¡La doctrina de shock socialista...! por Orlando Viera-Blanco
¡La doctrina de shock socialista…! por Orlando Viera-Blanco

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«Venezuela fue sometida a un salvaje shock igualitario y utópico, que puso al Estado/gobierno al servicio del credo Marxista-Gramscista, Leninista, Fidelista, disfrazado de ideal bolivariano»

Retomo lectura de la obra de Naomi Klein, «The shock doctrine». Un libro (2007) de la periodista de izquierda, que por años ha desarrollado la tesis del»Capitalismo del desastre» (invalidada en el tiempo), para demonizar los ideales liberales de Milton Friedmam y sus Chicago boys. Según ella, muchas de las crisis sociales, políticas y económicas de la historia contemporánea; de Chile al Medio Oriente, de la desmantelada URSS, Indonesia, Irak  al bill out de 2008 de Wall STreet, fueron guerras y conjuras inducidas para favorecer el reparto entre «amigotes» liberales. Lo interesante para este columnista, es cómo la manipulada teoría (Ob.cit) podría usarse en el caso venezolano, pero al revés: un shock socialista, de izquierda a derecha, de una torpeza y violencia descomunal, donde la terapia CAP-89, se quedó en niñeces.

Decimos que La Doctrina del Shock es un tratado calado de falsos supuestos, porque los hechos que describe la Sra. Klein en su obra, parten que la culpa de todo desastre, no es casual: es del liberalismo. Ella sentencia  cómo tras la caída de Allende, el huracán Katrina, la guerra de Irak o el Crash financiero de 2008, se justificó la aplicación de «métodos de electro-shock» -al estilo terapia ‘Cameron’, empleada a enajenados mentales (Montreal.McGill.1951)- para borrar la conciencia colectiva, convirtiéndo a la gente en descerebrados incapaces de contener la entrada del capitalismo inclemente. Así la soliviantada crisis de Chile permitiría a Pinochet implementar la liberación de precios y privatizaciones selectivas. La crisis de Brasil (1964) permitiría al Gral. Humberto Castello Branco, revertir los programas sociales de Joao Goulart. La crisis de Indonesia (1968), que eyectó del poder  al Pdte. Sukarno  y a quien la autora relata como el «Hugo Chávez de su época»-sic-habilitó al General golpista, Suharto, de la mano de la CIA, barrer las milicias comunistas. La glasnost y la perestroika, según Klein, fueron el haz de Gorbachov y Yeltsin, para vender empresas del Estado a «precios de gallina flaca» a  mafias de entorno, y  la guerra de Irak, fue la carta bajo la manga de Bush y Rumsfeld (conservador pro Friedman), para otorgar costosas concesiones de seguridad y explotación de pozos petroleros, programas de educación y de construcción de hospitales (750B$), a dedo. En fin, una visión artificiosa, reducida, si acaso inmadura (pero no ingenua), donde la autora concluye que el «capitalismo salvaje» abonado por un autoritarismo elitesco y premezclado desde laboratorios de la Universidad de Chicago (de la cual tampoco somos defensores a ultranza), fue el detonante de cada apocalipsis libertina.

Lo absurdo de la tesis marras, es pretender borrar, precisamente con un«electro-shock semántico», todo pasado funesto que precedió a Pinochet, Castello Branco o Suharto; las atrocidades de Lenin, Stalin y pos camaradas; o las aberraciones de Saddam, las hambrunas de Mao y el desorden fiscal y cepalista de LATAM, endosando al FMI,  WS o a la CIA, la caída de los tigres de Asia, del imperio soviético o los totalitarismos tropicales. Parafraseando el dicho: ¡ni tan Friedman ni tan Chomsky!  Ya le escucharé decir [a Klein]. cuando terminé la era Chávez, «que todo fue producto de una conspiración universal de la CIA, de la MUD, Henry, Hausmann, Mendoza, López (desde la cárcel), Uribe y María Corina, para hacerse del poder  y repartirse Venezuela. ¿Y no es exactamente al revés?  ¿No fue la corrupción, el absolutismo agresor de DDHH y del Estado de Derecho, los controles, lo que hicieron inviable «el modelo»? ¿No fue el desastre administrativo y la represión, la causa de la hambruna, la escasez, la criminalidad  y la anarquía de una terapia de Shock inspirada en El Capital de Marx? ¿No han sido 17 años de desfalco y regalías lo que hace inevitable un plan liberal de rescate institucional, legalista, del mercado y de un verdadero Estado, no sólo democrático, sino convivencial, por próspero, productivo y soberano?

La única salida a la tragedia Venezolana es emprender la reprivatización de la dinámica social. La reprivatización industrial, comercial; de la tierra y la producción. Rebalancear entre lo publico y privado, el manejo de infraestructuras, hospitales o escuelas. Es la revitalizacion del giro económico con sentido propietario. Venezuela fue sometida a un shock igualitario-utópico y latrocinio-que puso al Estado/gobierno al servicio del credo Marxista-Gramscista, Leninista, Fidelista,  disfrazado de ideal bolivariano.

No Sra. Klein. No amigos de la izquierda berlina norteamericana. No se monten en estrechos y falaces navíos doctrinarios para presentarle al mundo, una realidad electro-convulsionada, por causa del «liberalismo salvaje». No más retórica. De acuerdo que el capitalismo desbordado es tóxico. Pero más peligroso, mordaz e insaciable, son esos «gigantes plus perfectos» del comunismo prehistórico, que causaron a sus pueblos más indigencia que la que pudiese haber ocasionado cualquier receta capitalista desde las aulas gélidas de Chicago, del FMI o del BM. Hoy la realidad le dio la razón al «Consenso de Washington». Hasta Evo y Ortega, lo aplican. ¡Que más les puedo escribir…!

 


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