La dictadura es la norma y la democracia la excepción, por Alfredo Jimeno R.
La dictadura es la norma y la democracia la excepción, por Alfredo Jimeno R.

Decretodeestadodeexcepción

 

Ayer se dio a conocer a la opinión pública nacional e internacional el nuevo decreto de emergencia económica que pretende implementar a como dé lugar la elite corrupta, anti democrática e ineficiente que gobierna nuestro país. Allí, Nicolás Maduro pide poderes extraordinarios que le servirán para hacerse, sin siquiera el más mínimo trámite administrativo, con la propiedad de las empresas e industrias privadas que a su mejor saber y entender él considere “estratégicas”, para construir una red de distribución de alimentos básicos directamente a los hogares venezolanos que funcionará previo registro de todas las personas (lo cual tiene un potencial discriminador y excluyente muy peligroso), y, entre otras cosas más, para autorizar a organismos ajenos a las labores de seguridad ciudadana e incluso no previstos en la Constitución (como por ejemplo las milicias) a actuar como sujetos represores a la hora de que la dictadura así lo considere necesario. Y todo esto, por si fuera poco, en el marco de un “estado de excepción” que desatará totalmente las manos de Maduro para poder suspender garantías constitucionales.

Según mandan la Constitución y las leyes vigentes, para que el presidente de la República pueda poner en rigor un “estado de excepción”, se necesita previamente el voto favorable de la Asamblea Nacional. Sin embargo, no podemos llamarnos a engaño: al igual que como lo hizo con el anterior decreto de emergencia que se aprobó con la anuencia de la Sala Constitucional del TSJ y pasando por encima de todo el entramado legal, lo más seguro es que la dictadura lo haga ésta vez con el “estado de excepción” que desde ya sabemos peligroso e injustificado. 

Todo esto nos lleva a una conclusión inequívoca: el barniz democrático con el cual escondía su verdadera naturaleza la élite que detenta el poder político en Venezuela, se está diluyendo muy rápidamente, dejando al desnudo las características dictatoriales de un gobierno que le sirve de trinchera a un grupito cada vez más impopular y por ello cada vez más temeroso de perder su absoluta impunidad y sus groseros privilegios. Y es que a estas alturas ya no hay duda, en Venezuela rige una dictadura.

Ahora, si ya las dudas están disipadas y todos sabemos que vivimos en una dictadura, vale la pena preguntarnos: ¿qué debemos hacer los venezolanos? La respuesta a esta pregunta es muy simple: resistir, ¿y cómo debemos resistir? De forma pacífica y no violenta, resaltando las diferencias entre un pueblo que sufre día a día defendiendo y exigiendo el respeto a sus derechos constitucionales, y una dictadura que no repara en absolutamente nada con tal de mantenerse el poder.

Yo estoy convencido de que los venezolanos estamos llamados a formar parte del selectísimo grupo de países que han logrado quitarse de encima una dictadura a través del ejercicio genuino de los instrumentos democráticos. Nosotros, con mucha constancia y fortaleza de convicciones, lograremos salir de esto con el concurso de la voluntad popular expresada a través del voto, pero también manifestada en el necesario ejercicio del derecho constitucional a la protesta pacífica en la calle. A través de esas dos vías, calle y voto, voto y calle, Venezuela construirá un futuro de paz, bienestar y progreso… donde la norma vigente sea la democracia, y la excepción del pasado sea la dictadura.

 

 @AlfredoJimenoR