Más leña al fuego por Francisco Quevedo
Más leña al fuego por Francisco Quevedo

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Buscando hacer milagro con escapulario ajeno, quizás en su última bocanada de aíre, el gobierno decretó la semana pasada un aumento de salarios y bonos alimenticios que equivalen al 97% del ingreso de la mayoría de los trabajadores, añadiéndole leña a un fuego inflacionario que se le va ganando al galope, por ocho cuerpos, cabe decir, y que aprieta el Garrote Vil con una vuelta más en el cuello de empresarios y ciudadanos. ¿Será esto «sin querer queriendo» o será «ignorancia supina», como diría una vez JVR? Como quiera que lo vea, sigue complicándose la vida, y con ella, la de todos nosotros.

En efecto, los aumentos salariales decretados en Marzo, Mayo y ahora en Agosto de 2016 suman exactamente el 100% del sueldo mínimo. Sin embargo, las cifras de inflación que emanaban de los pasillos del Banco Central de Venezuela para el mes de Abril, en ausencia de publicaciones oficiales que se esconden a ver si no nos damos cuenta, colocaban el aumento de precios sobre el 397% anualizado, y eso es considerando precios regulados, no los que pagamos realmente al comercio o al bachaquero. El Fondo Monetario Internacional, por su parte, proyectaba un INPC sobre 700% para el cierre del año, cosa que se agravará ahora con esto. Es decir, «100 pa’ tí, 700 pa’ mi» va el reparto. La realidad, el «efecto bolsillo» debe superar el 1.000%, a decir verdad. Es decir, el aumento salarial se queda corto, muy corto, ante la espiral inflacionaria que el mismo alimenta e inflamará gravemente.

Reconociendo esto, creemos, el gobierno llevó el Bono Alimenticio de una a ocho Unidades Tributarias este año, a tal extremo que parece un «error de imprenta» de esos con que cambian leyes en la Gaceta Oficial, ello sin contar el ajuste propio de la UT que hace el Seniat anualmente. Algo deben tener de ciertas las proyecciones del FMI para forzar a Maduro a tomar medidas descabelladas, del 800%. Sin embargo, las cifras absolutas no alcanzan. La Canasta Básica Familiar tenía un costo de Bs. 365.101 mensuales antes de este ajuste salarial. Nuestra proyección la coloca sobre Bs. 511.000 en Septiembre. Es decir, se requerirán ocho asalariados en casa para pagar los gastos. ¿Viven en su casa ocho trabajadores? Pregúntese eso, amigo lector.

El ajuste salarial tendrá un impacto en los costos y gastos de las PYMES que estimamos entre un 38% y 58% para los sectores manufactura vs. servicios. ¿Podrán las empresas absorberlo? Con un PIB en picada, estimado en menos 7%, y con el consumidor haciendo de tripas corazón para pagar lo que puede con el sueldito, las ventas no dan para mantener un crecimiento real del ingreso que cubra la Nómina. Si no pueden ajustar precios, por las regulaciones, muchas tendrán que ajustar sus plantillas y salir de obreros y mensajeros, o pasar a muchos a medio tiempo, para sobrevivir. ¡Ojo! Igual pasará con las trabajadoras domésticas que pretenderán cobrar no menos de Bs. 4.000 diarios. ¡Señoras, agarren su trapito y aprieten ese coleto!

El aumento salarial parece hecho a la medida de la evasión, es decir, no incide mucho en prestaciones sociales, ni en bonos vacacionales, ni en las utilidades. En efecto, los trabajadores ganarán ahora un «Cesta Ticket», como lo llaman, que duplica su salario, y en Noviembre o Diciembre cobrarán utilidades paupérrimas, quizás de unos Bs. 20.000 al promediar salarios en el año, si se las calculan a un mes, como precisa la Ley, contra ingresos totales de Bs. 65.000 y piquito. ¿Qué se podrá comprar en estas Navidades con 22 mil bolívares? Diga usted… ¡Eso no alcanza ni para una paca de papel toilette!

¡Ay! Como exclamaba Charlie Mata… «lo bueno que tiene todo es lo malo que todo se ha puesto…» dijo Arturo Uslar Pietri una vez ¡Carajo, pero hay un límite!

@fjquevedo