Freud y la Carta Democrática, por José Toro Hardy
Freud y la Carta Democrática, por José Toro Hardy

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El régimen está cayendo en una suerte de síndrome digno de ser estudiado por la psiquiatría. Su situación recuerda un poco lo que le ocurría a Hitler cuando los aliados avanzaban sobre Alemania. La derrota de los nazis era solo cuestión de tiempo. Sin embargo, el  Führer se aislaba de aquella realidad y planificaba operaciones imaginarias para derrotar a sus enemigos. Cuando al final se vio enfrentado a los hechos, decidió que si los alemanes no habían sido capaces de vencer, merecían ser destruidos. Prohibió cualquier tipo de rendición o repliegue estratégico y ordenó resistir a toda costa.
Algo parecido le está pasando al Socialismo del Siglo XXI. Muchas de sus más relevantes autoridades están cayendo en una situación conocida como «negación». Se trata de un mecanismo de defensa psicológica que fue postulado por Sigmund Freud y que consiste en enfrentarse a los conflictos negando su existencia. Se torna psicótica cuando hay una total afectación de la capacidad para captar la realidad.
Un caso típico de «negación» lo vimos en los hechos que ocurrieron en la OEA. Nuestra canciller intentó impedir que se llevase a cabo sesión del Consejo Permanente convocada por el Secretario General de la Organización para tratar el caso de Venezuela. No pudo lograrlo. Decidió entonces pedir que no fuese aprobada la Agenda en la cual el único punto a tratar era el informe de Almagro. Pidió una votación anticipada convencida de que iba a lograr el voto favorable de 19 países.  Se le volteó la tortilla. Su propuesta resultó derrotada con 20 votos.
Formando parte de ese mismo proceso de «negación», el Secretario General de UNASUR convoca para el mismo día una reunión de cancilleres tratando de restarle  relevancia a la reunión del Consejo Permanente de la OEA. Los países miembros de UNASUR desautorizaron a Samper.
Vale aquí la pena volver la mirada a los orígenes de UNASUR. Fue concebida por Chávez y Lula.  Expresamente querían excluir de la misma a EEUU y Canadá. Fue conformada por 12 naciones suramericanas.
Esas doce naciones acompañaban sistemáticamente las propuesta del régimen venezolano en la OEA; sin embargo, en esta ocasión, fuera de Venezuela, sólo dos países lo respaldaron: Bolivia y Ecuador.
Centro América está integrada por 7 países. De ellos solamente El Salvador apoyó al régimen chavista. Por lo que respecta a Norte América las tres naciones que la integran votaron contra el chavismo.
El cambio más revelador ocurrió en el Caribe. Seducidos por los subsidios petroleros de Petrocaribe,  estos países apoyaban monolíticamente en la OEA al gobierno de Caracas. En esta ocasión Jamaica, Bahamas, Barbados, Belice, Surinam y Guyana le dieron la espalda. Trinidad y Santa Lucía optaron por salvar el voto.
En la reunión del Consejo Permanente de la OEA el gobierno venezolano fue estrepitosamente derrotado por primera vez desde 1999.  Esto debe resultar muy doloroso al régimen. Por ello, tal como describía  Freud, el gobierno ha entrado en un caso de «negación psicótica». Niegan la realidad, insisten en que ganaron y dicen que la Carta fue archivada.
La realidad es que según el Art. 20 de la Carta que fue invocado, nunca estuvo previsto que en esa primera reunión se aprobase una sanción contra Venezuela. Ahora la OEA deberá constatar que en Venezuela se estén  respetando los aspectos esenciales de la democracia representativa, entre otros, «el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales; el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al estado de derecho; la celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo; el régimen plural de partidos y organizaciones políticas; y la separación e independencia de los poderes públicos».  Especial atención se prestará al referendo revocatorio, los presos políticos y la crisis humanitaria.
Si las gestiones diplomáticas fracasan se procedería conforme al Art 21 según el cual, constatada la ruptura del orden democrático se tomará la decisión de «suspender al Estado Miembro del ejercicio de su derecho de participación en la OEA con el voto afirmativo de los dos tercios de los Estados Miembros». Aún no estamos allí.
Pero el procedimiento de la Carta ya está activado.  Conforme a ese proceso, el próximo paso será la convocatoria por parte de la Organización de una nueva reunión para adelantar una «apreciación colectiva», en relación con «una alteración del orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático».
El gobierno venezolano está cada vez más aislado en el continente. Ejemplo de ello lo vemos en Mercosur donde le correspondía la presidencia pro tempore. Algunos de sus miembros se niegan a asistir a la cumbre de presidentes donde Uruguay debería transmitirle el cargo. Esto ha generado un conflicto diplomático. Paraguay protesta enérgicamente y José Serra el canciller brasileño sostiene que en un país donde hay presos políticos no hay democracia.

@josetorohardy

petoha@gmail.com