulación.

Los bolívares se harán más escasos y tendrán que circular a una mayor velocidad. De allí, mi planteamiento de que esta vez el ajuste no será por el lado del pasivo, sino del activo; dicho de otro modo, que la oferta privada de dólares relativa a su demanda continuará aumentando para facilitar el proceso de circulación. Pedro querrá los bolívares de Juan. Pero, Juan no querrá los dólares de Pedro, por lo que Pedro tendrá que convencer a Juan. ¿Cómo? Sencillo, permitiendo que el dólar siga cayendo en términos reales; es decir, que el dólar no suba a pesar de la alta inflación.

Esta vez será distinto a lo normal, porque los banqueros saben que en materia cambiaria cada vez se acerca más la unificación, aunque poco antes de ello venga la legalización. Yo vigilaría la deuda en bolívares si fuese usted, no sea que la vaya a costar más a futuro, bien porque vaya a aumentársele en términos de dólares por el proceso de legalización, o porque las autoridades procedan a permitir un alza de la tasa de interés.

Todo tiene su fin. Y, el control de cambio no es la excepción.

@garciabanchs