Gracias al financiamiento que se hizo desde Caracas -desviando los ingresos producidos por los altos precios del petróleo- en vez de dotar a los venezolanos de una mejor calidad de vida, los Gobernantes “bolivarianos” fueron radicalizando sus posiciones para asumir la conducción bajo la tutela de los Castro de la megalomanía neo-imperialista para exportar el modelo cubano-venezolano del “Socialismo del Siglo XXI”.
Con la creación de ALBA, se propiciaron nuevos “salvadores de la Patria” para repetir en Latinoamérica los planes de las “democracias populares “ de la Europa Comunista, financiando la llegada al Poder de Evo Morales, Ortega, Correa, Zelaya, Lugo, a los que se sumaron los Kirschner, Lula, Dilma además de convertir en “demócratas” a los integrantes del Sandinismo en Nicaragua, del FMLN de El Salvador; de las FARC en Colombia o de antiguos guerrilleros en Uruguay y Brasil, quienes al asumir las riendas del Poder con la intención de permanecer indefinidamente, produjeron una situación catastrófica para sus ciudadanos por el colapso económico, político, social y ético al que dieron como resultado en cada de sus países.
Felizmente los vientos del cambio democratizador soplan hoy nuevamente en América Latina ya que el péndulo inexorable de la historia en pro de los principios y valores de la libertad, de la justicia y del desarrollo, vuelven a darle esperanzas a los Brasileños, Argentinos, Bolivianos, Paraguayos, Peruanos y en general, a los jóvenes de un Continente devastado por las ruinas de gobiernos que tuvieron como resultado de sus gestiones, agravar la injusticia social, la corrupción, la represión, la inseguridad, la ineficacia demostrando la incapacidad de cumplir con las promesas populistas de solución milagrosa para los pueblos además de aplastar las libertades.
La valiente posición asumida por el Secretario General de la OEA Luis Almagro en defensa la Carta Interamericana Democrática estimuló a los venezolanos a impulsar las ofertas democráticas ofrecidas por la oposición al triunfar arrolladoramente en las recientes elecciones 6 de Diciembre, para exigir la libertad de los presos políticos, la defensa y protección de los derechos humanos, la libertad de expresión, y especialmente lograr un Gobierno de Salvación Nacional que de respuesta al desastre económico-etico-social que se evidencia –entre otros desastres- con el desabastecimiento de alimentos y de medicinas, y la galopante hiperinflación e hiper-corrupcion propiciada por la militarización y la militantizacion del Poder.
El triunfo parlamentario alcanzado en Brasil con el inicio del juicio a Dilma Rousseff; el éxito de Macri, y las claras posiciones asumidas por Paraguay y Chile –entre otros- muestran que el camino de la democracia volverá a florecer en nuestro Continente. A pesar de las amenazas de los Gobiernos del ALBA de desconocer los resultados Constitucionales del revocatorio en Brasil, no pueden desconocer que la época de la “solidaridad automática” que lograron imponer a través de los mecanismos del ALBA, ya no funcionan, porque estamos viviendo el OCASO DEL ALBA .
