Un país ... de película por Andreina Muñoz-Tébar
Ene 05, 2016 | Actualizado hace 8 años
Un país … de película por Andreina Muñoz-Tébar

BanderadeVenezuela10

 

No era este el típico mes para el Slogan “Enero Caliente”  pero así arrancó el año Venezuela, y no precisamente por la temperatura; si bien no sintamos el pacheco que nos hacía cobijarnos años atrás, ha refrescado un poquito en este trópico. Pero bastó una derrota para que la cúpula rojita se calentara, y  luzca su originaria careta Golpista, ¡qué cosa!, incluso estando ellos al frente del poder. Eso pasa cuando finalmente una, de todas las instituciones que se suponen independientes, se les escapa de las manos y retoma la representación de un pueblo hastiado, demandando controles y cambios inmediatos.  Como dijo Maduro en cadena nacional: “Algo inédito, una revolución con el parlamento en manos de la oposición”  ¿Será que el pueblo pasó de Soberano a Indignado y ya no se come el cuento de la revolución? ¿Será este el primero de tantos otros poderes que el pueblo sueña funcionando a su servicio? Estoy convencida que así es, pero constitucionalmente hablando, por la vía democrática, tendremos que esperar por una nueva oportunidad para  una espectacular y contundente expresión “Soberana”.

Por ahora contamos con un Parlamento para investigar créditos, controlar convenios, gastos, hasta viajecitos de “Nicolás en familia”, y vaya qué tamaño (y estirpe) de familia, aunque en ese caso los detalles de dónde se hospedan, qué comen y con qué dólares compran no se transmiten por Venezolana de Televisión. Pero como dijo Maduro: que este “inédito” parlamento se instale en Santa y Democrática Paz, y comience a trabajar para ir cumpliendo, sesión a sesión, con las promesas que se tradujeron en millones de votos (parte de los dos puntos no son literales: reflejan el subterráneo de su subconsciente).

Y en este punto debo resaltar las razones por las cuales se Votó por Un Cambio: Cero Producción Nacional, Escasez, Inflación, Corrupción Galopante, Inseguridad, Falta de Libertades Democráticas. El nuevo Parlamento, dentro de sus competencias que son muchas, luce por ahora decidido y empeñado en dar el todo para aportar en la búsqueda de una salida a este desastre llamado Venezuela: en lo social, en lo económico y en lo político. Desde la Asamblea se debe imponer una reconciliación nacional para que cese un capítulo negado por años: los encarcelamientos por el simple hecho de pensar distinto. Desde la Asamblea se debe meter la lupa a una Memoria y Cuenta Presidencial que viene siendo un momento para que el presidente se crea Superman, con su banda presidencial, rodeado de “jaletis” que impiden lo medio rocen las kriptonitas lanzadas, no por la oposición, sino por el pueblo que exige respuestas. Desde la Asamblea finalmente se pedirán resultados concretos a las inversiones millonarias en materia de salud, cuando no hay un solo Hospital que pueda siquiera enyesar la pata rota (creo que son varias) del PSUV. Desde la Asamblea Nacional se podrán enrumbar muchas cosas; Incluso, si quisiera Maduro, su propio futuro presidencial, pero… ¿Gobierna Maduro?

Ahora bien, poniéndonos en #modocinematográfico hay una gran cantidad de aspectos alrededor de los cuales lamentablemente el gobierno “constitucional” de Venezuela tiene el “Poder de la Fuerza”. Por ejemplo, el Parlamento no puede obligar a la Presidencia a reconocer que su “Guerra Económica” ya no se la cree ni el padre que según ellos les orienta desde “Las Galaxias”.  Y es en este punto cuando imitando a esa calculadora humana de la oposición llamada Carlos Berrizbeitia (señalado por mí en anterior oportunidad como el propio “anti-marido”), decidí  calcular horas/hombres de la Ineficiencia en la Calle.

Estamos rumbo a la primera quincena de Enero, con una crisis económica impensable por cualquier venezolano, y el ejecutivo decide que es más importante desmantelar un canal de televisión antes que desmantelar un canal de exportación de drogas ya juzgado en el Imperio (Ups, se me olvidó que son familia). En pleno Enero Caliente (con numeritos de popularidad bajo cero) el ejecutivo decide que es más importante poner a centenares de “esclavos” a pinchar llamadas telefónicas de escuálidos en vez de ponerlos a intervenir sembradíos de tierras expropiadas, y hoy improductivas (Ups, se me olvidó que esas tierras se las robaron ellos). Comienza un año Pos-Derrota y quienes gobiernan deciden convocar para un Congreso Político cuando está “de cajón” que por su política perdieron la Asamblea Nacional (Ups, a lo mejor les funciona  en la próxima el 1×20). Perdieron el control de un Poder Decisivo, y en vez de asignar más Taxis, más Viviendas (la vivienda 3millones en su cuenta fantasiosa), más Escuelas, más Canaimitas, regresan al vivir en riesgo, al vivir en desempleo, al vivir desconectados a miles de venezolanos que decidieron no vivir del chantaje, sino de reclamar lo trabajado.

Totalmente diferente a “El poder de la Fuerza” resulta “El Poder a la Fuerza”. Este proyecto “socialista” comenzó con la última frase, y pretende seguir manteniéndose con la misma para seguir robando con el apoyo de unos pocos “soberanos idiotas”, y he allí el pavor por el control desde la Asamblea Nacional.

La Fuerza sigue estando en los ciudadanos que Reclamamos una Mejor Venezuela.

No insistan en “El Poder A la Fuerza”.

En en el caso de Maduro, la Segunda Parte pierde en taquilla tan solo metiéndole ojo al rodaje.

 

@dremunoztebar